Ignasi Biosca Reig Jofre
Ignasi Biosca, consejero delegado de Reig Jofre. ©Marc Llibre
TRUE LEADERS

El espíritu ciclista de Ignasi Biosca: “Pedalear, saber sufrir y atreverse”

El consejero delegado de Reig Jofre reivindica la importancia de la independencia estratégica tras la pandemia y recomienda salir a Bolsa a las empresas familiares catalanas

Hay quien dice que la vida es una carrera ciclista y que de pequeño aprendes que si quieres avanzar no puedes dejar de pedalear. El consejero delegado de Reig Jofre, Ignasi Biosca, es un firme defensor de este espíritu y asegura que en su día a día disfruta mucho de la subida, aunque a menudo sea dura. “Siempre pienso el máximo posible como un emprendedor. Reig Jofre es un proyecto vivo que hacemos avanzar día a día. Hacer empresa es como ir en bici: no puedes parar de pedalear porque si no es la premonición de la caída. Pedalear. Crecer. Ponerte el listón bien alto. Coger la maleta y viajar. No limitarte. Ser competitivos”, reflexiona en una nueva sesión del ciclo True Leaders organizado por The New Barcelona Post y EY para conocer de primera mano los diferentes líderes empresariales y sus casos de éxito en un entorno exclusivo con presidentes, CEOs y directores financieros. Es el caso Reig Jofre.

Biosca: “Hacer empresa es como ir en bici: no puedes parar de pedalear porque si no es la premonición de la caída. Pedalear. Crecer. Ponerte el listón bien alto. Coger la maleta y viajar. No limitarte. Ser competitivos”

La pandemia fue, sin lugar a dudas, una carrera sin precedentes y a contrarreloj. El consejero delegado de Reig Jofre reivindica el concepto de independencia estratégica como oportunidad y aprendizaje del coronavirus. Es decir, no depender en materia de salud de otros países e impulsar la sociedad del conocimiento desde el mundo industrial. “Invertir en salud es un grandísimo activo de país y de empresa porque tiene un impacto muy importante en la sociedad. La pandemia cambió el paradigma: es necesario producir localmente. De hecho, no sufrimos ninguna falta de medicamentos porque tenemos una industria farmacéutica limpia y localizada, avanzada tecnológicamente y con talento que es el motor de esa independencia estratégica que tanto necesitamos”, insiste.

La llamada del ministro y la reserva estratégica

Lo cierto es que Reig Jofre ya tenía una planta de inyectables proyectada tiempo antes de la pandemia. “¿Visión? No, es cuestión de compromiso. Habíamos hecho los deberes, aunque nos costó encontrar la financiación y recibimos poco apoyo administrativo. Es el valor de la industrialización”, apunta Ignasi Biosca poco antes de recordar también la llamada por sorpresa que le hizo el ministro durante la Semana Santa de 2020 para preguntarle si desde Reig Jofre podían fabricar y proveer vacunas de la mano de Janssen de Johnson & Johnson. Todo lo demás ya es historia contemporánea de nuestra sociedad. Tanto es así que la farmacéutica con sede en Sant Joan Despí es una de las empresas que hoy en día deberían garantizar la producción de vacunas de la Unión Europea en caso de emergencia.

Biosca: “La pandemia ha abierto una nueva perspectiva farmacéutica: de las plantas a la química y la biología. Ahora toca otro cambio de pantalla: las terapias emergentes. Tocar el código y modificar el software de nuestro cuerpo con terapias génicas”

Según Biosca, “es un honor tener este polo de reserva de capacidad estratégica en Catalunya. La pandemia ha abierto una nueva perspectiva farmacéutica: de las plantas a la química y la biología. Ahora toca otro cambio de pantalla: las terapias emergentes. Tocar el código y modificar el software de nuestro cuerpo que es el hardware con terapias génicas. Esto lo cambia todo”. En este sentido, la quinta farmacéutica española por volumen de negocio quiere “hacer apuestas y asumir riesgos” a la hora de ayudar a convertir la ciencia en industria y productos que sean de alcance internacional y aporten soluciones a la población. Pero antes de imaginarnos el futuro, demos un paseo por el pasado.

Fleming y las verdades de la familia

El científico Alexander Fleming descubrió la penicilina en 1928 en un hospital de Londres. Un invento fruto de la serendipia —o eso dicen— que fue la semilla del primer antibiótico. Casualidad o no, el farmacéutico Ramon Reig Jofre fundó Reig Jofre en 1929 en Barcelona. Sólo un año después. Tuvo cuatro hijas y todos sus nietos, entre los que no hay ningún farmacéutico, tienen Reig como segundo apellido. Hasta tres generaciones de la familia han convivido durante casi cien años en la empresa dedicada a la investigación, desarrollo, fabricación y comercialización de productos farmacéuticos y complementos alimenticios. “Hemos dado el salto de la segunda a la tercera generación y estamos muy cómodos. Ahora nos toca empezar a imaginar cómo será el paso de la tercera a la cuarta generación, pero todavía me siento muy joven”, sonríe.

Ignasi Biosca Reig Jofre
Ignasi Biosca, durante la sesión de True Leaders organizada per EY y The New Barcelona Post. ©Marc Llibre

Ignasi Biosca explicaba en 2018 en un coloquio con su madre Isabel Reig moderado por Xavier Cambra en el Círculo de Economía que nunca había imaginado trabajar en el laboratorio farmacéutico de la familia y eso que de pequeño había vivido las reuniones entre la directora técnica —su madre— y el director general —su padre— en el coche o en el comedor de casa. Años después de trabajar en el sector de la publicidad y los medios digitales, la familia convenció a Ignasi Biosca de asumir en 2006 el reto de ser consejero delegado de la empresa farmacéutica. “La familia es una de las pocas verdades de este mundo”, reivindicaba el presidente de honor de Borges, Antoni Pont, durante la primera sesión del ciclo True Leaders. Que la verdad vaya siempre por delante.

