Jordi Duran, de Fira Tàrrega: “Todavía hay mucho prejuicio hacia las artes de calle: se ven como baja cultura”

El director artístico de FiraTàrrega 2018, Jordi Duran, habla con The New Barcelona Post sobre la 38ª edición de la Feria, su última como director después de 8 años.

Teatro de calle y Tàrrega, términos de un binomio que han llegado a ser sinónimos en Cataluña: me perdonarán el tópico. La Fira llega del 6 al 9 de septiembre en su 38ª edición con un menú de espectáculos que quiere volver a ofrecer un salto cualitativo, aportando nuevas experiencias en este género, que hace tiempo que dejó de ser menor. Los escenarios de FiraTàrrega acaban convirtiéndose en espacios participativos, donde el público interactúa con la pieza teatral hasta convertirse, incluso, en inesperado protagonista.

El capitán de este buque insignia artístico desde hace ocho años es Jordi Duran, un enamorado del teatro y de las artes en general. Activo, proactivo e incansable. A Duran la cabeza bulle de ideas que se transforman en nuevos retos. Uno de ellos es superar el clasismo que, nos cuenta, pervive aún en el mundo artístico con el fin de compartir ilusiones y experiencias con otros festivales, mediante coproducciones, por ejemplo. En su último año al frente de la Feria pondrá en primer plano “la reinterpretación del espacio público, cada vez más marcada por la actualidad y el entorno”. Sobre su inminente salida de la dirección de la feria, asegura que “todos somos prescindibles” y espera que, sin él, el certamen “sea sacudido para poder reconstruirse y mejorar en un futuro”. Hablamos con él y nos desvela sus inquietudes y cómo se prepara FiraTàrrega 2018, su última como director artístico.

Esta edición número 38 de FiraTàrrega cierra un trienio que ha reivindicado las artes de calle. Interculturalidad, participación y espacio público han sido las ideas clave. ¿Qué se busca en esta edición?

La idea es releer el espacio público. Este trienio ha servido para reivindicar los activos de las artes de calle. Veníamos de las ediciones del 2011 al 2015, veníamos de explicar o de intentar entender que las artes de calle no son sólo teatro de calle. Ahora hacemos una lectura sincrónica y diacrónica de lo que somos y de lo que hemos sido, porque pienso que desde el pasado 1 de octubre el espacio público y su significado han cambiado. No te hablo de utilizar la feria como un espacio con fines panfletarios, sino que es importante interpelar al público para escuchar qué pasa y quiénes somos. Lo que preocupa a nuestros artistas debe tener cabida en las artes de calle. Así, la feria se convierte en un equilibrio de equilibrios, pero también un espacio donde pasarlo bien y reír. Es una montaña rusa de experiencias. Hemos de poder apartarnos de los problemas, pero también poder mirarlos a la cara.

Desde que tomó las riendas de la dirección del festival, éste se ha afianzado en la vocación de ir más allá del teatro de calle convencional. ¿Qué proyectos ayudan a hacer este cambio de chip?

Durante cinco ediciones (del 2011 al 2015) dedicamos la feria a diferentes categorías escénicas: el circo, las nuevas tecnologías, la danza, el teatro y las artes visuales. Desde el 2015, hemos ido incorporando más piezas escénicas que se hibridan con las artes visuales. Cada vez es más natural que el espacio público sea un espacio de arte en vivo. Después de estos cinco años, este concepto ya había cuajado y ahora insistimos en el porqué de las artes de calle hoy. Apelamos a público, instituciones, profesionales, universidad… Debemos estimular para que haya más investigación en esta línea. La feria debe ser un lugar donde cada uno encuentre una pieza.

Este año tendrán lugar 50 estrenos de 8 países diferentes. Otros años la Feria contaba con más estrenos, pero la obsesión por las cifras ya decidisteis dejarla atrás hace años…

Ya hace tiempo que trabajamos pensando en la calidad, y pensando en generar experiencias. Hacemos artes escénicas y no fiesta. Para eso, ya tenemos el Primavera Sound, el Sónar… aquí hacemos arte. Por este motivo luchamos para que los artistas trabajen en buenas condiciones y no queremos contribuir a precarizar el sector. FiraTàrrega tiene muy en cuenta la gente que programa, y esto se debe cuidar. Cuando se hacían 100 o 120 espectáculos era inalcanzable. Ahora tenemos 50 espectáculos, es accesible y el programador tiene la sensación de que ve muchas cosas y no se pierde tantas.

Hablemos de una de sus apuestas más firmes al frente de la Feria. Es el Programa de Apoyo a la Creación artística. Este año, gracias a esta iniciativa el público podrá disfrutar de 12 producciones nuevas.

