Reconocer y sacar a la luz a los jóvenes investigadores que son el futuro de la ciencia. Este es el objetivo principal de los premios que convoca anualmente la Fundación Banco Sabadell y que esta semana han sido entregados en un acto celebrado el martes por la noche en la sede corporativa de la entidad financiera en Sant Cugat del Vallès. Este año, el XVIII Premio Fundación Banco Sabadell a la Investigación Biomédica ha recaído en Manuel Valiente, doctor en neurociencias y líder del Grupo Metástasis Cerebral del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO). En paralelo, el ganador del VII Premio Fundación Banco Sabadell a las Ciencias y la Ingeniería es Juan Miguel Morales, doctor en ingeniería industrial y líder del grupo Optimization and Analytics for Sustainable Energy Systems (OASYS) de la Universidad de Málaga. Cada galardón está dotado con 50.000 euros.
Según el presidente de Banco Sabadell, Josep Oliu, “es muy importante reconocer la trayectoria de los jóvenes investigadores a mitad de su carrera, antes de que cumplan los 40 años”, ya que la visibilización de su labor contribuye a impulsar sus proyectos y laboratorios y supone un estímulo para todo el talento joven que hay en el país. “El día de la entrega de estos premios es un día muy importante para el banco, no solo porque es una apuesta por la excelencia y el talento joven, sino porque al estar en contacto con estos científicos nos ilustramos mucho, aprendemos cosas fascinantes de sus investigaciones”, explicó Oliu.
El banquero también reivindicó que la paternidad de estos galardones reside en el Dr. Josep Baselga, impulsor del premio de biomedicina, y en Andreu Mas-Colell, que incentivó la puesta en marcha, en colaboración con el Barcelona Institute of Science and Technology (BIST), del premio que reconoce la trayectoria de jóvenes investigadores que destacan en campos como las matemáticas, la química, la física o la ingeniería.
Según el Dr. Óscar Marín, actual presidente del jurado del premio a la Investigación Biomédica, el Dr. Manuel Valiente “es uno de los científicos más brillantes de su generación” y su labor es especialmente encomiable por estar volcado en luchar contra las metástasis cerebrales, una de las enfermedades más letales y prácticamente sin expectativas de curación.
“Mi pasión es entender el cerebro. Aprender sobre las metástasis cerebrales y descubrir cómo luchar contra ellas es un proceso fascinante”, aseveró Manuel Valiente en sus palabras de agradecimiento tras recibir el premio, que dedicó, de forma muy emotiva, a su madre, ya fallecida. Desde su laboratorio en el CNIO, bautizado como Valiente Lab, el científico y su equipo llevan a cabo distintas líneas de investigación y ensayos clínicos para comprender los mecanismos de generación de las metástasis cerebrales, identificar dianas terapéuticas y evaluar su potencial traslación a los pacientes.
Según el neurocientífico, que trabajó junto al Dr. Joan Massagué en el Memorial Sloan Kettering Cancer Center de Nueva York, el 30% de los pacientes con cáncer pueden desarrollar una metástasis cerebral, “un problema que hoy es letal” por la resistencia de las células malignas que colonizan el cerebro a los distintos tratamientos. “No hay manera de eliminarlas”, dijo gráficamente. Valiente asegura que el programa que ha puesto en marcha para entender qué ocurre con las metástasis en el cerebro es pionero a nivel mundial y destacó que su prioridad no es solo centrarse en la investigación básica, sino en intentar trasladar cuánto antes a los pacientes los descubrimientos, por lo que ya tiene en marcha diversos estudios clínicos.
Así, una de las principales iniciativas lideradas por el laboratorio del Dr. Valiente es la creación de la Red Nacional de Metástasis Cerebral (Renacer), integrada por 20 hospitales de toda España que diariamente mandan muestras de tejidos cerebrales cancerosos al laboratorio para que puedan analizarlas y probar nuevos fármacos.
Valiente, que se licenció en Veterinaria en la Universidad de Zaragoza en 2003 y se doctoró en el Instituto de Neurociencias de Alicante en 2009, cifró en cuatro el número de descubrimientos realizados hasta ahora por su laboratorio y explicó que tiene en marcha tres estudios clínicos. Por un lado, ha demostrado que para atacar la metástasis no solo hay que atacar las células cancerígenas durante la colonización del cerebro, sino utilizar también fármacos “que corten la comunicación” con el denominado microambiente, en el que se producen cambios moleculares que afectan a células como los astrocitos, convirtiéndolas en componentes protumorales. Según el jurado del premio, este descubrimiento se traduce en una “novedosa estrategia terapéutica” actualmente en fase de ensayo clínico.
El laboratorio también ha desarrollado una nueva plataforma de cribado de fármacos (METPlatform) que permite probar y descubrir nuevos medicamentos, y ha definido una nueva estrategia para mejorar la respuesta a la radioterapia en pacientes con metástasis cerebral mediante el uso de un nuevo biomarcador que permite saber si el paciente va a experimentar o no resistencia a la radioterapia. La validación de este biomarcador, detectable mediante un análisis de sangre, se encuentra también en fase de ensayo clínico.
Finalmente, el Dr. Valiente ha iniciado un estudio de los síntomas neurocognitivos asociados a la metástasis cerebral, con un hallazgo que supone “un cambio de paradigma” y abre camino al desarrollo de un programa terapéutico orientado a preservar la calidad de vida de los pacientes mediante el bloqueo del posible impacto neurocognitivo. Para ello, aplican inteligencia artificial y técnicas computacionales que permiten identificar patrones funcionales en los circuitos neuronales que informan de la presencia de metástasis.
Por su parte, el Dr. Luís Torner, que este año ha relevado a Mas-Colell en la presidencia del premio a las Ciencias y la Ingeniería, aseguró que el galardonado, Juan Miguel Morales, “está en la vanguardia de la ciencia mundial” gracias a que combina la ingeniería con la matemática aplicada, y aseguró que la elección del ganador fue “extremadamente difícil” por el altísimo nivel de todos los candidatos.
Según Morales, recibir el premio de la Fundación Banco Sabadell “supone un revulsivo para seguir investigando” y para subir la moral de todo su equipo, basado en la Universidad de Málaga. “Este premio pone en el foco en el valor social de la ciencia y realza el rol que tenemos los investigadores en la sociedad”, señaló, antes de detallar sus líneas de trabajo, centrada en desarrollar herramientas computacionales que permitan optimizar la implementación de las energías renovables.
Dr. Ingeniero Industrial por la Universidad de Castilla-La Mancha, el científico ha desarrollado también buena parte de su trayectoria en la Universidad Técnica de Dinamarca y es autor de dos monográficos sobre la integración a gran escala de las energías renovables en el sistema eléctrico que son referencia en el sector. “Las redes de distribución de electricidad son la infraestructura más colosal creada por el hombre”, sentenció Morales, que lidera un equipo de jóvenes ingenieros, matemáticos y estadísticos enfocados al desarrollo de algoritmos, modelos y técnicas de optimización dirigidas a lograr la descarbonización del sector energético. Sus mayores logros se centran en elementos como la toma de decisiones bajo incertidumbre, teniendo en cuenta que el sol y el viento son dos recursos renovables con alta incertidumbre y variabilidad.