Sateliot pondrá en órbita un segundo nanosatélite a finales de este año.
JAUME SANPERA, CEO DE SATELIOT

“El sector ‘new space’, cambiará nuestra forma de vivir, al igual que la cambió Internet”

El consejero delegado de Sateliot, Jaume Sanpera, asegura que Barcelona “tiene la oportunidad de crear una gran industria” basada en la economía del espacio gracias a proyectos como el de la startup barcelonesa de telecomunicaciones, que prevé lanzar una constelación de nanosatélites para dar cobertura universal al Internet de las Cosas. A finales de año se pondrá en órbita el segundo satélite y se iniciará la comercialización masiva con el reto de llegar a facturar mil millones.

Tras el despegue hace un año del nanosatélite catalán Enxaneta, ahora ya se han elegido diez posibles nombres para la segunda unidad que se lanzará en órbita —borinot, carquinyoli, espiadimonis, espurna, esquitx, estel, galet, menut, minairó, tafaner—. La elección definitiva se hará en breve, porque el satélite debería despegar a finales de este año.

El lanzamiento servirá para completar el proyecto de la startup Sateliot que, dentro de su plan de negocio, prevé gestionar una constelación de nanosatélites para operar en el Internet de las Cosas (IoT), con cobertura móvil 5G para todas las operadoras de telecomunicaciones del mundo.

“Nuestra idea es disponer de la primera constelación de 16 satélites el próximo año, para llegar a los 64 en dos años y a los 256 nanosatélites en órbita en 2025, para dar servicio global a operadores de todo el mundo”, explica Jaume Sanpera, fundador y consejero delegado de la empresa, con sede en Barcelona.

Con el nuevo satélite en órbita, la compañía podrá iniciar la comercialización de sus servicios con carácter masivo, puesto que dispone de preacuerdos firmados con 46 operadoras de América, Asia, Europa y África, que suman más de 1.200 millones de suscriptores. “Debemos ser capaces de dar cobertura universal a todos los objetos del mundo del IoT”, concreta Sanpera. Lo harán a través de los servicios que darán a las operadoras para que éstas, a su vez, puedan garantizar a sus clientes la conexión de los dispositivos con la plena certeza de que tendrán cobertura universal.

La investigación y el desarrollo de esta startup acumula una inversión de 20 millones de euros en los últimos cinco años. El pasado marzo cerró una ronda de financiación de 10 millones de euros, que facilitó la entrada de Indra y Cellnex en el accionariado, con un 10,5% y un 3,5%, respectivamente. La ronda la completaron otros inversores europeos como la empresa danesa de software GateHouse, que ya era socio estratégico de Sateliot para su tecnología; el fondo británico Seraphim o la incubadora tecnológica Evonexus, de San Diego (California) —aceleradora patrocinada por Verizon y Qualcomm—.

“Queríamos tener un pie en Estados Unidos porque allí los fondos de inversión son mayores, la aversión al riesgo es mucho menor y los inversores son más capaces de apostar por empresas en desarrollo inicial”, concreta Sanpera y explica que el próximo año se deberá abrir una ronda de financiación de 50 millones de euros y “confiamos en el capital europeo, pero no está de más estar presente también en EEUU”. Además, Evonexus tiene de partner a Verizon, una de las principales operadoras de telecomunicaciones del mundo con 5G.

El consejero delegado de Sateliot, Jaume Sanpera.

Sin embargo, para el despliegue completo de la red, será necesaria una inversión de hasta 300 millones de euros hasta 2025. “Teniendo en cuenta que el sector satelital requiere mucha inversión inicial pero genera mucho cash-flow”, Sanpera prevé que tendrán que hacerse una o dos rondas más de financiación (de las series B y C), pero a partir del momento en que disfrute de una masa suficiente “se generará cash-flow suficiente para ir renovando y ampliando la flota de satélites”, cuya facturación alcanzará los 1.000 millones de euros, según las previsiones. Para 2022, la facturación podría estar entre 15 millones y 18 millones de euros.

La compañía tiene una plantilla de 22 ingenieros y otras 45 personas que trabajan full time fuera de la compañía porque “todo el desarrollo de I+D lo hemos dividido en subdesarrollos y estamos trabajando con empresas, instituciones y universidades para avanzar más rápido”. “Tenemos la oportunidad de crear una gran industria y desarrollar el sector new space, que cambiará nuestra forma de vivir, al igual que la cambió Internet, en su momento”.

Sanpera pide más recursos a la administración para que contribuya a desarrollar el sector “porque si queremos que el segundo Amazon, el segundo Google, estén en España, en Barcelona, ​​debemos invertir porque la competencia está invirtiendo y está poniendo muchos recursos para que esto pase en su país”. El consejero delegado de Sateliot defiende que Barcelona tiene potencial porque hay muchas compañías con mucho recorrido que pueden también impulsar este sector.

Las constelaciones de Sateliot estarán formadas por satélites que gravitan en baja órbita.

El abanico de necesidades de conexión de los sensores del Internet de las Cosas es casi inmenso, y más si se habla de 5G. Sateliot dará una cobertura universal porque sus constelaciones están formadas por satélites que gravitan en baja órbita —a una distancia de 500 kilómetros de la tierra– y no son estáticos, “son globales y son homogéneas, por lo que podemos dar cobertura a cualquier punto y a toda hora y todos los días”. “A medida que tengamos más satélites iremos aumentando la cobertura y la frecuencia para la transmisión de información”, asegura Sanpera.

Por eso, la compañía puede resolver, con un precio asequible, cualquier conexión. “Hay que decir que el Internet de las Cosas masivo no tiene sentido sin tener detrás la Inteligencia Artificial, van de la mano, porque es necesario utilizar los datos de todos los dispositivos”, explica Sanpera. La compañía ya trabaja con algunas pruebas piloto y sabe que su conexión universal favorecerá, por ejemplo, algunos procesos de la agricultura y la ganadería, que será una fuente de geolocalización importantísima, y que puede gestionar datos con un impacto social muy significativo.