Toda la expectativa que ahora generan los informes de la Agencia Europea del Medicamento (EMA) sobre las vacunas podría originarse en Barcelona si la ciudad no hubiera perdido la competición para acoger su sede a finales de 2017. Ámsterdam acabó siendo la escogida para trasladar la EMA desde Londres después del Brexit. El Ayuntamiento y la Generalitat quieren intentar curar aquella herida haciendo que la capital catalana acoja otra agencia europea, esta vez de nueva creación.
La futura Autoridad Europea de Preparación y Respuesta ante Emergencias Sanitarias (HERA) tiene que servir para fortalecer la coordinación de la Unión Europea (UE) ante grandes emergencias sanitarias transfronterizas, una clara respuesta a las complicaciones provocadas por la crisis del coronavirus. Para la Comisión Europea, la pandemia ha evidenciado las vulnerabilidades en la preparación y la respuesta a este tipo de situaciones, por eso apuesta por una solución estructural que permita estar preparados y actuar coordinadamente.
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y la consellera de Salut, Alba Vergés, han acordado dar impulso a la candidatura de Barcelona y poner en marcha el proceso para presentarla a la Comisión Europea. Para hacerlo, se creará un grupo de trabajo para elaborar la propuesta y recoger adhesiones de otras administraciones, entidades de investigación del ámbito de la biomedicina y agentes sociales.
En el marco de los trabajos previos, Vergés y el conseller d’Exteriors, Bernat Solé, se han dirigido al Ministerio de Sanidad y de Exteriores para comunicar la intención que la ciudad acoja esta nueva agencia. En los próximos días, está previsto seguir manteniendo contactos con el Gobierno.
Un ecosistema de la salud con más de 1.200 empresas y 90 entidades de investigación
El Ayuntamiento y el Govern ponen en valor para conseguir la nueva sede que Catalunya dispone de un ecosistema de ciencias de la vida y salud de los más dinámicos en el conjunto de España y el resto de Europa. Integrado por más de 1.200 empresas y 90 entidades de investigación e innovación, representa el 7,3% del PIB y el 6,6% de la ocupación en la comunidad, con un peso especialmente destacado en Barcelona y su entorno metropolitano.
Si la candidatura barcelonesa sale adelante, esta será la segunda vez en poco tiempo que Barcelona intenta atraer una institución comunitaria del ámbito sanitario, después de la EMA. Recientemente, tampoco consiguió hacerse con la sede del Centro Europeo de Meteorología.
Ahora bien, en caso de que la HERA se ubique en la ciudad, no será la primera agencia europea en la capital catalana, que ya dispone de Fusion for Energy (F4E). Se trata de un organismo que gestiona la contribución de la UE al proyecto ITER, diseñado para demostrar la viabilidad científica y tecnológica de la energía de la fusión nuclear. Este hecho puede perjudicar las opciones de la ciudad para acoger la HERA, puesto que desde Europa se trabaja para garantizar el equilibrio territorial en el reparto de sedes de instituciones.
Por qué Europa quiere la HERA
Después de comprobar las tensiones que afrontaron los estados miembro para encontrar equipos de protección individual (EPI), respiradores y medicamentos utilizados en las unidades de cuidados intensivos (UCI) al principio de la pandemia o la debilidad del sistema de investigación para desarrollar vacunas, la Comisión quiere evitar que se vuelva a producir una situación parecida, imitando la estructura de la Autoridad de Investigación y Desarrollo Biomédico Avanzado (BARDA) que hay en Estados Unidos. Según la institución comunitaria, la BARDA ha demostrado que invertir en preparación sanitaria puede resultar esencial para permitir y acelerar nuevas medidas, y habilitar más capacidad de fabricación cuando sea necesario.
“La pandemia nos ha enseñado tres cosas. Tenemos que actuar antes. Tenemos que invertir a gran escala. Nos tenemos que asociar”, expuso la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, sobre la creación de la HERA. La institución decidió impulsar esta nueva agencia en noviembre del año pasado y se prevé que pueda entrar en funcionamiento en 2023. Actualmente, se encuentra en proceso de consulta pública, que se alargará hasta principios de mayo. Se espera que se coordine con otras agencias europeas como el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC) y la EMA.