Rubén Bonet Fractus
El consejero delegado y fundador de Fractus, Rubén Bonet.

Fractus se expande y entra en el sector de los dispositivos médicos

La compañía tecnológica licencia su tecnología de antenas internas para marcapasos, desfibriladores y dispositivos de resincronización

Nuevo paso en la trayectoria empresarial de Fractus, empresa barcelonesa que revolucionó a nivel mundial el sector de los teléfonos móviles al poner fin a la era de las aparatosas antenas exteriores. En una realidad con cada vez más dispositivos conectados, la compañía tecnológica está inmersa en un proceso de diversificación de su actividad para asentarse en el campo del Internet de las Cosas (IoT). Con este objetivo, la spin-off de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) acaba de aterrizar en el sector de la salud, expandiendo su radio de acción más allá de la telefonía móvil y las torres de telecomunicaciones.

La compañía ha licenciado con éxito su tecnología de antenas, basada en las formas fractales, para dispositivos médicos inalámbricos como marcapasos, desfibriladores y dispositivos de resincronización, estos últimos utilizados para tratar la insuficiencia cardíaca. “No solo los teléfonos móviles necesitan conectividad inalámbrica y antenas. Aparatos como los marcapasos, que están implantados en el cuerpo, también tienen que comunicarse con el exterior, ya sea con otros dispositivos que tiene el paciente en su casa o con el mismo hospital, e ir motorizando que está pasando, un control remoto que se hace mediante antenas”, explica el consejero delegado y fundador de Fractus, Rubén Bonet, en declaraciones a The New Barcelona Post. Según la empresa, el uso de su tecnología permite maximizar en un espacio mínimo el rendimiento de las antenas aplicadas a la telemedicina.

El sistema hospitalario es un campo que Fractus exploraba desde hacia tiempo y que ahora se convierte en uno de sus principales focos al convertirse en el tercer sector en el que cobrará por el uso de su tecnología. Aunque empezó teniendo fábricas de antenas en China y Corea, la compañía dio un golpe de timón en 2009, año en el que firmó su primera licencia con Apple, un modelo de negocio que se aceleró a partir de 2014. Después de llevar a la justicia a las compañías de telefonía móvil que no querían pagarle, Fractus fue sumando a su cartera a marcas como Samsung, Motorola, LG, HTC, BlackBerry, Sharp o ZTE, así como teleoperadoras como ATT, T-Mobile, Sprint y Verizon. Desde entonces, la empresa ha registrado una facturación acumulada de 200 millones de euros. 

Actualmente, la compañía posee una cartera de derechos de propiedad intelectual de más de 4o invenciones protegidas a través de más de 120 patentes en Estados Unidos, Europa y Asia. Del mismo modo, siguen los litigios contra las empresas que utilizan sus antenas internas de forma fraudulenta. En este sentido, Fractus ha demandando recientemente por infracción de sus patentes a ADT y Vivint, dos empresas de alarmas radicadas en Estados Unidos.

La compañía con sede en Sant Cugat del Vallès espera que sus antenas para dispositivos médicos acaben teniendo un peso en sus cuentas similar al de los otros dos sectores en los que cobra regalías. “Es un mercado inmenso, con unos ingresos de tres billones de dólares a nivel mundial. Será una pata importante para la empresa”, expone Bonet. En los últimos cinco ejercicios, la facturación media anual de Fractus se ha situado en los 17,6 millones de euros. Fundada en 1999, la plantilla supera los 50 trabajadores.