El fabricante de la marca Buff ha finalizado la ampliación del centro de producción de Igualada.

Buff se prepara para duplicar la producción con innovación y sostenibilidad

La compañía de Igualada celebra el 30 aniversario de la marca de tubulares y gorras con un plan de crecimiento centrado en la relocalización de la fabricación, la incorporación de materiales reciclables y de origen natural y el cuidado por el medio ambiente

La empresa Original Buff ultima la reordenación industrial de la fábrica de Igualada para proveerla de la capacidad y logística necesarias para expandirse y duplicar la producción hasta los 20 millones de unidades anuales de tubulares, gorras y otros accesorios de cuello y cabeza para actividades al aire libre.

La compañía ha puesto en marcha una nave adyacente de 1.500 metros cuadrados que, por un lado, permite liberar espacio del centro de producción y, por otro, sistematizar los procesos industriales. La finalidad es adaptar las instalaciones para absorber la fabricación de las gorras que se elaboran en Asia —que suponen el 10% de la producción total— y el incremento de la demanda prevista ya que, sólo de tubulares, prevé producir 10 millones de unidades en 2025. La marca pasará de 350 a 500 empleados.

En total, la compañía de la familia Rojas Vives ha invertido cinco millones de euros desde 2020 para implementar la metodología Lean, con el rediseño de toda la fábrica y potenciando los estándares de calidad, sostenibilidad y eficiencia, “poniendo a los consumidores en el centro de nuestras decisiones”, explica en The New Barcelona Post, el director de marca del grupo, Thierry Peuchot.

El compromiso de Buff con la producción local “es total”, en el horizonte de 2024, con el Made in Barcelona. Actualmente, en Igualada se fabrican los tubulares, pasamontañas, casquillos de lana o tejido, diademas y bandanas, con 6.000 referencias, que se comercializan en 70 países, con un total de 20.000 clientes. La distribución se realiza a través de la venta en el retail u online. La marca descarta tener una red de tiendas propias más allá de los cuatro puntos de venta que posee actualmente (uno en las oficinas de Igualada, dos en el Aeropuerto del Prat y otro en el centro comercial de Illa Diagonal).

En el ejercicio fiscal de 2021 (cerrado a 31 de marzo de 2022), Buff ingresó 46,9 millones de euros, después de que el ejercicio anterior registrara un crecimiento exponencial del 61%, hasta los 84 millones de euros, gracias al alza de las ventas online que se dispararon en el año de la pandemia. En el último ejercicio, se ha vuelto a niveles prepandémicos, pero para este año las previsiones apuntan a un incremento del 10% hasta alcanzar los 52 millones de euros.

David Camps, Original Buff
El consejero delegado de Buff, David Camps.

Con la vista puesta en el quinquenio 2025-2030 y el objetivo de eliminar las fibras sintéticas y realizar productos reciclables 100% para fomentar la economía circular, Buff fomenta “la innovación trabajando con los proveedores para conseguir que los tejidos acaben siendo reciclables”, explica Thierry Peuchot. Manifiesta que habría que encontrar un sustituto al elastano, la fibra sintética que incorporan los productos para que el tejido gane elasticidad, “pero esto hoy por hoy es complicado; ningún fabricante acaba de encontrar un material natural que dé la flexibilidad necesaria y los que se están testeando no resuelven las necesidades de los consumidores”.

Sin embargo, el reto de Buff es conseguir que ninguno de sus productos lleve elastano en 2025, porque “aunque sólo supone el 5% de todos los materiales de uno de nuestros productos, este pequeño porcentaje hace que nuestras piezas no sean reciclables”, asegura.

Actualmente, el 79% de las ventas provienen de materiales responsables, incluyendo materiales reciclados –más de 33 millones de botellas recicladas– y de origen natural, consiguiendo que sus productos sean lo más sostenibles posible.

Área de trabajo en la factoría de Igualada.