Nuria Espert
La actriz Nuria Espert en 'La Isla del Aire'. © David Ruano

Nuria Espert vuelve al Romea iluminando ‘La isla del aire’

La actriz lleva la batuta de la primera adaptación teatral de la novela homónima de Alejandro Palomas, dirigida por Mario Gas y acompañada por Vicky Peña, Teresa Vallicrosa, Miranda Gas y Candela Serrat

Ver a Nuria Espert sobre el escenario siempre es un regalo. Más cuando lo hace en el Teatre Romea, el primero en el que se plantó cuando tan solo tenía 13 años. Ahora, más de 70 años después, se convierte en Mencía, la incontestable hiladora de las idas y venidas de La isla del aire, una historia de cinco mujeres castigadas por el dolor y la vida. Después de pisar por última vez el Romea a principios de 2020 con el Romancero gitano de Federico García Lorca, de quien tantas veces ha vestido sus pieles, la actriz de L’Hospitalet de Llobregat se atreve esta vez con una obra contemporánea, la primera adaptación teatral de la novela homónima del escritor Alejandro Palomas.

La isla del aire, publicada en 2005 y primera parte de la trilogía El tiempo que nos une, llevaba tiempo en la lista de posibles del grupo Focus, pero no se había encontrado al equipo para hacerla, con la necesidad de contar con una personalidad fuerte que hiciera de matriarca de una familia rota. La propuesta le llegó a Mario Gas, quien buscaba un texto para Nuria Espert. “Palomas nos ha dado libertad absoluta, no nos ha marcado nada”, cuenta Gas. La novela ya tenía hecha por el propio autor una versión teatralizada, a la que se han añadido algunos cambios, siempre consensuados.

Nuria Espert, a sus 86 años, se deja acompañar por cuatro actrices más, con Vicky Peña y Teresa Vallicrosa en el papel de hijas, y Miranda Gas y Candela Serrat en el de nietas. “Es un poema sinfónico de cámara para cinco ejecutantes, con un reparto muy potente y rico, un homenaje a Espert, enseñándole la continuidad de la profesión”, remarca Gas, quien dirige a la veterana actriz por cuarta vez. El equipo artístico lo completan Sebastià Brosa (escenografía), Antonio Belart (vestuario), Paco Ariza (iluminación), Orestes Gas (música original), Álvaro Luna y Elvira Ruiz (videoescena) y Núria Llunell (caracterización).

A caballo entre la demencia y la lucidez, la Mencía de Espert se encarga de ir rasgando las corazas que se han construido todas para ir tirando, a base de pullitas y ese cariño amargo y sincero que alumbra la intimidad familiar. No todos los personajes están dibujados por igual, dejando de lado a Flavia (Teresa Vallicrosa), quien casi no aparece, y simplificando el conflicto de Inés (Candela Serrat), incluso pasando de puntillas. El dolor que más resalta es el de Lía (Vicky Peña), torturada por haber perdido a una de sus tres hijas, con su ausencia pesando en cada una de sus apariciones. Convive con la complicidad que Mencía teje con una de sus nietas, Bea (Miranda Gas), siendo esta la relación que da los momentos de más distensión y más realistas en una trama cargada de melodrama.

La isla del aire, interpretada en castellano, se ubica en un islote que hay enfrente de Menorca, con un faro al que Mencía quiere volver a ir antes de morir, sin olvidarse de ponerse su abrigo de visón, tanto si hace frío como si no. La excursión reúne a las cinco mujeres, poniendo palabras a los secretos que aún quedan por desvelar, sin demasiada fuerza, incluso los más esperados y oscuros. La escenografía viste con rocas, viento y frío al Romea, en un espacio sugestivo que quiere representar el atormentado mundo interior de las protagonistas, por el que solo se cuela la luz con las bromas de Mencía y sus desafíos a los pañales que la edad obliga a recuperar.

La obra, estrenada el pasado 25 de marzo, se puede ver en el Teatre Romea hasta el 14 de mayo. Luego empezará su gira de más de un año por España, recalando en Madrid entre finales de 2023 y principios de 2024.