La futura Rambla
Simulación de la futura Rambla a la altura del mosaico de Joan Miró. ©Ajuntament de Barcelona

Las obras de La Rambla pisan el acelerador y terminarán en 2027

El Ayuntamiento reordena el calendario de los trabajos y durarán la mitad de lo planteado inicialmente, pasando de una previsión de 72 meses a 32, para recuperar cuanto antes el “alma” del paseo

Nuevo calendario para la reforma del paseo más emblemático de Barcelona. La maquinaria se ha engrasado y coordinado para acortar las obras de La Rambla y reducir su duración prevista a la mitad. Los 72 meses que quedaban por delante se reducen a 32, con la previsión de que la nueva Rambla esté lista en enero de 2027, en lugar de la fecha prevista inicialmente, en 2030. ¿El objetivo final? Lograr que los barceloneses vuelvan a pasear por su Rambla. 

La inversión prevista para el global de los trabajos ronda los 55,6 millones de euros. Desde el punto de vista de la reforma urbana, esta será la actuación más ambiciosa del mandato. Con ella, el Ayuntamiento pretende que los barceloneses vuelvan a pasear por La Rambla y que la vía se convierta en un eje para los barrios de Ciutat Vella. De entre los objetivos, “el reto más apasionado es algo que no se hace ni con piedra ni con licitaciones ni con presupuesto, que es mantener el alma de La Rambla”, ha proclamado el alcalde, Jaume Collboni, en la presentación del nuevo calendario.

“No nos podíamos permitir seis años de obras” en la arteria más famosa de la ciudad, ha añadido el alcalde. Los engranajes empezaron a moverse poco después de que fuera investido como primer edil, cuando se reunió en julio con Amics de La Rambla para abordar este “reto histórico” tanto técnico como de coordinación para transformar el paseo por excelencia de la capital catalana.

La fórmula para lograr acortar el calendario a la mitad ha consistido en prever el desarrollo en paralelo de todas las fases de reforma pendientes, en lugar de ejecutarlas de forma consecutiva. Así, a partir de junio del próximo año se empezarán simultáneamente los trabajos en cuatro tramos. Las obras para el tramo entre Colom y Santa Madrona empezaron hace un año, y terminarán previsiblemente este verano. La reforma afectará al tráfico, que sólo circulará en sentido montaña mientras se ejecuten las obras. El acceso a viviendas, comercios y aparcamientos quedará garantizado, y los trabajos implicarán modificaciones en rutas de autobús.

El cambio de calendario no altera la foto final que se busca de La Rambla: un solo carril de circulación por sentido y más espacio para los peatones, tanto en los laterales como en la calzada central. La nueva Rambla incluirá más espacios de reposo desde los que ver a la gente y al tiempo pasar, y tres nuevos cruces a modo de plazas, en el Pla de la Boqueria, el Pla del Teatre y Espai Betlem-Moja.

Entre flores y cultura

Convertir la avenida en un eje cultural es fundamental para que los ciudadanos vuelvan a La Rambla y también para atraer a gente joven. “La generación postolímpica no tiene recuerdos de La Rambla porque no la pisa, y tenemos que hacer que vengan”, ha defendido el presidente de Amics de La Rambla, Fermín Villar. Ha advertido de que la reforma es imprescindible y que la mejora del paseo está por encima de cualquier actor que quiera entorpecerla. “Las obras son incómodas, pero hay que hacerlas”. En la misma línea se ha expresado el concejal de Ciutat Vella, Albert Batlle, que ha avisado de que “no habrá nada que pare el calendario”. El Gobierno municipal está determinado con remover los obstáculos que puedan presentarse en el camino de la reforma hasta culminarlo en 2027.

Rambla a la altura de la Virreina
Vista simulada de la nueva Rambla junto al Palau de la Virreina. ©Ajuntament de Barcelona

Y será transitando este camino cuando se definirán usos del paseo y el destino de actividades como la de las floristas, que se mantendrán en el paseo como uno de los elementos de su identidad propia y singular. Distinto es el caso de los antiguos quioscos de animales, cuyo caso está judicializado por sus desacuerdos con el Ayuntamiento y con el objetivo de evitar su desaparición.

La actividad de las floristas se mantendrá en La Rambla como uno de los elementos de su identidad propia

También se abordará la situación de actividades “que pueden incomodar”, como negocios vinculados al cannabis, según Batlle. Ha asegurado que tratarán de que incomoden lo mínimo posible, y no ha descartado la posibilidad de “sustraer de La Rambla actividades que no le son propias” y que no forman parte del paseo verde, cultural y ciudadano que persigue el Ayuntamiento.