Cuando los barcos atracan en el puerto, apagan los motores que necesitan para circular por el mar, pero ponen en marcha otros que les sirven para satisfacer las necesidades energéticas que tiene el buque parado. La Autoridad Portuaria de Barcelona quiere incidir en este momento para evitar que se queme combustible y reducir así el impacto medioambiental de la infraestructura, que representa un 0,7% de todas las emisiones que se generan en Catalunya. La solución pasa por electrificar los muelles, facilitando que las embarcaciones se puedan conectar a la red el tiempo que están amarradas.
El Port de Barcelona invertirá más de 110 millones de euros en la electrificación de los muelles, un proyecto a largo plazo que se empezó a plantear a principios de 2020 y que se visualizará el año que viene, cuando los primeros barcos se enchufen a la infraestructura.
Unos 90 millones de euros se destinarán a instalar puntos de conexión en los diferentes muelles que permitan conectar las embarcaciones con la red eléctrica, mientras que 20 millones de euros irán a desplegar el cableado necesario para hacer llegar la electricidad a los buques. Una última partida, de tres millones de euros, incluirá costes anuales de operación y mantenimiento de la nueva infraestructura. Se utilizarán fondos propios para cubrir esta inversión, a pesar de que, el presidente de la Autoridad Portuaria de Barcelona, Damià Calvet, ha indicado que aspiran a poder recibir fondos europeos para financiar el proyecto.
Esta inversión de más de 110 millones de euros permitirá reducir en un 50% las emisiones de CO2 que emite el puerto de cara a 2030 y ser climáticamente neutro en 2050, según ha expuesto Calvet. Concretamente, se prevé tener electrificados de aquí a ocho años todos los puntos de atraque de los cruceros, el Moll Prat y las terminales de ferris. A partir de 2030, se irá expandiendo la electrificación a otras zonas, como el Moll de la Energia o la terminal APM.
La electrificación de Port de Barcelona se trata de un proyecto pionero, ha subrayado la responsable de Transición Energética, Ana Arévalo. Será el primer puerto de España que impulse un plan así. Los puertos de Vancouver y Los Ángeles son la referencia que tiene el de Barcelona para este proyecto, que también se ha desarrollado en alguno de China y del norte de Europa.
Primeras pruebas para barcos de contenedores y ferris
El plan para electrificar los muelles empezará con dos pruebas piloto que servirán para conocer la demanda eléctrica de los barcos, así como ir testeando la tecnología que después se extenderá por toda la infraestructura. El primer espacio que se electrificará será la terminal Best, ubicada en el muelle Prat, en la zona sur del puerto, donde más emisiones se generan. El proyecto, en proceso de licitación, consistirá en instalar dos puntos de conexión que enchufarán los barcos de contenedores de la terminal a la red eléctrica, con la fecha de inicio marcada para finales de 2023.
Arévalo ha explicado que la tarea principal de estos puntos consiste en transformar la electricidad que llega desde la subestación eléctrica en la potencia que requiere cada barco, teniendo en cuenta que el voltaje varía si se trata de una embarcación que transporta contenedores, un crucero o un ferri. Los dos puntos que se instalarán en la terminal Best podrán alimentar a dos barcos de contenedores pequeños que no necesiten mucha potencia o uno grande.
El plan para electrificar los muelles empezará con dos pruebas piloto que servirán para conocer la demanda eléctrica de los barcos, así como ir testeando la tecnología que después se extenderá por toda la infraestructura
La segunda prueba piloto se hará en la terminal de ferris, la más próxima a la zona urbana. Aquí solo se instalará un punto de conexión, que podrá dar servicio a un único barco de este tipo, que acostumbran a necesitar menos potencia mientras están parados. El piloto, todavía pendiente de ser licitado, se calcula que entrará en funcionamiento en abril de 2024. La ventaja de esta segunda prueba es que los ferris llegan y se van diariamente, hecho que permitirá probar el sistema con diferentes embarcaciones y hacerlo con más recurrencia.
A pesar de esto, a diferencia de las navieras de contenedores, no hay ninguna compañía de ferris que hoy por hoy incluya la tecnología que permite a los barcos conectarse a una red eléctrica externa. Tal y como ha remarcado Arévalo, están trabajando para conseguir que las empresas lo hagan posible, operación que no es muy complicada, pero sí que requiere cierta inversión. Precisamente, el acompañamiento de las navieras en el proceso de electrificación de los muelles es uno de los aspectos claves para hacer posible el plan. Calvet tiene muy claro que acabarán adaptándose tecnológicamente, como ya pasó con el impulso que se hizo desde la capital catalana del gas natural licuado (GNL), prioridad que fue compartida por las compañías. “El sector marítimo tiene muy claro que tiene que formar parte del cambio”, ha recalcado. De hecho, algunas compañías de contenedores ya integran un sistema para enchufarse desde 2018.
La futura subestación de Red Eléctrica, elemento fundamental
Además de las dos pruebas piloto, otro elemento fundamental en el plan de electrificación de los muelles del Port de Barcelona es la construcción de una nueva subestación eléctrica en la Ronda Litoral por parte de Red Eléctrica, con una capacidad de 220 kV. La futura infraestructura, ubicada muy cerca del Moll Príncep d’Espanya, se espera que quede incluida en el plan de inversiones previstas por la compañía hasta 2026, que todavía se tiene que aprobar y se prevé que se haga en este primer cuatrimestre del año.
En la nueva subestación, el puerto será uno de los principales consumidores, con una demanda de 80 MW. La aprobación de la inversión de Red Eléctrica para esta nueva fuente de energía será un primer paso, pero se estima que pasarán cuatro años hasta que los muelles se puedan conectar a ella. Mientras esto no pasa, el Port de Barcelona irá impulsando los diferentes pilotos, así como irá desarrollando la red eléctrica de media tensión por toda la infraestructura, que supondrá tirar 240 kilómetros de cable y hacer 20,5 kilómetros de canalizaciones hasta las terminales, ha señalado Calvet. También se tendrá que construir una subestación eléctrica en el mismo puerto, que será la que conecte con la de Red Eléctrica y distribuya la energía por toda la infraestructura.