Puig ha estrenado 2024 con una nueva adquisición que le permite avanzar en su plan de crecimiento en el negocio de la dermocosmética, una de las grandes apuestas de la compañía. El hólding familiar barcelonés ha anunciado este jueves la compra de una participación mayoritaria de la empresa alemana Dr. Barbara Sturm Molecular Cosmetics, una operación que le permite entrar en cosmética molecular y posicionarse en el segmento más alto del mercado y en los spas de lujo.
La fundadora de la marca germana, la doctora Barbara Sturm, mantendrá una participación minoritaria y seguirá al frente del área de desarrollo de productos, además de actuar como embajadora de la firma. “Asociarse con Puig significa una unión de valores compartidos, entre los que se incluyen la curiosidad, el espíritu emprendedor y un fuerte compromiso con la innovación, el producto y el conocimiento”, ha destacado la empresaria, que creó la marca en 2014.
Según Puig, Dr. Barbara Sturm reforzará la posición competitiva del grupo en el segmento del cuidado de la piel, con una marca de lujo “mundialmente reconocida” y desarrollada a través de sus canales digitales y su red internacional de spas y boutiques. “Estamos entusiasmados por dar la bienvenida a una marca del calibre de Dr. Barbara Sturm a Puig. Con la incorporación de su enfoque científico en el cuidado de la piel y sus tratamientos de alta eficacia, damos otro paso importante para expandir nuestra posición en el segmento de cuidado de la piel premium”, ha considerado Marc Puig, presidente ejecutivo de la multinacional con sede en la Plaza Europa de L’Hospitalet.
Puig destaca que su objetivo es “impulsar la expansión y el desarrollo internacional” de la marca Dr. Barbara Sturm, ampliando su red de spas-boutiques. Actualmente, la firma tiene siete establecimientos de este tipo en ciudades como Düsseldorf, Londres, Nueva York, Miami, Dallas y Los Ángeles y quiere extenderse también a Asia, con centros en Yakarta y Singapur. A lo largo de su trayetoria, la firma ha desarrollado más de 300 productos y más de 5.000 rutinas de cuidado de la piel. Comercializa tanto productos para el rostro, como para el cuerpo y el cabello, además de suplementos.
“Puig tiene un probado historial de enfoque empresarial competitivo y disruptivo; al contar con su experiencia en el
desarrollo y fomento del éxito global de sus marcas de belleza, estamos preparados para presentar nuestros productos para el cuidado de la piel a un público más amplio. Esta alianza nos impulsará a superar continuamente los límites, crear tratamientos de alta eficacia y mejorar la experiencia del cuidado de la piel”, ha añadido la fundadora.
La doctora Sturm especializó su carrera médica en ortopedia y es especialista en tratamientos antiinflamatorios. Concretamente, fue pionera en utilizar las propias proteínas y factores curativos del cuerpo para detener el proceso inflamatorio y ayudar a sanar el tejido articular. Fue así cuando en 2002 trasladó su experiencia al campo de la estética al lanzar MCX, un tratamiento facial de plasma rico en plaquetas, una técnica que hoy se conoce globalmente con el nombre de blood facial. También creó MC1, una crema hidratante basada en plasma. Finalmente, en 2014 se decidió a crear su propia empresa cosmética al ver que no encontraba para sus pacientes los productos adecuados en el mercado para “un cuidado de la piel basado en la ciencia”.
Hace 20 años, Puig solo operaba en uno de los tres ámbitos que integran el mundo de la belleza, la perfumería, mientras que no tenía presencia en dermocosmética —donde se encuentra el grueso del negocio— y en maquillaje. Hoy esta situación es totalmente distinta, ya que en 2020 entró por la puerta grande en el mercado del maquillaje con la compra de la marca británica Charlotte Tilbury y en 2021 integró las marcas Uriage y Aptivita, que habían sido previamente adquiridas por el hólding Exea. A través de Exea, la familia posee también el 50% de otra marca de referencia en el sector de la cosmética de venta en farmacias, Isdin, que no está incluida en la facturación de Puig; el otro 50% pertenece a la farmacéutica Esteve.
Esta estrategia, junto a la compra de marcas de perfumería de nicho como Kama Ayurveda (India), Loto del Sur (Colombia) y Byredo, han permitido a Puig dar un fuerte salto de escala en el negocio global de la belleza. Así, hace dos décadas el grupo controlaba únicamente el 3% del negocio mundial de fragancias de distribución selectiva y se marcó el objetivo de alcanzar una cuota de mercado del 10%, una meta que se consiguió en 2022, ejercicio en el que contabilizó los mejores resultados de su historia.
Concretamente, la compañía propietaria de Carolina Herrera, Nina Ricci, Paco Rabanne y Jean Paul Gaultier alcanzó unas ventas récord de 3.620 millones de euros en 2022, un 40% más. Esta cifra supone haber duplicado la facturación en solo dos años (en 2020 ingresó 1.537 millones) y haber superado de largo un año antes de lo previsto su plan para alcanzar unos ingresos de 3.000 millones en 2023. “Con este ritmo, ahora vemos más fácil el objetivo de llegar a 4.500 millones en 2025”, avanzó Marc Puig el pasado mes de marzo.