El bus náutico del Port de Barcelona ya tiene fecha de estreno: empezará a operar el 1 de julio, cerca de un mes y medio antes de que dé comienzo la Copa América, competición que ha acelerado la transformación del Port Vell. El consejo de administración del Port ha aprobado adjudicar la concesión del servicio a Nex Continental Holdings, que formalizará una unión temporal de empresas (UTE) con la sociedad cántabra Bahia Zero. Ambas compañías son filiales del grupo de transporte de viajeros por carretera Alsa, que ya opera un servicio de bus náutico similar en la bahía de Santander.
El nuevo servicio, que se ha adjudicado por 15 años, unirá el Moll de Drassanes, a los pies de la estatua de Colón, con la Nova Bocana —junto al Hotel W—, y lo hará con dos embarcaciones de cero emisiones. Para poner en marcha este shuttle marítimo, la adjudicataria llevará a cabo inversiones en ambos extremos de la ruta. En global, la puesta en marcha del servicio implicará una inversión inicial para la adjudicataria de 1,87 millones de euros, dirigida a las dos embarcaciones y al acondicionamiento de la estación marítima y la parada del Portal de la Pau. La lanzadera náutica permitirá ir de un punto al otro por mar y sin necesidad de pasar por el concurrido Paseo Joan de Borbó, evitando dar un largo rodeo por la Barceloneta.
Cada una de las dos embarcaciones, equipadas con placas solares, tendrá una capacidad de 70 personas, y prestarán el servicio al menos 12 horas al día. La tarifa máxima para realizar el trayecto será de 1,9 euros, con descuentos para menores, jóvenes y personas mayores, y con abonos para diez viajes, y dos y tres días. Una vez empiece a operar el nuevo servicio, se podrán proponer nuevas paradas por parte del adjudicatario, que se ha hecho con el servicio al ganar un proceso en el que han concurrido otras dos candidaturas, vinculadas a Grimaldi, por un lado, y Moventia y Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) por el otro.
Para poner en marcha el nuevo bus náutico de la capital catalana, se crearán sendas paradas en ambos extremos del recorrido. La de Drassanes estará en el Portal de la Pau, entre el puente móvil de la Rambla de Mar y el muelle de Barcelona del World Trade Center, punto de partida también de las tradicionales Golondrinas. Por su lado, la parada de Llevant se ubicará en la nueva estación marítima que ocupará los antiguos tinglados, ahora en fase de rehabilitación para acoger un nuevo hub de innovación y un servicio de restauración.
El bus náutico representará una mejora de la conexión entre espacios del Port Vell, que está avanzando en su apertura a la ciudadanía a un ritmo acelerado por la Copa América. El bus náutico conectará dos zonas en las que esta transformación es más que palpable: a un lado, un Moll de Drassanes que, con las obras de La Rambla como telón de fondo, contempla la rehabilitación que sacará del abandono el edificio del Portal de la Pau. Al otro extremo, la Nova Bocana, que recientemente ha culminado su transformación con una nueva rambla. A este nuevo paseo, que llevará hasta una propuesta gastronómica que abrirá antes de la competición, se suma el mirador a los pies del Hotel W que se habilitó en 2022, y que configura una Nova Bocana que está preparada para recibir a los visitantes que se desplacen con el futuro bus náutico.
Avanzar hacia la sostenibilidad
El Port de Barcelona ha adjudicado el servicio fijando como principal condicionante de la licitación que las embarcaciones debían ser de cero emisiones. Así, ha apostado por barcos equipados con sistemas de propulsión con placas solares o hidrógeno, y con conexión a la red eléctrica.
También en aras a la sostenibilidad, el consejo de administración ha dado un paso más hacia la fabricación de combustibles verdes desde el puerto. En concreto, ha aprobado la recuperación anticipada de seis hectáreas de la concesión de Muelles y Espacios Portuarios (Mepsa), que opera en 42 hectáreas en el Moll de l’Energia. El Port ha tomado esta decisión para dedicar este espacio a la futura planta de fabricación de combustibles verdes, dentro de su estrategia para avanzar hacia la sostenibilidad.
Para compensar la recuperación de estas seis hectáreas, el Port ha incrementado el plazo concesional del resto del espacio, que se amplía desde 2035 hasta 2043. La operación ha representado un avance del puerto en su estrategia para reducir su impacto ambiental, que incluye esta planta de combustible de cero emisiones, así como la electrificación de muelles, el uso de combustibles alternativos como el gas natural licuado, y el traslado de la operativa de cruceros a muelles más alejados de la trama urbana barcelonesa.