El Paseo de Gràcia de Barcelona ha echado de menos el brillo de los diamantes, zafiros, rubís, perlas y el diseño de las piezas únicas de Suárez. El escaparate de esta exclusiva joyería inaugurada en 2003, que ha estado tres meses cerrada para ser sometida a una rehabilitación, es de los que más miradas acaparan de los transeúntes, sean o no amantes de las joyas. Tras una inversión de alrededor de tres millones de euros, la boutique acaba de reabrir sus puertas para renacer con más lujo si cabe. Y sí cabe, porque revaloriza una de las calles más caras del mundo.
Así lo demuestra el nuevo espacio, obra del diseñador parisino Bruno Moinard, artífice en los últimos 8 años de la imagen de las diferentes boutiques Suárez que el grupo tiene en España y en otros países. En los 350 metros cuadrados de lujo absoluto, las joyas allí expuestas se ven arropadas “por materiales naturales como la rafia importada de Filipinas, tostada a fuego, sin pintar ni barnizar o el lujoso mármol que cubre el suelo (1.600 €/m²) con perfil de latón o las paredes vestidas de glam. En torno a los tres millones de euros invertidos”, explica Juan Suárez Pascual, consejero delegado de Suárez y tercera generación de esta familia de orfebres, a The New Barcelona Post. “Pero es que el lujo lo exige”, sentencia el joven joyero.
Con una fachada de más de 34 metros de largo en la confluencia de Paseo de Gràcia con Mallorca, quien se decida a cruzar el umbral de la nueva tienda barcelonesa apreciará la luz exterior que se prolonga en el interior a través de una reja diseñada con este fin por Moinard. Y es éste uno de los puntos fuertes de esta boutique “porque el sol es una de las bellezas que tiene España y había que aprovecharlo”, opinión de Moinard avalada por la familia Suárez. Esta luz es la que realza el color de cada gema, metal y piedra de materia prima única y excepcional procedente de Colombia, Brasil, Zambia, Birmania, Ceilán, entre otros.
El filtro es la excelencia que ha hecho brillar a Suárez por encima de otras firmas. Así lo detalla el joven consejero delegado, que accedió al cargo el pasado mes de junio, completando así el proceso de relevo generacional del grupo familiar. “El 100% de las piedras pasan por el ojo de la familia. Pasan por mí y normalmente acaban pasando por el ojo de mi padre. En este proceso, menos del 1% de piedras que vemos en el mercado acaban siendo parte de la colección de nuestra joyería. Se descartan el 99% de las piezas por distintas cuestiones: color, pureza, brillo, etc…”, explica el empresario.
Otro de los valores es la confianza que transmite a sus clientes y la personalización: “Tenemos un servicio 100% a medida —afirma—. Si un cliente quiere una piedra, pero no la montura, se puede personalizar. O nos ocurre muchas veces que el cliente tiene muy claro el tamaño y color de una piedra y nosotros la buscamos para él. En estos casos hacemos un vídeo con el proceso de elaboración de esa pieza y se le da al cliente para que pueda disfrutarlo”.
¿Y qué pasa si alguien tiene una pieza de alto valor económico o simbólico y quiere retocarla o cambiarla? “Este paso es muy delicado”, explica Juan Suárez, “por la responsabilidad que ello implica. Con materia prima del cliente solo lo hacemos con muy buenos clientes. Y en esos casos se le enseña su piedra con un microscopio para que vea las imperfecciones que tiene; y le sacamos una foto grande… Todo ello para que no tenga ninguna duda”. ¿Por la leyenda urbana del cambiazo? “No es leyenda urbana”, advierte Juan Suárez.
‘Absolute’: la nueva colección
Compuesta por pulseras, collares, pendientes y sortijas, Absolute es una colección de alta joyería de diseños atemporales pero donde también cabe la sorpresa y el exotismo. La componen 29 piezas “que estarán expuestas en Barcelona unos días para viajar a San Sebastián y, seguidamente, hasta la tienda de Madrid. Tras unos días de exposición, las piezas se repartirán entre los tres establecimientos de Madrid, Barcelona y Bilbao”, explica el joyero.
¿Ejemplos que forman parte de Absolute? El anillo realizado en oro blanco de 18 quilates con zafiro azul talla oval y diamantes talla brillante, una de las piezas estrella de la colección, nos detalla Juan Suárez, o “el anillo de oro amarillo de 18 quilates con esmeralda verde talla esmeralda y diamantes talla brillante”.
Un grupo familiar propietario de Suárez y Aristrocrazy
La historia de Suárez se remonta a 1943, cuando Emiliano Suárez Faffián fundó la primera tienda-taller de joyería en Bilbao, origen de lo que es hoy el Grupo Suárez. Actualmente, cuenta con 43 puntos de venta en España distribuidos en Bilbao, Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, A Coruña, Castellón, Girona, Alicante, Granada, Málaga, Murcia, Oviedo, Palma de Mallorca, Pamplona, Santander, Tarragona, Valladolid, Vigo, Zaragoza, San Sebastián y 3 puntos de venta internacional en México y Portugal, además de la boutique online abierta a todas las colecciones. Con el reto de acercarse a un público más joven, la tercera generación de la familia fundó en 2010 la cadena Aristocrazy, que tiene previsto finalizar 2022 con una red comercial de 122 puntos de venta, 95 de ellos en el mercado español.
