Si la memoria ha sido el eje central de la buena temporada que ahora acaba en el Teatre Nacional de Catalunya (TNC), rescatando del olvido a todas las Natàlias que pudo ser la Colometa y las víctimas de un manicomio de mujeres durante el franquismo, el próximo curso sigue la estela y no se va muy lejos, queriendo volver a provocar preguntas entre los espectadores cuando cae el telón. Todas aquellas voces que habitan los márgenes serán las protagonistas de la temporada 2024/2025, haciéndolas hablar después de, también, demasiado silencio. “Entre los sinónimos de marginal está todo aquello que es secundario, insignificante, lateral, periférico, separado, alternativo, no comercial, independiente… Pero también un lugar desde el que escapar de lo que la sociedad nos ha asignado, un lugar de rebeldía, de inconformismo, una alternativa, una reacción”, apunta la directora del TNC, Carme Portaceli, a las puertas de su cuarta temporada al frente de la sala.
Ahí entran de pleno las muchas mujeres que han sido castigadas tantas veces en la historia. Grandes nombres como el de Ana Karenina de Tolstói tomarán la Sala Gran del TNC, con una Ariadna Gil que se meterá en el papel de mujer infiel, o enamorada, pero también madre en una sociedad que la condena. Con dirección de Portaceli, quien ya ha tratado la cercana Madame Bovary, será uno de los platos fuertes de la temporada, con un elenco que lo completarán Borja Espinosa, Eduard Farelo, Miriam Moukhles, Bernat Quintana y Bea Segura. Después de su estreno en Barcelona, hará gira por Europa. La otra cara la dará la adaptación de Los días del abandono de Elena Ferrante, la autora que “mejor explicar las miserias del patriarcado” para Portaceli, poniendo el foco en una mujer abandonada por su marido en un espectáculo en francés.
A la mujer infiel siempre se la ha castigado, pero también a la mujer que no puede ser madre, cargando la culpa de un fracaso que la empuja a un espinoso aislamiento. Mucho se conoce la Yerma de Federico García Lorca, pero Àngel Guimerà también abordó esta cuestión en L’aranya, una obra poco representada que ahora llegará al TNC. Con la actriz Mima Riera, la dramaturgia de Jordi Prat i Coll trasladará la acción de la obra del autor canario a la Girona franquista, ambientada originalmente en la Barcelona de principios del siglo XX. Será la obra de la próxima temporada que hará gira por teatros catalanes. La dictadura, con un legado que tanto nos hace criticar y juzgar a los demás según Portaceli, también estará presente en Primera sangre de María Velasco, con todos los prejuicios latentes en el país explotando ante el asesinato de una menor en una escuela. O a través de escritoras silenciadas como Rosa Maria Arquimbau, escritora y periodista a la que la Guerra Civil truncó su trayectoria, ahora reivindicada con la recuperación de Marie, la roja.
No podían faltar las conocidas como brujas, esa figura misteriosa que sirvió para purgar todos los males, más inventados que reales, que los que tenían el poder pudieron tejer para atemorizar a quien dudase. Vosaltres, les bruixes de Jan Vilanova es una propuesta de teatro documental que rendirá homenaje a todas aquellas personas, la mayoría mujeres, víctimas de una persecución cruel.
Desgraciadamente, la guerra hace unos años que ha intensificado su cercanía, como se intuye en las numerosas propuestas del TNC que la abordan. Destaca La tercera fuga de Victoria Szpunberg, resiguiendo la historia de tres exilios en Ucrania, Argentina y Barcelona, con un reparto que contará con Clara Segura en el final de la temporada 2024/2025. Sol Picó también se acercará a los exilados, con una obra familiar que hablará de las víctimas de la guerra de Siria. También estará presente Palestina, con pequeños espectáculos de artistas que saldrán, si pueden, de un pueblo que se desangra día a día.
Un total de 39 propuestas, unas pocas menos que este curso, integrarán la nueva temporada, con otros títulos como el musical Ànima, con un elenco formado por 14 actores y 10 músicos, una apuesta fuerte que ya se ha visto recientemente en Els Watson, la danza de la compañía londinense Humanhood con raíces en Sitges, o el pacto con el diablo que imagina Angélica Liddell (¡de cinco horas y media!). Habrá que ver si el TNC consigue repetir el tirón de esta temporada, con más de 126.500 espectadores y una ocupación del 83%. “Son unas cifras extraordinarias”, remarca Portaceli. Además, por segundo año consecutivo, se ha conseguido un récord de abonos, con un total de 5.700. Con la falta de nuevos presupuestos en la Generalitat, el teatro mantendrá su partida para la próxima temporada en los 16 millones de euros.