A Jon García, al frente de Jon Cake, hay que atribuirle, al menos, dos méritos. Uno, el hecho de haber sacado un negocio adelante en pleno confinamiento y, el segundo, haber logrado el magno título de elaborar la que hoy por hoy ya ha sido coronada como mejor tarta de queso de Barcelona. Y solo han pasado unos meses desde que, tras numerosas pruebas, dio con la receta que la hizo imbatible. “Se me ocurrió que podría hacer tartas de queso tras quedarme prácticamente sin trabajo en pleno confinamiento, así que me puse a hacer pruebas para mis amigos, mi familia… hasta que encontré una receta que me convenció para, definitivamente, dar el paso y venderla”.
García pasó semanas analizando las recetas de algunas de las tartas más famosas de España, como la de La Viña, la de Zuberoa, la de Estimar… Esa fue la base de su hito. “Cambié el proceso de elaboración, introduje cosas diferentes, fueron semanas de pruebas interminables hasta que di con la que me gustaba”.
Nos situamos ahora a finales de noviembre, cuando García comenzó a elaborar, en un obrador por horas y con una cocina compartida, unas 60 y 70 tartas a la semana que vendía a través de amigos, familiares y también de forma residual por Instagram. Cuando vio que durante el mes de diciembre, y a medida que se acercaban las Navidades, la cosa se volvió imparable, se mudó a otra cocina con más espacio y más libertad hasta que la última semana de enero y con más de 150 tartas semanales en su comanda, incorporó a tres personas al equipo.
Para cuando llegó febrero, Jon Cake, como se llama su obrador, ya elaboraba de forma artesanal 400 tartas a la semana, “y dejando muchos pedidos sin atender porque la producción es limitada”. Bendito problema el de crecer más rápido de lo que puedes abarcar, pensarán muchos.
Nada aquí ha sido trivial, aunque pistas había muchas. Desde que la tarta de queso de La Viña, en San Sebastián, fuera elegida como sabor del año según The New York Times, el fenómeno de las tartas en general y de las de queso en particular, no ha hecho más que crecer. “Ha sido algo muy viral”, confirma Jon García a The New Barcelona Post, “los medios nos han ayudado mucho y las redes sociales como Instagram nos han dado muchas alas, hemos pasado de 1.000 a 11.000 seguidores en apenas 2 meses”.
La tarta de moda
No hay duda de que la tarta de queso está de moda, y si no que se lo pregunten a uno de los medios más influyentes del mundo, The New York Times, que puede que con su alabanza a la Basque Burnt Cheesecake haya provocado un fenómeno hasta ahora desconocido, el de poder disfrutar de una tarta en el domicilio sin necesidad de, como manda la tradición, ninguna celebración de por medio más allá de la del mero disfrute, que no es poco.
Si existe o no la tarta de queso perfecta es algo que desconocemos, pero que la de Jon Cake alcanza las cotas más altas es una realidad que atestiguan las más de 1.600 tartas que distribuye mensualmente por toda Barcelona.
Para The New York Times la clave está en que sea “sin corteza y horneada de modo que la parte superior se caramelice y su interior quede suave y esponjoso”. Para Jon García, es “que sepa a queso y que la textura sea cremosa pero no líquida, que es lo más difícil de conseguir”.
Jon Cake no está solo. Otra de las tartas a domicilio en Barcelona que ha conquistado los domicilios ha sido la tarta de queso icónica del restaurante Fismuler, que también podemos disfrutar en casa gracias al servicio a domicilio de Escalope Armando, el, seguro, penúltimo proyecto de Nino Redruello y Patxi Zumárraga. ¿Su secreto? Pues a pesar de haber sido una de las tartas más copiadas del panorama gastronómico, el misterio sigue sin desvelarse. Puede que sea su cremosidad casi líquida o bien su característico sabor ahumado, que como ellos mismos confiesan “es el resultado de mezclar tres tipos distintos de queso: fresco, ahumado y azul” lo que genera cientos de adeptos. Sea cual fuere, ahora también se puede disfrutar en casa gracias a su delivery a domicilio sin necesidad de sentarse a la mesa de Fismuler.
Tartas a domicilio en Barcelona: queso vs zanahoria
El fenómeno de los tartas a domicilio en Barcelona es relativamente reciente, pero ha sido tan apabullante que da la sensación de que siempre han estado aquí aunque, en realidad, todo este goloso emprendimiento haya nacido a raíz de la pandemia.
Es también el caso de PastéBCN y su tarta de zanahoria, un fenómeno pastelero que ha logrado hacerse un hueco en los hogares, y en los corazones, de los amantes del famoso carrot cake. A los mandos del obrador se encuentra Hugo Roche quien, tras pasar por las cocinas de Bo.TiC y Pastisseria Canal, emprendió como hobby lo que verdaderamente era su pasión, la pastelería. “A mí lo que me gustaba era preparar elaboraciones dulces, ocuparme de los postres; me gusta la tranquilidad, la calma y la dedicación que se necesita para elaborar estas preparaciones”, confirma a The New Barcelona Post este joven artesano a quien la pandemia le llegó con una tarta bajo el brazo.
“Con la llegada de la covid decidimos apostarlo todo al mundo online, a las redes sociales, sobre todo a Instagram, para sacar adelante nuestros productos. Nos dimos cuenta también de la importancia de tener una imagen corporativa, un logo, un nombre llamativo, un estilo de fotografía y una filosofía de trabajo y de comunicación”. Dicho y hecho. Así nació PastéBCN, un equipo de tan solo tres personas donde en cocina solo está Hugo, que ha conseguido posicionar sus postres, que solo sirven a domicilio, como una delicia que disfrutar sin motivo alguno, pero con todas las ganas del mundo.
Barcelona, ciudad golosa
“Las dos tartas que más vendemos son la Carrotcake y la Oreo Cheesecake. La primera es una tarta que la hacemos desde hace mucho tiempo, que la hemos ido mejorando poco a poco, y la verdad que el cliente que nos conoce sabe que es una tarta que no falla”, asegura Roche.
Y lo cierto es que no necesitamos más pruebas para darle la razón: un bizcocho húmedo, el toque crujiente de las nueces, el toque suave de especies y una cremoso de queso muy muy suave, hacen que la combinación de esta tarta sea, prácticamente, perfecta. “Un aspecto muy importante para nosotros y que hemos aplicado en todas nuestras tartas es conseguir crear elaboraciones que sean ligeras, de tal manera que no saturen al cliente cuando las disfruta”, sentencia.
Pastisseria Foix de Sarrià, la Pastisseria Canal o Escribà llevan años conquistando el paladar de los barceloneses con creaciones que han fidelizado a generación tras generación. Templos de la pastelería que perdurarán años, pero que no han impedido que en los últimos tiempos hayan proliferado también numerosos emprendedores de creaciones dulces que, además, y debido a las circunstancias, han apostado por un nuevo modelo de negocio que va del horno a la mesa con el fin de endulzar cualquier comida, sin mayor motivo que el de simplemente disfrutar.