En la aviación comercial no hay primaveras ni otoños. Las temporadas aeronáuticas son únicamente verano e invierno. La primera va de marzo a octubre, la segunda es el resto de meses y vuelta a empezar. Este año, durante la llamada temporada fuerte del sector, Vueling está volando en 278 rutas con una media de 700 servicios diarios. Son un total de 104 destinos en 30 países diferentes y de toda esta gran producción aeronáutica, el 62% está relacionada directamente con el Aeropuerto de Barcelona.
En El Prat, la cuota de mercado de esta compañía del grupo IAG es notable: de cada 100 viajeros que aterrizan o despegan en Barcelona, 42 lo hacen en uno de sus Airbus A319, A320 o A321. Por esta razón de peso, Vueling ha presentado en la sede de Foment del Treball el informe sobre el impacto del desarrollo de combustibles sostenibles en Catalunya. En este documento se considera que Catalunya es una plaza estratégica para desarrollar la industria del SAF y un territorio clave en la transición hacia fuentes energéticas más sostenibles.
SAF es el acrónimo inglés de Sustainable Aviation Fuel o combustible sostenible para la aviación. De acuerdo con el informe de PwC elaborado para la aerolínea, Catalunya está capacitada para liderar la descarbonización del sector de la aviación. Las cuatro provincias catalanas concentran casi el 10% de los residuos del conjunto de España que se consideran aptos para la elaboración de este tipo de gasolina. Se indica que podrían levantarse hasta cuatro plantas de producción en 2050. El impacto global de estas sería notable, pues llegarían a generar 10.640 millones de euros al PIB local y, en cuanto a ocupación, la construcción de estas plantas se traduciría en la creación de 41.619 nuevos puestos de trabajo.
A grandes rasgos, estas son las buenas noticias que el sector aéreo traería a Catalunya gracias a la nueva manera de producir combustibles para aviones de las próximas décadas. Este es también un tiempo en el que otras alternativas de propulsión (como el hidrógeno y los aviones eléctricos) aún están en estudio. Por el momento, las más viables son las de un combustible diferente en su composición y que, al mismo tiempo, ya es compatible con los motores actuales que llevan los aviones comerciales.
Entre el 2% y el 3% de emisiones
En la actualidad, el sector aéreo genera entre el 2% y el 3% de las emisiones globales de CO₂. Para disminuir de manera notable esas cifras, la industria está trabajando desde hace años en encontrar nuevas alternativas. Aquí es donde el SAF se ha evidenciado como la mejor opción a medio plazo. Este puede ser orgánico si está producido a partir de biomasa, grasas animales, de aceites vegetales o residuos agrícolas. También puede ser sintético al generarse a partir de captura de CO₂ mediante el empleo de hidrógeno verde.
En un plazo de siete años, todas las compañías del grupo IAG se han comprometido a que el 10% del combustible que utilicen será SAF. Esto implica que en 2030 Vueling, Iberia, British Airways, Aer Lingus y Level cargarán 10 kilos de este combustible por cada 90 del JET A1 convencional en los depósitos de sus aviones. Ese porcentaje será ya el doble de lo requerido por la regulación europea para ese año.
Marco Sansavini, presidente y consejero delegado de Vueling, fue uno de los protagonistas del evento celebrado ayer en el histórico salón de actos de Foment, en el 32 de Via Laietana. El directivo italiano, máximo ejecutivo de la aerolínea con sede en Barcelona desde verano de 2020, indicó que aunque su compañía ya carga SAF en los vuelos que despegan desde Barcelona, es necesario incrementar su producción para satisfacer la demanda general de la industria. Además, reconoció que Catalunya tiene una gran oportunidad para encabezar su producción en Europa, aunque esto requerirá de un esfuerzo público-privado para incentivar que sea así. También recordó que la aerolínea que dirige ha sido la primera low cost en usar este combustible y que su uso no es excepcional: diariamente se suministra SAF a sus aviones en el Aeropuerto del Prat.
A su vez, el anfitrión del acto, Josep Sanchez Llibre, recalcó la importancia de aprovechar la producción de este nuevo combustible como una oportunidad de desarrollo industrial en Catalunya. Según el presidente de Foment del Treball, el SAF contribuirá tanto a la creación de riqueza y empleo, como a seguir avanzando hacia un nuevo modelo de transporte aéreo, una cuestión clave para mantener y mejorar la competitividad catalana.
Las claves del SAF para Catalunya
De acuerdo al informe de PwC, los 32.000 km² de territorio catalán se posicionan como un espacio estratégico clave en la transición hacia fuentes energéticas más sostenibles y respetuosas con el medio ambiente. Este potencial para impulsar esta nueva industria se debe tanto a la cantidad de residuos aptos para la producción de SAF (dependiente de factores como la actividad agrícola, la agroalimentaria, la superficie forestal disponible y los factores poblacionales) como por aspectos como el acceso a energía renovable o la disponibilidad de tecnologías de captura y utilización de carbono. Finalmente, en sus páginas se indica que la localización geográfica de Catalunya, las características de su economía y la demanda generada por parte del sector de la aviación, también favorecen la idoneidad del territorio para acoger la producción de SAF.
Yendo al detalle y a máximos, el pormenorizado documento de la firma internacional de consultoría revela que, entre 2025 y 2040, tiempo determinado para la fase de construcción, el impacto de la ejecución de las plantas de producción de SAF en Catalunya se estima en una contribución total de más de 2.000 millones de euros al PIB y se generarían cerca de 40.000 empleos directos. Con las cuatro plantas ya en marcha, estas aportarían 2.100 puestos de trabajo y contribuirían al PIB en más de 8.600 millones de euros en Catalunya hasta 2050. Esa cifra equivale al 9% del PIB de las industrias de alimentación y bebidas, el primer sector industrial de Catalunya, en 2019.