Todos sabemos que esta Navidad será diferente. Muchos no estarán y las mascarillas y el gel hidroalcohólico se convertirán en los nuevos invitados en las comidas y cenas, que este año nos harán elegir entre amigos y familiares para no superar el límite de asistentes —sea el que sea—. También nos hemos acostumbrado al toque de queda y a llegar a casa antes de las diez, pero esto no hará que no podamos disfrutar de las luces de Navidad, que este año llegarán por primera vez a Plaça Catalunya y a la calle Balmes y se apagarán cuando empiece el toque de queda.
La iluminación navideña volverá una vez más al centro y las principales calles y ejes comerciales de Barcelona, con el objetivo de animar a los barceloneses a volver a pasear por la ciudad y encontrar los regalos de Navidad en sus tiendas. “Queremos que la gente se sienta tan acogida como sea posible en la ciudad y en su casa”, explica la concejal de Comercio y Mercados, Montserrat Ballarín. “Esta Navidad no podemos hacer muchas cosas que hacíamos otros años, pero queremos lanzar un mensaje de esperanza: lo tenemos que hacer así para que el próximo y los que vengan puedan volver a ser más alegres”, señala.
Aparte del estreno de Plaça Catalunya y la calle de Balmes, las luces brillarán de nuevo en Urquinaona, Universitat, Via Laietana, Gran Via, Pelai, Aragó, Paral·lel, Diagonal, Creu Coberta, Passeig de la Verneda, Binèfar y Via Trajana. Otra novedad de este año será que los 39 mercados municipales también se decorarán con luces en sus fachadas. Todo para dar el caliu que la ciudad necesita en estas fiestas y ayudar a los comercios, que ven en la campaña de Navidad una oportunidad para salvar un año muy malo, sostiene Ballarín.
Apoyo al tejido comercial
El consistorio ha trabajado con asociaciones de comerciantes como Barcelona Oberta y Barcelona Comerç para satisfacer una de sus reivindicaciones históricas de tener más y mejores luces, que sirvan para reforzar la campaña de Navidad. Después de años con una decoración un poco oscura y repetitiva, el Ayuntamiento ha apostado por renovar los diseños; aumentar la potencia de las instalaciones, llegando a los 1.000 kilovatios (kW) con tecnología LED; añadir más ubicaciones, con más de 100 kilómetros de iluminación en las vías públicas, e implantar un nuevo sistema de contratación más coordinado. Todo ello tiene que servir para avanzar hacia el futuro modelo de iluminación navideña en Barcelona, con un marco común de diseño para toda la ciudad, que se espera que se acabe de definir en los años próximos.
Asimismo, la pandemia ha añadido nuevas dificultades para las asociaciones de comerciantes, que estaban preocupadas porque en esta Navidad no hubiera luces en los ejes comerciales, teniendo en cuenta que se pagan con las cuotas de sus asociados, que están teniendo muchas dificultades. Ante esto, el Ayuntamiento ha decidido incrementar su aportación para pagar las instalaciones en los ejes comerciales y cubrirá el 75% del coste de la iluminación —en general se encarga del 50%—. En total, el consistorio destinará 1,7 millones de euros para la iluminación navideña en la ciudad, incluidas las vías públicas y las subvenciones a los ejes comerciales, un 65% más respecto a la Navidad pasada.
Para el presidente de Barcelona Oberta, Gabriel Jené, este año se ha dado un paso adelante respecto a los anteriores, cuando la Navidad era “triste y pobre”, con menos calles iluminadas y sin potenciar el centro de la ciudad. En este sentido, el director del Gremi de Restauració de Barcelona, Roger Pallarols, también valora positivamente que el consistorio haya decidido reforzar la campaña de Navidad: “Ha estado a la altura del momento”. Tanto Jené como Pallarols coinciden en defender que Barcelona tiene que continuar posicionándose como destino para las fiestas. En el caso de los restaurantes, Pallarols remarca que hay que reducir más las restricciones para que puedan tener una buena campaña y cerrar un poco mejor este “año fallido”.
Encendida de luces en el Born con un espectáculo de Sol Picó
El pistoletazo de salida para las fiestas lo dio un espectáculo de la bailarina Sol Picó, centrado en los encuentros familiares de Navidad y que recorrerá las diferentes emociones que hemos sentido durante la pandemia, con la esperanza como personaje encargado de encender finalmente las luces de la ciudad. Empezará a las seis de la tarde en la plaza Comercial del Born y podrán asistir un total de 400 personas, con reserva previa.
La semana continuará con el inicio de las tradicionales ferias de Navidad, adaptadas a las nuevas limitaciones por la covid-19. La Fira de Santa Llúcia, ante la Catedral, tendrá lugar del 27 de noviembre al 23 de diciembre. Contará con 121 paradas de pesebres, artesanía y árboles, la mitad que en ediciones anteriores, y estarán situadas en un único recinto cerrado, con solo dos puntos de acceso y salida. Por otro lado, la Fira de Nadal de la Sagrada Família se celebrará entre los días 28 de noviembre y 23 de diciembre. La cincuentena de paradas estarán distribuidas por grupos según sus productos y en cada uno de ellos los visitantes tendrán que seguir un recorrido en sentido único, delimitado por catenarias. En cuanto a la Fira de Reis de la Gran Via, que suele empezar más tarde, todavía no se sabe si se podrá celebrar.
Después de las luces y las ferias, vienen Nochevieja y Reyes, que esta vez se tendrán que seguir desde casa. Las campanadas se transformarán en fuegos artificiales, visibles desde toda la ciudad, en línea con los que se hicieron para el piromusical de la Mercè. Por otro lado, los más pequeños podrán llevar sus cartas al Fòrum, donde los pajes de los Reyes Magos las recogerán y las harán llegar hasta Oriente. Desgraciadamente, la cabalgata se sustituirá por un espectáculo de televisión en el cual los tres Reyes y su séquito recibirán las llaves de la ciudad y se prepararán para la noche. Los caramelos, esta vez, se tendrán que buscar en casa.