Cuando Eroica se escribe sin hache

Eroica se instala en Barcelona de la mano de Miguel y Graciela, una pareja de emprendedores que ha conseguido hacer de su sueño una realidad: unir la pasta con las bicicletas. Todo ello, bajo el amparo de Eroica, una organización nacida en Italia que monta encuentros con bicis antiguas y vintage en ocho países diferentes: Italia, España, Sudáfrica, Estados Unidos, Uruguay, Japón, Holanda y Gran Bretaña.

[dropcap letter=”A”]

sí empieza nuestra historia. Cada mañana me acerco a buscar un exquisito pan (eco y sin gluten) del horno francés que se encuentra ubicado en una céntrica calle de Barcelona. Hacía semanas que, a escasos metros de la panadería, veía anunciado ‘Eroica caffé’ y un cartel de ‘próxima apertura´. No podía evitar pensar en aquella palabra, ’Eroica’. Pero, ¿por qué sin hache? Yo, que adoro despistarme por todo aquello que mis ojos alcanzan a ver, no acababa de entender el motivo publicitario que había detrás de aquel ‘error’ ortográfico.

Hasta que llegó aquella mañana. Antes de que debutase este frío invernal, sin previo aviso como viene siendo lo normal en estos últimos años, me disponía a recoger mi suculento pan de harina de castaña, junto a Yogui, mi incondicional amigo Jack Russell, y vi que finalmente aquel enigmático local, por fin había abierto sus puertas. Guiada por el olor a café que llegaba a salir del lugar, me decido a investigar con la excusa de tomarme mi segundo café con leche matutino. Estiro del asa redonda de madera y metal de la puerta (que luego descubriré que imita a las llantas de madera de las bicicletas antiguas) y me doy cuenta de que acabo de flanquear la línea de espacio-tiempo que separa el tedioso ruido de la ciudad y sus coches, con el silencio del interior de aquel novedoso local.

Me llegan las primeras sensaciones: un espacio enorme (exactamente 500 metros cuadrados que habían sido uno de los muchos telares del siglo pasado y que había estado abandonado durante los últimos doce años) en pleno corazón del Eixample, un penetrante olor a café recién tostado, bicicletas por todo el recinto, muchas de ellas colgadas adornando las paredes, maillots antiguos salpicando el espacio, posters y letreros sobre ciclismo, ciclistas y carreras, helados italianos, un taller de pasta, una publicación de noticias sobre ciclismo en cada una de las mesas, ropa antigua de Eroica… Y entonces conozco a Miguel Santalices, el alma del local que, junto con Graciela Nowenstein emprenden el proyecto de traer a ‘Eroica’ a Barcelona.

Miguel, con una voz que delata su entusiasmo me descubre de qué trata ‘Eroica’. ‘Eroica’ es un acontecimiento anual que congrega a miles de bicicletas antiguas en ocho países diferentes -Italia, España, Sudáfrica, Estados Unidos, Uruguay, Japón, Holanda y Gran Bretaña-, donde los elementos fundamentales son el disfrute de la bicicleta desde la naturalidad, la preservación y el conocimiento de la naturaleza y la historia de los recorridos: una marcha cicloturista en la que no importa ni la meta ni el tiempo, donde los despertadores no suenan y los cronómetros carecen de interés y donde no hay ni ganadores ni perdedores, solo participantes.

‘Eroica’ tiene como lema “la belleza de la fatiga”. Desde hace 22 años el propósito de vivir la bicicleta con la mayor naturalidad hace que cualquier bici resulte apta para el encuentro

El italiano Giancarlo Brocci, creador de ‘Eroica’, que actualmente consigue congregar solo en Gaiole in Chianti (la Toscana) -su pueblo natal- a 8.000 participantes de todo el mundo, definió en el primer encuentro en 1997 a los 92 participantes que asistieron como ‘cazadores de sentimientos y emociones’. El objetivo de este enamorado de la bici es promover un tipo de ciclismo que genere respeto y que genere también vínculos entre los participantes. Brocci se erige como promotor de la preservación de lugares importantes y de la salvación de los caminos blancos de Chianti (Italia).