En el año 2011 presenté un proyecto para abrir y cambiar el modelo. Este cambio tenía que suceder para estar en el sector desde la formación e implicar también a sus artífices en el proyecto. Por ello, se planteó la creación de un máster de Artes de Calle, juntamente con la Universidad de Lleida. De aquí salen nombres que luego actuarán en diferentes festivales. La otra parte es la del apoyo a la creación. Somos afortunados y Tàrrega está abierta desde febrero hasta septiembre para que pase de todo. La gente viene, se queda, prueba si es el mejor sitio para actuar o hacen pruebas con el público de la ciudad. Formación, apoyo a la creación y la Feria. Estos últimos años ponemos mucho la voluntad en trascender el supermercado, es decir, no sólo queremos vender el producto, sino que explicamos que detrás hay personas, modos de hacer y de programar.

La Feria quiere dirigir en esta edición una mirada al pasado para entender el presente y el presente para encarar el futuro. ¿Qué buscáis?

Mirar al pasado, y hablo de un pasado contemporáneo, significa que hay piezas que se han hecho en los últimos 5 años en Europa que aquí no se han visto. Se han de ver, porque son piezas que apuntan hacia dónde puede tirar el teatro de calle contemporáneo y permiten explicar cosas que nos preocupan hoy.

El presente es gente que trabaja desde hoy, y las cosas que están pasando ahora. Tenemos el ejemplo de Les Impuxibles [una de las compañías que forma parte del cartel de esta edición de la Feria], que tienen la necesidad de utilizar el arte como altavoz de denuncia y cambio social, posicionándose en una política de igualdades. Y todo esto nos sirve para mirar al futuro. FiraTàrrega apuesta por romper el hielo y presentar a gente que despega, como Ariadna Coca, Emilia Garabato o Claudia González. Es un equilibrio entre pasado, presente y posibilidad de futuro. Atender el riesgo, entendido como valor y como punto que interesa, tanto a profesionales de aquí como de afuera.

Jordi Duran, Director Artístico de Fira Tàrrega. Foto de Santi Iglesias

Este año FiraTàrrega ha invitado a 16 espectáculos internacionales. Destacan las propuestas mexicanas y chilenas, con las que ya hace tiempo que trabaja. ¿Por qué orienta la mirada hacia estos países? ¿Seguirá esta apuesta en el futuro?

Hay que entender estos devaneos como maneras de tener mercados activados. El gran mercado de la Feria es Europa, pero si queremos ir hacia fuera es importante crear vínculos a través de coproducciones. Piezas que traspasan nuestras fronteras deben ser bienvenidas. Por motivos de idioma, con el castellano conectamos rápido y no podemos no escucharlo. Se ha establecido una especie de puente aéreo entre países como Chile o México y Tàrrega. Este mes de enero presentamos 4 piezas de calle catalanas en Santiago de Chile. Y esto continuará. Un claro ejemplo de esta buena sintonía es que este año se presenta en la Feria una coproducción entre estudiantes latinas del Máster de Artes de Calle y el dramaturgo Sergi Belbel. Se titula Mexicatas. Belbel firma la dramaturgia, y es muy bonito porque son cosas que salen de la feria y la trascienden. Este año también contamos con el dramaturgo mexicano Antonio Zúñiga, que aceptó el encargo de FiraTàrrega de escribir un texto teatral para el espacio público basado en la memoria histórica, destinado a espectadores a partir de 6 años. Melina Pereyra dirige Chroma Teatro en esta pieza poética y mágica que se llama Prácticas de vuelo para acabar con el olvido y que se representará en el cementerio de la capital de Urgell.

¿Pervive todavía un estigma, un cierto desprecio, hacia las artes de calle? A menudo hay quien las vincula a las fiestas mayores.

Creo que hay clasismo entre las artes. Entre instituciones, gente que estudia, universidades, lugares donde se forma a artistas, etcétera. Todavía hay mucho prejuicio hacia las artes de calle y gente que la ve como un género menor o ‘baja cultura’. Pero ¡nosotros somos de hechos, y no palabras! Por lo tanto, seguiremos trabajando en esta línea.

¿Cuál es el futuro de FiraTàrrega?

Creo que la Feria debe escuchar el tiempo que vive y debe incorporar la opinión, la visión de todo aquel que forma parte de la familia Fira. Yo ahora estoy acabando un proyecto, y éste debe ser sacudido, cuestionado y deconstruido, para poder reconstruir y mejorar lo que representa. Todos somos prescindibles y me gustará que tome nuevas direcciones.