El sector digital de Barcelona y su área metropolitana se está convirtiendo en uno de los más punteros a escala europea, posicionando la ciudad cada vez más en los principales niveles de muchas clasificaciones. Pero una de sus principales carencias es la falta de los profesionales para dar respuesta al crecimiento que está registrando este sector. Solo en Barcelona, entre 2017 y 2019, la demanda de perfiles digitales se ha incrementado un 80%, mientras que la oferta solo lo ha hecho un 30%. La Fundación Telefónica, el Ayuntamiento de Barcelona y la Generalitat se han unido para ponerle remedio, impulsando el campus de formación gratuita 42 Barcelona en el Parc Tecnològic de Barcelona Activa, con capacidad para formar a 600 estudiantes en un espacio de 1.622 metros cuadrados.
Esta nueva academia de programación, que iniciará su actividad en el segundo semestre de 2021, preparará a sus alumnos en tecnologías como la ciberseguridad, el big data, la inteligencia artificial, el blockchain y el Internet de las Cosas, anticipándose a las profesiones que se convertirán en fundamentales en un futuro cada vez más próximo. Para hacerlo, utiliza un modelo pedagógico pionero, basado en la gamificación y el trabajo colaborativo. Las figuras tradicionales de profesor y clases no existen y cada estudiante marca libremente su ritmo de aprendizaje, siendo el único responsable de si avanza o no en los diferentes niveles que tiene que ir superando. La evaluación no pasa tampoco por exámenes convencionales, sino por el análisis que hacen los compañeros del trabajo que realiza cada uno, anulando la posibilidad de continuar sin los otros y de manera individual y fomentando el aprendizaje compartido y colaborativo.
Todo el mundo que quiera puede acceder a 42 Barcelona: no es necesaria ningún tipo de formación previa ni conocimientos técnicos, no hay límite de edad —hay que ser mayor de edad—, es gratuito y el campus está abierto las 24 horas cada día de la semana, sin horarios. Tampoco hay que hacer ningún examen de entrada, pero sí que se tiene que superar “la piscina”, un periodo de 26 días en el que los candidatos a estudiantes se tienen que enfrentar a diferentes retos para ver si esta metodología se adapta a su manera de aprender y se sienten cómodos.
Barcelona se suma a Madrid, Málaga, Urduliz (Vizcaya) y Alicante, ciudades que la Fundación Telefónica también ha escogido para desarrollar la metodología 42. El campus de Madrid se inauguró hace un año y el resto de ciudades, junto con la capital catalana, lo harán de cara a 2021. La expansión está justificada por la buena evolución de la academia de Madrid, que ya ha sumado más de 26.500 inscritos, con edades comprendidas entre los 18 y 61 años, de todas las comunidades autónomas y de más de 25 países diferentes.
El modelo 42 fue fundado en París en el 2013, cuando la industria de la tecnología informática se vio afectada por una gran carencia de programadores. Esta metodología se ha ido expandiendo internacionalmente, en más de 20 países, como Italia, Bélgica, Países Bajos, Finlandia, Marruecos, Rusia, Brasil, Colombia o Japón. En los diferentes campus que hay en el mundo con esta filosofía, el éxito es incuestionable: el 100% de los participantes de sus cursos encuentran trabajo y reciben una media de ocho ofertas laborales durante el tiempo que participan en el programa.
Ejemplo de colaboración público-privada
El nuevo campus 42 Barcelona ha sido impulsado por la Fundación Telefónica, el Ayuntamiento de Barcelona y la Generalitat. En la presentación de la iniciativa, tanto el primer teniente de alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, y el conseller d’Empresa i Coneixement, Ramon Tremosa, como la directora general de Fundación Telefónica, Carmen Morenés, han aplaudido el buen entendimiento que ha existido entre los diferentes actores para impulsarla. “Es un caso que debemos celebrar de colaboración publicoprivada”, ha remarcado Tremosa.
Para Collboni, este proyecto también servirá para continuar dinamizando el distrito de Nou Barris, donde se ubica el Parc Tecnològic de Barcelona Activa, reforzar la capitalidad de Barcelona en el panorama tecnológico y digital, y atraer talento e inversión, un objetivo para el que ha señalado que están completamente alineadas las diferentes instituciones y las empresas.