‘Eroica’ tiene como lema “la belleza de la fatiga”. Desde hace 22 años el propósito de vivir la bicicleta con la mayor naturalidad hace que cualquier bici resulte apta para el encuentro, eso sí, siempre que tenga unos cuantísimos años y su peso no baje de los veintipico kilos (para entendernos, unas auténticas y pesadas bicis de los años 70 serían de las más modernas del evento). Hombres y mujeres pueden participar. Y es que en ‘Eroica’ también (y digo también porque son muchas) las mujeres están presentes. Mujeres que, en su diario quehacer, a menudo plagado de heroicidades, se dan cita… Una de las participantes llegó a proponer a ‘Eroica’ como Patrimonio Cultural inmaterial de la Humanidad (UNESCO) y llegó a definirla como “una expresión de la creatividad humana que debe transmitirse de generación en generación, debe apoyarse en acciones y ser salvaguardada por la comunidad en armonía con el medio ambiente y su historia”.

A medida que transcurre nuestra charla, van entrando y saliendo urbanitas ciclistas curiosos. No es para menos, porque una de las principales características que diferencia a este lugar de otros es que aquí puedes entrar con tu bici y dejarla, a modo de bici-guardería: un auténtico y necesario lujo en esta bonita ciudad que, por desgracia, se ha convertido en la pesadilla de los amantes de las bicis por los robos continuados desde hace ya unas décadas. Y es que, Sara y Ernest, una pareja que ha entrado en el local lo corroboran: “estamos encantados en poder dejar las bicicletas aquí dentro con nosotros mientras pasamos el rato”.

Ilustración de Francina Cortés

Miguel me descubre los rincones de Eroica Caffé, diferentes ambientes, desde la zona de sofás para leer o dibujar, hasta las mesas para comer o el patio interior. Un lugar cuya restauración y diseño es obra de los arquitectos Antonio Castro (creador de la elegante bicicleta urbana ‘castrobike’) y Ana Zubelzu. Me habla de las plantas que allí tienen, del ascensor para garantizar la entrada a cualquier persona que lo necesite, del porqué de los colores de las paredes de los baños (el rosa, el amarillo y el rojo, que son los colores de los maillots del Giro, El Tour y La Vuelta), de los siete profesionales que conforman su equipo actual, de sus horarios y de sus ganas por conseguir que ‘Eroica Caffé’ se convierta en un lugar de referencia para los amantes de las bicicletas.

En este escenario el próximo 24 de noviembre se hará la presentación de la carrera de ‘Eroica Hispania’. Tendrá lugar como cada año en la pequeña localidad de Cenicero, La Rioja, durante los días 1 y 2 de junio del año próximo.

Aquí dentro no hay música, igual que en los cafés de antes. Los amantes del ciclismo tradicional, que contemplando las imágenes colgadas de las paredes tal vez rememoren las proezas del legendario Miquel Poblet, del entrañable Melcior Mauri o del más cercano Purito Rodríguez, o los cicloturistas más alejados de la competitividad pueden darse cita aquí, porque el placer está en disfrutar de todo lo que es capaz de regalarnos una bicicleta. Un dato, que me resulta curioso y romántico a la vez, es descubrir que, en esta era que vivimos en la que la prensa escrita se cuestiona tanto, ellos apuestan por imprimir un pequeño diario de noticias acerca del ciclismo y lo colocan en las mesas para uso y disfrute de cualquiera que entre.

EROICA HISPANIA

La carrera de ‘Eroica Hispania’ tendrá lugar, como cada año en la pequeña localidad de Cenicero, La Rioja, durante los días 1 y 2 de junio del 2019. A esta región se trasladará el espíritu de la ‘Eroica’ de La Toscana. Y es que ambos territorios comparten similitudes, ya que son tierras de viñedos y de bodegas, de gran interés cultural, histórico y medioambiental. Hay tres recorridos, largo, medio y corto, que en algunos tramos coinciden con el Camino de Santiago. Una excusa perfecta para alejarnos del estrés al que estamos acostumbrados y adentrarnos, bici en mano, al disfrute de lo natural y del placer por descubrir que no eres el único loco que desea saborear la vida a otro ritmo. Como declara Brocci: “queremos que la gente redescubra la belleza de la fatiga y la emoción de la conquista”. Porque al final, lo importante es participar.

Bienvenidos a ‘Eroica Caffé’, esto es ‘Eroica’. Y, claro está, escrita en italiano: no lleva hache.