Laura Ferrero
La escritora Laura Ferrero. © Luis Gaspar

La fotografía que inspiró lo último de Laura Ferrero

La autora barcelonesa cuenta en su última novela 'Los astronautas' (Alfaguara) una historia nuclear que nunca conoció

A Laura Ferrero (Barcelona, 1984) siempre le han interesado los astronautas, a quienes define como aquellos que “se fueron muy lejos para ver lo que tenían más cerca”. El haber leído sus historias desde hace tiempo, los conoce mucho, recalca, le ha permitido entrelazarlas con la suya cuando se ha puesto a contársela —e imaginársela—, tejiendo paralelismos con la familia que se desintegró nada más se formó y dejó a sus integrantes flotando en un universo lejano.

Los astronautas (Alfaguara) se empieza a armar con el hallazgo inesperado de una fotografía que para muchos puede resultar cotidiana. Fue en ese momento cuando una Ferrero, ya adulta, vio por primera vez juntos su padre, su madre y ella misma, escritora y protagonista de la novela. La instantánea está captada cuando ella tenía tan solo un año, poco antes de que sus padres se separaran y esa familia dejara de existir para siempre.

A partir de ese encuentro fortuito, Ferrero convirtió a la fotografía en el germen de todo aquello que nunca le contaron. En primera persona, “era mi historia, me resulta más fácil”, la autora narra lo que pudo haber pasado, haciendo que la ficción sustituya la realidad, después de intentar encontrarla entrevistando a sus padres y dándose cuenta de que sus versiones no encajaban. “No es autobiográfica. A partir de cosas que conozco, relleno silencios y carencias”, sostiene. Esta ha sido la primera vez que ha escrito a partir de algo tan autobiográfico, por lo que ha tenido que encontrar la manera de contar la historia, sabiendo que había capítulos que no podía explicar o los tenía que pasar por el tamiz de la imaginación: “Escribir sobre la familia no marca el camino a donde tenía que ir, sino a donde no tenía que ir”.

Ha sido un proceso que ha tenido muchas etapas, que ha durado entre cuatro y cinco años, explica, combinándolo con la escritura del libro de relatos La gente no existe (Alfaguara, 2021) y dejándolo por un tiempo cuando su madre enfermó. “Los astronautas es como la vida de una persona, con sus parones”, sostiene. Dándose esta historia, Laura Ferrero siente que ha podido “encontrar el camino de aceptar la incertidumbre y los huecos”. “Es un libro escrito solo desde el amor. Ha sido un viaje de muchos años, muy transformador”, remarca.

Aunque tenga ese origen autobiográfico, la autora barcelonesa siente que la novela refleja “los mismos temas, las mismas maneras de mirar el mundo” del resto de sus libros. “Siempre he escrito de temas personales”, enfatiza. Una visión que define en “detenerse en los detalles”, desde una cotidianidad íntima, ya sean la familiaridad cariñosa de los platos Duralex y los cuadernos Santillana o el rechazo pasivo a los dátiles con bacon por Navidad, con un estilo muy gráfico, tanto como el verde Pilot o la letra picuda de los abuelos. “Tus padres están siempre muy cerca pero nunca te has detenido a mirar bien”, defiende. Igual no hace falta irse al espacio para entenderlos.