El Centre d’Art Amatller ha presentado este miércoles la exposición Sorolla, una nueva dimensión, un homenaje al artista valenciano Joaquim Sorolla. Coincidiendo con la conmemoración del centenario de su muerte, la muestra repasa la trayectoria de uno de los pintores de entre siglos más celebrado a nivel mundial a partir de una museografía didáctica e interactiva con proyecciones inmersivas 360 grados, realidad virtual, instalaciones digitales, escenografías y otros recursos tecnológicos. Sorolla, que realizó buena parte de su obra entre Valencia, Madrid y Nueva York, no tuvo mucha presencia en Catalunya. Por eso, una de las prioridades de la exposición es dar a conocer el artista aquí con sus pinturas habituales de playa y con una destacada presencia de la luz característica del Mediterráneo.
Después de inaugurarse en Valencia, la iniciativa ha abierto puertas en Barcelona con la incorporación de una selección de cuadros originales que representan diferentes etapas creativas de Sorolla y ofrecen una lectura íntima y personal de su obra, según informa la ACN. Se trata de unos cuadros con temáticas diversas procedentes del Museo de Montserrat, el Museo Joan Abelló de Mollet del Vallès y de cuatro coleccionistas privados. Son dos pinturas de género o costumbristas, una pintura histórica, dos retratos y dos estudios de diferentes personajes.
En el interior del Centre d’Art Amatller el visitante puede descubrir cómo era la Valencia de Sorolla, entender el contexto familiar que marcó su personalidad, identificar el entorno artístico que lo hizo crecer y singularizarse como creador o sus influencias. En concreto, La Valencia de Sorolla presenta en la muestra cómo Sorolla vivió en una Valencia de cambios y expansión, reformas y nuevas construcciones que darían un nuevo aire a las calles. Presidida por el alfuferenc, el barco de vela latina, esta primera sala expositiva quiere situar a los visitantes en el entorno que Sorolla planteó “divisando los límites de la huerta y la ciudad antigua en los años de cambio de siglo”.
Para sumergirse en el entorno más íntimo del artista, el familiar, la exposición muestra una mesa preparada para una comida enlazada con un autorretrato familiar hecho por Antonio García Perís, su suegro y destacado fotógrafo de la época. Además de la pasión por la familia, esta zona también habla sobre su esposa Clotilde. Por otro lado, en el Entorno artístico se hace un repaso a los artistas europeos y americanos para conocer aquellos nombres más influyentes en la vida de Sorolla, como Blasco Ibáñez y Mariano Benlliure. En un momento en el que España sufría las consecuencias de la pérdida de las colonias de Cuba, Puerto Rico y las Filipinas reinaba una visión trágica que fue retratada por la generación del 98. En Valencia, sin embargo, nació un espíritu más optimista que se puede ver retratado por los grandes artistas valencianos de final del siglo XIX. Este espacio cuenta con una réplica a escala de la icónica fuente de la plaza Redonda de Valencia.
Además de la sala con obra original, uno de los momentos más esperados de la exposición es la experiencia inmersiva. En una gran sala se presenta un viaje mágico donde las pinturas cobran vida. Esta parte de la exposición proyecta una película en 360° de 21 minutos elaborada a partir de imágenes de las pinturas de Sorolla y otros apoyos artísticos y documentales, así como de motion graphics, animaciones en 2D y 3D, efectos digitales y otras técnicas generativas. En otra sala, los más atrevidos también pueden entrar dentro de sus obras a través de la realidad virtual. Con más de 30 gafas de realidad virtual se hacen tangibles y próximos los elementos identificadores de la poética del artista.