Desde que Elvira Dyangani Ose se convirtió en la nueva directora del MACBA, es difícil salir del edificio defraudada o teniendo la sensación de haber estado en un planeta extraterrestre cuyo idioma no se domina. Quizás, para el visitante de paso, sea más importante el continente —el hermoso edificio de Richard Meier— que el contenido, pero para aquellos amantes del arte y, en especial, del contemporáneo, la coherencia expositiva y la apuesta por correr algún riesgo con nuevas propuestas, están siendo una fórmula de éxito. A la vista está la reordenación o deconstrucción que ha hecho de la colección del museo, que se convirtió no solo en toda una declaración de intenciones, sino en un preludio de cuál iba a ser su propuesta de trabajo.
En esa línea, marcada por una destacada mirada femenina, nos brinda ahora Corpus Infinitum, una exposición que tiene como objetivo el replanteamiento del mundo como un todo, en cuyo lugar el ser humano deja de ser el centro para ser, simplemente, uno más dentro de un único organismo más complejo, junto al ámbito geológico, el bacteriano y el meteorológico.
Para ello, la filósofa Denise Ferreira da Silva junto al cineasta Arjuna Neuman, proponen esa visión planetaria del mundo como un plenum (corpus infinitum), estructurando la muestra a partir de los tres films que han producido hasta la fecha divididos en tres instalaciones, junto a un extra de material audiovisual y documental, y una publicación dentro de los Quaderns Portàtils que ya edita el propio museo, que recoge los ensayos Reivindicaciones ancestrales (2022), La purpurina interior (2022) y Se avecina un terremoto (2023), traducidos por primera vez al castellano.
La exposición tiene como objetivo el replanteamiento del mundo como un todo, en cuyo lugar el ser humano deja de ser el centro para ser, simplemente, uno más dentro de un sólo organismo más complejo
Las tres películas que se proyectan plantean como nos podríamos imaginar el mundo si lo pensáramos desde el punto de vista de los elementos. Y son esos cuatro elementos básicos para la vida —agua, tierra, fuego y aire—, los ejes a partir de los que los artistas reflexionan sobre una existencia interdependiente, apostando por un tiempo y unos valores que reimaginen el conocimiento y la vida de otra manera, desde una perspectiva multiespecie.
Serpent Rain (2016), 4 Waters – Deep Implicancy (2019) y Soot Breath//Corpus Infinitum (2020), se componen de grabaciones de paisajes micro y macro, animación y documentación de archivo, todo ello con unas referencias que abarcan desde la mecánica cuántica al blues pasando por distintas filosofías, la física clásica, la teoría colonial o la cartomancia. Son piezas que priorizan cuestiones globales, como la migración, el desplazamiento, el legado del colonialismo y la devastación ecológica, y cuestionan las estructuras de poder y la categorización de las diferencias, por crear fisuras entre los humanos, los más que humanos, la tierra y el cosmos. La descolonización como el único principio ético relevante de nuestro tiempo.
Esta muestra es como un vórtice en mitad del caos, que nos invita a asomarnos a ver quienes somos del mismo modo en que observamos la naturaleza, a replantearnos nuestra propia cosmología desde el lugar de los elementos, sin alejarnos de ese corpus infinitum.
La descolonización como el único principio ético relevante de nuestro tiempo
Dice la filósofa Denise Ferreira da Silva que, a pesar de que su trabajo audiovisual, junto a Arjuna Neuman, está concebido para conducir al espectador a una reflexión intelectual, esta exposición es una sorpresa en cuanto a que no saben bien cuál será la reacción del público, ni a qué tipo de reflexión o emoción les va a conducir, y que eso es, precisamente, lo más interesante.
Hay que entrar en ese espacio, ponerse cómoda y dejarse llevar por los elementos, cada uno representado con un símbolo que flota en mitad de la pantalla. El tiempo no es lineal, sino que ensambla un espacio infinitamente explosionado donde toda película, toda imagen, todo sonido, existe a través de los otros. Un todo que puede verse con los ojos, con el corazón o con la entraña.
Corpus Infinitum también es exquisita belleza, que puede una sentarse a ver y ya. Y quizás es también ese su acierto que, al final, detrás de un discurso aparentemente pretencioso e intelectual complejo, hay una lectura humilde, ¿qué otros sistemas del conocimiento podemos aprender, aprehender o reaprender?
Sea como fuere, que nos ubiquen de nuevo en nuestro lugar, en ese todo al que pertenecemos, y que sean otra vez los elementos los que guíen nuestra existencia, es trascendente. Y las conversaciones compartidas del público al salir de las instalaciones reflejan que el trabajo de la nueva dirección del MACBA, en especial de Elvira Dyangani Ose, son un verdadero acierto.
La exposición podrá visitarse hasta el 25 de septiembre, y todos los sábados a partir de las 16 horas las entradas son gratis para todos los públicos.