Los protagonistas operísticos siempre están llenos de heridas que les conducen a un destino irrenunciable, por mucho que se dejen seducir por sueños que no consiguen vencer la carga del pasado que arrastran. Sabiendo que la tragedia está siempre presente en su escenario, el Liceu propone como leitmotiv para la próxima temporada el concepto Grietas irreversibles, pero pide no dejarse llevar por el pesimismo, ahora que se ha superado una pandemia y el 175 aniversario, y hasta la institución ha conseguido saldar su deuda histórica. Por ello, propone que esas cicatrices se transformen en muestras de fortaleza, defendido que “la mayor perfección surge de la imperfección”, según remarca el director artístico, Víctor Garcia de Gomar. “No tengamos miedo, todos cargamos con nuestras propias heridas”, ha animado.
En esa tarea épica de desprenderse de cargas y desafiar lo irremediable, el Liceu ha diseñado una programación ecléctica en la que combina nuevas producciones y propuestas más clásicas, sumando casi 200 funciones. Siempre irán acompañadas de grandes voces internacionales como Sondra Radvanovsky, Lise Davidsen, Freddie De Tommaso, Nadine Sierra, Lisette Oropesa, Javier Camarena e Iréne Theorin, pero también locales como Sara Blanch, Saioa Hernández, Carles Pachón, Josep Bros, Marta Mathéu, Carlos Chausson y Carol Garcia. Todo esto, bajo la batuta de nombres como Josep Pons, John Adams, Gustavo Dudamel o Jordi Savall, y directores de escena como Calixto Bieito, Àlex Ollé, Elkhanah Pulitzer, Emma Dante, David McVicar y el retorno de la Núria Espert que inauguró el teatro tras su incendio.
El inicio de la temporada será el 27 de setiembre con Eugene Onegin de Txaikovski. Será una de las tres coproducciones del Liceu que se presentarán en la temporada 2023/2024, en este caso, acompañado por la Den Norske Opera de Oslo y el Teatro Real de Madrid. Firmada por Christof Loy, quien ya triunfó en Barcelona con Arabella y Macbeth, presentará una escenografía minimalista que permitirá “resaltar la psicología de los personajes, coloreándolos infinitamente con todos los matices”, ha remarcado Garcia de Gomar.
También habrá dos nuevas producciones. John Adams estrenará en Europa su última ópera, Antony & Cleopatra, coproducción del Liceu y The Metropolitan Opera de Nova York. Con un libreto adaptado por el mismo compositor de la tragedia de Shakespeare, la propuesta del compositor estadounidense combinará la imagen de la Antigüedad con el glamour de los años trenta en Hollywood. Para acabarlo de redondear, Adams dirigirá las seis únicas funciones que ha programado el Liceu.
Después del éxito de Alexina B. de Raquel García-Tomás, el teatro barcelonés participará en la coproducción de la nueva ópera de cámara Orgia de Hèctor Parra, con el Teatro Arriaga de Bilbao y el Festival Castell de Peralada. Con libreto y dirección de escena de Calixto Bieito, la pieza está basada en la obra de Pier Paolo Pasolini sobre la relación tortuosa de un matrimonio. No será la única vez que Bieito se pasará por el Liceu, que también ha programado su Carmen, pendiente desde la pandemia. Con esta propuesta marcadamente ibérica, el director de escena debutó en el mundo de la ópera en el Festival Castell de Peralada en 1999.
Otros grandes momentos de la temporada 2023/2024 serán el estreno de Joan Fontcuberta en el escenario del Liceu con Winterreise, siendo también el encargado del libro de temporada que dibuja esas grietas irreversibles, y el regreso del Turandot de Puccini con el que el Liceu subió el telón en 1999 tras el incendio de 1994. La emblemática propuesta la firmó Núria Espert, quien estos días está interpretando la que ha dicho que va a ser su última función, La isla del aire. Según ha anunciado Garcia de Gómar, será la última vez que se podrá ver la monumental escenografía que Espert planteó para una princesa que quiere proteger su virginidad, situada en la ciudad imperial de Pequín. Esta vez irá a manos de su nieta, Bárbara Lluch, después de que ya se volviera a ver en 2009.
El regreso de Gustavo Dudamel también marcará el curso que viene en el Liceu. El carismático compositor y director de orquesta, a quien se le pudo ver este domingo paseando por la supermanzana literaria de Sant Jordi, dirigirá Fidelio de Beethoven con la Filarmónica de Los Ángeles e incorporando el lenguaje de signos. Solo habrá dos funciones en Barcelona, siguiendo luego la ruta en la Philharmonie de París y el Barbican de Londres. También serán destacados los homenajes a dos figuras locales incontestables como la soprano barcelonesa Victoria de los Ángeles y la pianista Alicia de Larrocha, así como la apuesta por la danza, con la participación de cuatro ballets internacionales en vez de los tres que se acostumbran a incluir, entre ellos, un clásico como El lago de los cisnes. Por último, Jordi Savall vendrá con Somni d’una nit d’estiu, un concierto sinfónico con repertorio de Mendelssohn.
Más allá de la música, enmarcado en el proyecto del Liceu de les Arts impulsado por Garcia de Gomar, se harán intervenciones de artistas como Lolo & Sosaku y uno local, de Alcanar, Iván Forcadell, además de Fontcuberta, y homenajes a Francesc Català-Roca y Antoni Tàpies. En esta interrelación con otras disciplinas, el proyecto Òh!pera, que también da voz a nuevos talentos, convertirá en libretistas a la escritora Laura Ferrero y el dramaturgo Pau Miró.
Se salda la deuda de 16 millones
La temporada 2023/2024 será la que permitirá dejar atrás la deuda que arrastraba el teatro barcelonés desde el año 2013, por un importe de 16 millones de euros. “Este punto de inflexión nos permite abrir una nueva etapa”, ha asegurado el presidente de la Fundación Gran Teatre del Liceu, Salvador Alemany. El presupuesto será de 52,8 millones de euros, unos 1,5 millones de euros más respecto a la temporada actual. Los ingresos propios representan el 51% —venta de entradas y aportaciones de los mecenas—, con el 49% restante aportado por instituciones públicas.
Uno de los proyectos de futuro del Liceu que va avanzando, aunque poco a poco, es su segunda sede en el Port Vell, que se espera que tenga unas 900 plazas. Alemany ha anunciado que ya trabajan en la convocatoria de un concurso internacional de ideas para la elaboración del proyecto básico del futuro edificio y el urbanismo de la zona que dejará vacía el Imax Port Vell. Se calcula que se lanzará el cuarto trimestre de este año. “Esto va para largo”, ha remarcado Alemany, teniendo en cuenta que la celebración de la Copa América lo ha retrasado aún más, puesto que la competición ocupará los antiguos cines para crear un centro expositivo en el que explicarse a la ciudadanía.