Con la planta cerrada en una jornada de agosto en 2022, se desató el desastre en la fábrica de la empresa de muebles ROS. Un incendio arrasó el 70% de sus instalaciones y provocó unas pérdidas por valor de 27 millones de euros. Pese a perder gran parte de su infraestructura, la empresa ha logrado no sólo reponerse y rozar los niveles de facturación previos al incendio, sino también transformarse y renacer con una fábrica más tecnológica y automatizada.
![Fábrica de ROS tras el incendio de 2022.](https://www.thenewbarcelonapost.com/wp-content/uploads/2024/12/Fabrica-de-ROS-tras-el-incendio.jpeg)
Los responsables de la empresa ya se propusieron emprender esta recuperación ante las llamas que estaban devorando la fábrica, ubicada en Artesa de Segre y desde la que sirve a más de mil tiendas en diversos mercados: “Mientras se estaba quemando la planta, ya decidimos que la reconstruiríamos”, rememora el director de operaciones de ROS, Lluís Trujillo, junto al CEO de la compañía y tercera generación de la empresa familiar, Enric Ros.
La extinción del incendio dejó al descubierto la magnitud del desastre: el fuego había devastado el 70% de las instalaciones, repletas de material y productos en preparación para su entrega. Para mantenerse en el mercado, la reacción fue rápida, y ROS habilitó una pequeña fábrica provisional en la sección de la planta que no se había quemado: “Aprovechamos las máquinas que nos habían quedado y algunas que teníamos ya descatalogadas, y algunas empresas nos prestaron otras”, explica Trujillo.
En dos meses, la empresa había puesto en marcha esta pequeña fábrica provisional, con el objetivo de dar respuesta a los encargos que tenían en marcha antes del incendio, aunque no se pudiera llegar a todas. “Hemos hecho un ejercicio de transparencia muy importante, también con los clientes a los que no pudimos entregar algunos pedidos”, destaca el CEO de ROS, sobre un proceso durante el que mantuvieron reuniones mensuales con proveedores, clientes y trabajadores para hacer seguimiento de la situación.
La pequeña nueva fábrica empezó a operar enmarcada dentro de otro gran objetivo: construir la planta arrasada por el incendio, y hacerlo aprovechando la devastación para dar un salto tecnológico, en la automatización y en la sostenibilidad. Como destaca Ros, “el incendio fue un catalizador” que permitió avanzar hacia objetivos que ya tenía la empresa, pero que eran complicados de implementar con la fábrica operativa.
Para diseñar esta nueva versión modernizada de su planta, los responsables de la empresa han visitado más de 50 fábricas y decenas de proveedores: “Hemos dado un gran salto en know how en áreas como la robótica, y hemos hecho un máster a nivel de aplicaciones tecnológicas”, defiende Ros. Pero los contratiempos no terminaron ahí: “Nos encontramos con que los proveedores nos daban plazos de tres años para entregarnos las máquinas que necesitábamos, y no teníamos ese tiempo”.
![Fábrica de ROS en Artesa de Segre.](https://www.thenewbarcelonapost.com/wp-content/uploads/2024/12/Fabrica-de-ROS.jpg)
Y ante la adversidad, de nuevo, crecerse. La empresa se lanzó a trabajar con otros proveedores que no estaban especializados en este tipo de máquinas, a los que acompañaron en el proceso de crear las que ROS necesitaba. “Nos hemos aliado con empresas con las que hemos logrado un win-win, ya que también ha representado una oportunidad para ellos”, destaca Ros.
El avance en la automatización y robotización de la planta ha permitido ganar calidad y eficiencia en los procesos, y también en sostenibilidad: “Antes nuestro embalaje era del 90% de plástico, y ahora hemos revertido la cifra, y el 90% es cartón y el 10% es plástico, con la idea de llegar al 100% en el futuro”. Además, como recalca Ros, la reconstrucción ha servido para poner en valor el potencial del equipo de la empresa, que cuenta con 216 trabajadores.
Con su fábrica renovada ya operativa, ROS ha conseguido recuperar el 70% de su facturación previa al incendio, situada en 24 millones de euros. La previsión es alcanzar el 80% en enero, y el 100% en el segundo trimestre de 2025.
![La fábrica de ROS, en Artesa de Segre.](https://www.thenewbarcelonapost.com/wp-content/uploads/2024/12/La-fabrica-de-ROS.jpg)
La inversión para mantener la actividad de la empresa y para transformar la fábrica ha implicado una inversión de unos 20 millones de euros. Después de culminar este proceso, ROS mira a los futuros ejercicios con la intención de seguir creciendo, de seguir avanzando en el ámbito tecnológico y de potenciar el talento con el que cuenta la empresa para dar respuesta a los retos del sector del mueble, marcado por grandes actores internacionales.
La compañía, que también prevé ampliar la plantilla, trabaja además para llegar al consumidor desde nuevos canales, y baraja la posibilidad de ampliar los mercados en los que opera, ahora centrados en España, Francia, Italia y Grecia. Todo ello para dar continuidad y continuar ensanchando una empresa que fundó en 1933 Josep Ros, abuelo del actual CEO, como un taller de carpintería, y que después pasó a manos de Ramon Ros y de su mujer, Maria Rosa Gené, que desempeñó un rol determinante en lo que ahora es ROS: una empresa familiar que sigue mirando hacia su crecimiento transformando la adversidad en oportunidad para ser referente en el sector.