Un quiosco de prensa cerrado en Barcelona. ©Laura Guerrero
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La prensa de Barcelona resiste

Los directores de La Vanguardia, El Periódico y Ara rinden homenaje a Antonio Franco y confían en sus proyectos gracias a las oportunidades de los nuevos modelos de negocio

Los tres principales diarios de Barcelona son optimistas de cara al futuro pese a la crisis que Internet y los nuevos hábitos de lectura han sumido desde hace ya algunos años a la prensa en papel. Así lo manifestaron el pasado martes los directores de La Vanguardia, Jordi Juan; de El Periódico, Albert Saez, y del Ara, Esther Vera, en un acto coorganizado por la Fundació La Caixa, el Col·legi de Periodistes, la agencia de comunicación Intermedia y la organización Dircom. Todos coincidieron en que existen expectativas de crecimiento gracias a las suscripciones digitales y las oportunidades que generan los nuevos modelos de negocio.

La prensa escrita lleva años buscando, no siempre con acierto, nuevos caminos a un negocio que la irrupción de Internet ha impactado en sus vías de tradicionales de ingresos: la publicidad y la venta de ejemplares. Cierres y reducciones drásticas de plantillas son una constante desde hace un par de décadas en el sector en todo el mundo. También la práctica del periodismo en los diarios se ha visto profundamente afectada. Ilustrativa es la frase pronunciada antes de morir por el mito del periodismo Ben Bradlee, que fue director de The Washington Post en los tiempos del Watergate: “Mi vida periodística acabó antes de Internet. ¡Menos mal!

Esta crisis global de los medios —algunos la han calificado como tormenta perfecta— ha minado también su credibilidad, en buena parte por el fenómeno de las fake news amplificado a través de las redes sociales. Otras amenazas sobre la profesión del periodismo se atisban ya en el horizonte por medio de la robotización en la redacción de noticias.

Ilustrativa es la frase pronunciada antes de morir por el mito del periodismo Ben Bradlee, que fue director de The Washington Post en los tiempos del Watergate: “Mi vida periodística acabó antes de Internet. ¡Menos mal!

Juan, Saez y Vera se conjuraron en el Palau Macaya para advertir que sus diarios no solo no van a tirar la toalla, sino que están empezando a revertir la mayor crisis en la historia de los periódicos. Los tres ya han implantado sus suscripciones digitales. El acceso gratuito a la información es ahora muy reducido y están convencidos de que los lectores están dispuestos a pagar a cambio de información de calidad. Poco a poco, este proceso avanza.

El director de La Vanguardia insistió en que ahora las posibilidades de crecer “son reales” y que en su rotativo la publicidad online supera ya a la del papel. El de El Periódico coincidió y añadió que los periódicos deben continuar haciendo periodismo. “Cuando lo hacemos, funciona”, dijo. La directora del Ara destacó que hoy, los diarios, se parecen a una cadena de televisión de 24 horas y que se deben adaptar a una tecnología que les ha “atropellado”.

El negocio de la prensa se enfrenta en efecto a unas paradojas que han mostrado sus pies de barro. Uno es que jamás se habían leído tanto periódicos como en la actualidad, pero las ventas han caído en picado. Antes de Internet, se cobraban tarifas millonarias a los anunciantes. La publicidad online ha acabado con este modelo. “Antes vendíamos la publicidad al por mayor, y ahora, al detall”, ilustró Saez. Y no se puede renunciar al papel, porque el diario impreso es aún el puntal de la marca, el que le da credibilidad. Eso obliga a las empresas editoras a soportar el pesado lastre de unos gastos estructurales como son las plantas de impresión, la compra de papel y los canales de distribución.

Como era previsible, la presencia de Antonio Franco, ex director de El Periódico fallecido hace unos días, fue constante. Franco fue un director que revolucionó la prensa de este país a finales de los años 70, cuando fundó el diario del Grupo Zeta e impulsó un modelo en el que el diseño de las noticias con fotos y titulares a mayor tamaño de lo que se estilaba cobraba gran protagonismo. Era un modelo que utilizaba la entonces denominada prensa sensacionalista y que El Periódico empleó sin renunciar a la rigurosidad de la información. Con el tiempo, todos los diarios acabaron adoptando ese modelo.

Debate
Juan, Saez y Vera durante el debate.

Franco nunca dejó de innovar en sus años —en dos etapas— al frente del rotativo. Impulsó la edición en catalán del diario y cuando llegó Internet no se puso de perfil. Afrontó el retó y lideró la adaptación de El Periódico a las nuevas tecnologías, pero lamentablemente aquella revolución ya no era la suya. Tuve la fortuna de trabajar muchos años bajo su dirección y aprender de su profesionalidad y exigencia por el buen periodismo. La redacción de El Periódico en los años 90 fue en muchos aspectos algo así como el dream team de la prensa escrita.

Internet se lo llevó como otras tantas cosas. Ahora, a la nueva generación de directores, como Jordi Juan, Albert Saez y Esther Vera, les toca recoger el testigo de sus antecesores y del espíritu del buen periodismo que encarnaba Antonio Franco, cambiar la historia de la prensa y, al contrario que Bradlee, congratularse de que su carrera comenzó con Internet.