“Hemos pasado de familia empresaria a empresa familiar. Nos hemos repartido muy bien los trabajos con mi primo. Yo estoy centrado en la gestión y la ejecución y él en la propiedad y la familia, que tiene una visión a largo plazo. El consejo debe aportar. La familia debe estar a disposición de la empresa porque necesitamos talento, pero no por ser familia tienes el derecho de trabajar en la empresa. No sé si le deseo mi trabajo a mis hijos…”, reflexiona Ignasi Biosca ante la atenta mirada y la complicidad de su primo Alejandro Garcia-Reig, que es vicepresidente de Reig Jofre.

Los grises de la Bolsa

¿Cotizar o no cotizar? Ésta fue la cuestión hasta que en 2015 se produjo una fusión inversa de Reig Jofre con Natraceutical que era referente en complementos alimenticios. La farmacéutica pasó así de empresa familiar a cotizada. Casi una década después, Ignasi Biosca lo recuerda prácticamente como si fuera ayer: “La Bolsa da transparencia y separa a la empresa de la familia. Al principio da un poco de miedo porque te desnudas y te exhibes, pero la Bolsa permite los grises. Es decir, cuando una empresa es totalmente privada, todo es blanco o negro, pero la Bolsa permite que todo el mundo tenga la información que quiere y que si una persona de la familia quiere vender sus acciones, pueda hacerlo. Esa flexibilidad es muy valiosa”.

Biosca: “La Bolsa da transparencia y separa a la empresa de la familia. Al principio da un poco de miedo porque te desnudas y te exhibes, pero la Bolsa permite los grises”

Las cartas están sobre la mesa y el mercado de valores sigue su camino. Así pues, el consejero delegado de Reig Jofre recomienda la salida a Bolsa —o al menos hacer el ejercicio de planteárselo— a las empresas familiares catalanas, aunque la cotización no siempre refleje el valor de su compañía. “Hace ilusión que haya inversores que te acompañen en este viaje. Lo importante es el proyecto y hacer las cosas bien hechas, no la obsesión por la cotización, que hace lo que quiere. El mercado reconocerá al final el proyecto y la visión a largo plazo”, añade.

Víctor Costa e Ignasi Biosca, durante la entrevista. ©Marc Llibre

Actualmente, Reig Jofre factura más de 300 millones de euros gracias a un negocio diversificado que incluye la tecnología farmacéutica industrializada, los productos propios de receta y el Consumer Health o productos sin prescripción. Tiene una plantilla que ronda los 1.300 trabajadores, cuatro centros de desarrollo y producción en Europa y presencia en más de 70 países.

Saber sufrir y atreverse

Ignasi Biosca es ingeniero de telecomunicaciones formado en la UPC, máster en redes de telecos en Paris Tech, y MBA por el IESE y la Universidad de California, donde vivió el auge y la crisis de las .com. Quizás por eso tiene muy claro que su mano ganadora incluye el espíritu ciclista y la mentalidad emprendedora. “En el mundo de la empresa no te la puedes jugar a cara o cruz”, asegura. En materia de liderazgo se trata de pedalear, estar atento, mirar adelante y seguir pedaleando. “¿Supervivencia? El secreto es la no autocomplacencia. Saber que en cualquier momento te la puedes meter. Mantener la concentración. Pedalear y saber sufrir. Lo llevas dentro. Mejora continua y hacia delante”, apunta el directivo en una reflexión propia de un dietario personal.

Biosca: “¿Supervivencia? El secreto es la no autocomplacencia. Saber que en cualquier momento te la puedes meter. Mantener la concentración. Pedalear y saber sufrir. Lo llevas dentro. Mejora continua y hacia delante”

Cuando le preguntas sobre su huella en la compañía farmacéutica, Biosca hace referencia a la vocación innovadora en el negocio y al modelo colaborativo de innovación abierta en investigación y desarrollo con startups, universidades y centros de investigación tales como la UB, Leitat o el Parc Taulí, entre otros. Desde Reig Jofre elogian también su “tradición” por innovar y arriesgar: “La innovación está en la base de todo y la clave está en el riesgo. Tienes que innovar y arriesgar. ¿Cuándo te sientes solo? Cuando asumes el riesgo. Riesgo sí, pero no imprudencia. El secreto es la evaluación, cuantificar los riesgos y escanear todos los escenarios y alternativas posibles. Atreverse. De todo se aprende”. Del just in time al just in case.

Sergi Saborit, director del TheNBP; Guillem Carol, editor del TheNBP; Joan Tubau, socio de EY; Ignasi Biosca, CEO de Reig Jofre; y el periodista Víctor Costa. ©Marc Llibre

Antes de terminar el coloquio, Ignasi Biosca hace un nuevo elogio de la valentía y de pensar en grande antes que en pequeño. La caída forma parte del camino. “Hemos hecho, hacemos y haremos muchos errores. Se deben aprovechar estos errores para extraer aprendizajes. El error se convierte en un máster”, reivindica en una última reflexión de su particular dietario de management.

Al fin y al cabo, quizás necesitamos un poco más de espíritu ciclista y de True Leaders en un contexto geopolítico complejo. Vivimos la fragilidad de la estabilidad más inestable, pero no dejamos de avanzar. Sea cual sea el temporal.

Pedalear, saber sufrir y atreverse. Aprender como filosofía de vida.

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