Barcelona cuenta desde esta semana con un nuevo edificio de oficinas, locales comerciales y restauración situado en una de las zonas más codiciadas de la ciudad, el tramo de la Avenida Diagonal que toca a la plaza Francesc Macià. Se trata de Aura, el proyecto inmobiliario que ha transformado completamente el antiguo centro de El Corte Inglés para convertirlo en un nuevo icono destinado a albergar empresas de alto valor que tengan como máxima prioridad la captación y la retención de talento.
El promotor y propietario de Aura, situado en el número 471 de Diagonal, es AM Gestió, el family office del empresario Pedro Alonso Agüera, expropietario de la empresa de componentes de automoción Infun. Esta sociedad compró el centro de El Corte Inglés de Francesc Macià a mediados de 2019 por 152 millones de euros. Ahora, ha invertido 40 millones en su remodelación integral, por lo que el desembolso total destinado al proyecto se acerca a los 200 millones. Alonso, que tiene vocación patrimonialista, prevé recuperar este importe mediante las rentas a largo plazo que le generará el alquiler de los 21.500 m² de superficie disponible.
De esta cifra, 14.100 m² corresponden a oficinas —cada planta dispone de 3.000 m² alquilables— y otros 6.178 m² se reparten entre dos locales comerciales con fachada en la Diagonal y tres locales destinados a acoger establecimientos de restauración en la parte trasera, en la confluencia de la calle Buenos Aires con Villarroel. Una vez acabadas las obras, el propietario de Aura ha encargado a la consultora inmobiliaria Cushman & Wakefield la comercialización en exclusiva del inmueble, por el que ya se han interesado múltiples compañías, según asegura Natalia Tost, socia del área de oficinas de Cushman.
Por ahora, se ha alquilado la planta sótano y uno de los tres locales de restauración de la planta baja a El Corte Inglés, que entre los meses de mayo y junio abrirá un supermercado, un área de degustación y experiencias gastronómicas y un Club del Gourmet que ocuparán una superficie de más de 3.200 metros cuadrados. Así, los vecinos de la zona volverán a tener de nuevo disponible un supermercado de El Corte Inglés, una de las pérdidas que más sintieron cuando los grandes almacenes cerraron sus puertas definitivamente en enero de 2021.
Aunque no ha sido confirmado oficialmente, se ha alquilado también uno de los dos locales comerciales de Diagonal a la cadena de perfumerías Sephora, que ya ha iniciado las obras de adecuación para inaugurar a finales de abril. La otra tienda disponible, de 800 m², también tiene ya un pretendiente y el contrato de alquiler, según avanza Domènec Casellas, socio de Cushman & Wakefield, se firmará en cuestión de semanas. No ha trascendido la identidad de la marca interesada en abrir esta flagship. En paralelo, existen conversaciones con múltiples empresas interesadas en abrir restaurantes y cafeterías en los dos locales de la planta baja que dan a Buenos Aires y que pueden, a su vez, segmentarse en espacios más pequeños, lo que permitiría incrementar la diversidad de la oferta de restauración.
El proyecto de Aura está firmado por el despacho Blanch + Conca Arquitectura (BCA) y ha sido construido durante quince meses por una unión temporal de empresas integrada por Serom (filial del grupo Calaf) y Elecnor. Según el arquitecto Albert Blanc, solo se ha mantenido la estructura del edificio original, construido en 1967 por la estadounidense Sears, y el resto es todo nuevo, lo que permite al edificio contar con las últimas tecnologías, disponer de las máximas certificaciones medioambientales, de salud y bienestar y de conectividad (Leed, Well y WiredScore Platinum) y adaptarse a los criterios de ESG que actualmente buscan todas las grandes compañías. Inicialmente, en 2019, las obras se presupuestaron en 25 millones de euros, pero al final han acabado costando 40 millones por las consecuencias de las sucesivas crisis (pandemia, guerra de Ucrania, inflación, carestía de materiales…) sucedidas desde entonces.
De las cinco plantas destinadas a oficinas destacan los espacios diáfanos y la gran luminosidad de la que gozan, ya que se trata de un edificio totalmente acristalado por sus cuatro costados. Además, las plantas están atravesadas por un atrio interior que también arroja luz natural y que se ha construido aprovechando el enorme hueco que ocupaban las escaleras mecánicas del antiguo centro comercial. Este atrio está dotado de un jardín vertical donde las hojas verdes contrastan con el color blanco que impera en la fachada y en el interior del inmueble.
Otro elemento significativo que hace único al edificio en esta zona de Barcelona es que cuenta con una azotea en la sexta planta, un rooftop de 1.400 m², que podrá ser utilizado para mantener reuniones informales o como un espacio de desconexión y sociabilización por parte de las 1.800 personas que pueden llegar a trabajar en Aura. Además, en la primera planta hay otra terraza de 1.000 m², orientada a la Torre Godó y donde se han instalado unos parterres con un tipo de sustrato que permite que las plantas puedan generar bioelectricidad. Se trata de un proyecto liderado por la startup Bioo, que busca crear “ciudades biotecnológicas”. Finalmente, Aura dispone de un auditorio y de tres plantas de aparcamiento subterráneo, con un espacio específico para coches eléctricos, bicis y patinetes.
Natalia Tost destaca las características únicas del edificio, tanto por su ubicación privilegiada —entre el Eixample, Les Corts y Sant Gervasi— como por disponer de unas plantas diáfanas de 3.000 m² imposibles de encontrar en esta zona prime de la ciudad, definida en el argot inmobiliario como CBD (Central Business District). “En este eje de negocios no existe ningún otro edificio igual; para encontrar estas superficies tendríamos que ir al 22@ o a la Zona Franca”, explica la experta, que subraya también la importancia de disponer en pleno centro de una gran terraza, un elemento que en este entorno pospandémico las compañías que buscan oficinas han convertido en un requisito indispensable. “La terraza ahora es un elemento clave en la comercialización”, constata.
Tost confía en poder anunciar los primeros inquilinos de las oficinas de Aura a lo largo de los próximos tres meses. Aunque no ha avanzado el importe de las rentas que se negociarán, destaca que el edificio tiene la vocación de “romper el techo de cristal” que existe actualmente en Barcelona en materia de precios. En su opinión, en este inmueble el tema precio pasa a ser secundario, ya que lo que prima “es el valor del talento” que se quiere captar o retener desde esta ubicación privilegiada en pleno centro de la ciudad. “Quien se instale en Aura, lo hará pensando en sus equipos, en su talento”, asegura. Según Tost, están ya en conversaciones con empresas de ámbito internacional que son sensibles en esta materia.
Aura ofrece máxima versatilidad a los inquilinos, de forma que puede ser alquilado íntegramente por una única empresa o por varias. Así, cada planta tipo de 3.000 m² puede ser ocupada por una sola compañía o por dos, ya que segmenta en un módulo de 2.000 m² en toda la zona orientada a las calles Villarroel y Buenos Aires, y en uno de 1.000 m² en la parte con vistas a la Diagonal y a Francesc Maciá.
Finalemente, la socia de Cushman & Wakefield también subraya que Aura nace “con el propósito de actuar como un agente transformador en positivo para todo el barrio”, en el sentido de que toda la reforma se ha concebido para potenciar la máxima integración en la trama urbana y para promover un entorno seguro. Un elemento tangible es que las aceras de Villarroel y Buenos Aires serán a partir de ahora mucho más anchas.