Hotel Mandarin Oriental Barcelona
La fachada del hotel Mandarin, ubicado en el Paseo de Gràcia.

Reabre el hotel Mandarin después de un año cerrado

El estreno del establecimiento de cinco estrellas arranca bien, con 15 habitaciones ocupadas y los tres turnos para comidas en el restaurante Blanc llenos durante este fin de semana

El Mandarin Oriental Barcelona ha reabierto las puertas este viernes después de un año de parón, que solo tuvo un paréntesis el pasado verano con la apertura de la terraza. Este cinco estrellas de Paseo de Gràcia ha vuelto ahora ofreciendo sus 120 habitaciones, el spa y el restaurante Blanc, con bar y menús de la chef Carme Ruscalleda, pensados para comidas en días laborables o para los fines de semana.

“Era el momento oportuno para reabrir. Estuvimos preparados en varias ocasiones desde junio y cada vez tuvimos que cambiar de opinión por las circunstancias, los cambios en las restricciones, los incrementos en los contagios, la segunda ola, la tercera… A pesar de que las restricciones continúan siendo todavía bastante elevadas en Barcelona, creo que era el momento de hacerlo”, remarca el director general del hotel, Jean Philippe Moser. El directivo ocupa el cargo desde finales de septiembre y acumula 14 años de experiencia en este grupo hotelero, después de haber pasar diez años en Hong Kong y casi cuatro en Marrakech.

De momento, el estreno les ha ido bien. El primer día de arranque ya tenían 15 habitaciones ocupadas y han llenado los tres turnos para comidas en el restaurante Blanc durante este fin de semana, incluido el viernes, teniendo en cuenta los aforos limitados en interiores. La mayoría de los clientes que han optado por pasar unos días en el Mandarin Oriental Barcelona son expatriados, ya sean residentes en la misma ciudad u otras de España.

En las próximas semanas, el hotel irá ampliando su oferta, abriendo también el restaurante Moments, que cuenta con dos estrellas Michelin y está liderado por Ruscalleda, y la terraza, propuesta dirigida por el chef Gastón Acurio que está a la espera que llegue el buen tiempo. La apuesta del establecimiento es ir despacio, controlando costes y viendo qué quieren los clientes, y no tener que dar marcha atrás, cerrando determinados espacios en función de las restricciones o de la demanda.

“Soy muy positivo y optimista”, expone Moser. “Abrir un hotel requiere su tiempo. No puedes hacerlo y que todo funcione ya al día siguiente. Abrir ahora teniendo todavía restricciones en Barcelona se hace más mirando a mañana, la Semana Santa y principios de verano, que fijándose estrictamente en el día de hoy”, añade.

restaurante Blanc del Hotel Mandarin Oriental Barcelona
El restaurante Blanc del Mandarin Oriental Barcelona este viernes por la tarde.

El Mobile, el pistoletazo de salida

La Semana Santa se presenta como una prueba para ver las ganas que tiene el público nacional de viajar y el verano empezará con el Mobile World Congress (MWC). “Será el pistoletazo de salida de un verano fantástico”, señala, recalcando que continúa siendo una fuente muy importante de ingresos, a pesar de que se haga en una versión más reducida.

Para encarar la temporada estival, el director general del Mandarin Oriental Barcelona cree que hace falta cierta unificación de criterios a nivel europeo, estableciendo normas compartidas sobre cuáles son los tests de coronavirus que hay que hacer y durante cuánto tiempo tienen validez o los pasaportes sanitarios. No duda en alertar de los peligros que puede afrontar el sector hotelero si pasa un verano más sin poder recibir turistas más allá de los provenientes del mercado local. Y también lo tiene claro: Barcelona tiene muchos números de ser la grande escogida por los vecinos europeos si se abren las fronteras.