Si un crucero estuviera atracado en el Puerto de Barcelona durante tres meses, contaminaría lo mismo que se dejará de emitir con las primeras cinco grúas portacontenedores 100% eléctricas que empezarán a operar en el puerto de la capital catalana. En concreto, lo harán en APM Terminals, que está terminando los preparativos para que puedan empezar a transportar contenedores, primero en fase de pruebas, y después dentro de la logística habitual de la terminal.
Estas grúas, del tipo straddle carrier o carretilla pórtico, son las encargadas de mover contenedores de transporte marítimo, y no sólo son las primeras de Barcelona, sino de todo el Mediterráneo occidental, como ha destacado el director general de APM Terminals Barcelona, Julián Fernández.
“Estamos impulsando desde Barcelona un cambio real en la industria portuaria”, ha defendido desde la terminal, en la que se ha comparado el funcionamiento de una grúa tradicional de diésel respecto a una de las cinco eléctricas: de 95 decibelios, 5 kilos de Co2 y 19 kWh consumidos, a 75 decibelios, cero emisiones y 5 kWh. Al año, estas cifras se traducirán en un ahorro de 821 toneladas de emisiones de Co2.
Así, las máquinas representan una mejora para la ciudad y su calidad del aire, pero también para las condiciones de los trabajadores, al evitar emisiones y reducir el ruido, pese a disponer de la misma capacidad.
Las grúas, con seis horas de autonomía, empezarán a hacer pruebas con mercancía durante las próximas semanas, en un proceso de preparación que ha requerido poner en marcha dos estaciones de carga eléctrica, ejecutar obra civil y eléctrica, y desarrollar una nueva red informática y los programas necesarios para poner en marcha la tecnología.
La puesta en marcha de las cinco grúas se enmarca en un proyecto piloto encaminado a la descarbonización de APM Terminals, que impulsa un plan global de electrificación valorado en 60 millones de dólares y que también despliega en puertos de Egipto, Jordania y Estados Unidos, entre otros países. El objetivo, alcanzar las cero emisiones en 2040.
“Queremos ser los primeros en descarbonizar la industria de los contenedores”, según Fernández, en un hito en el que Barcelona desempeña un relevante papel. El presidente del Port de Barcelona, José Alberto Carbonell, ha puesto en valor precisamente este rol de la ciudad y el hecho de que APM Terminals la haya incluido como punto clave en su plan de descarbonización.
“Es un paso muy significativo, y no sólo por haber escogido Barcelona, sino porque además está vinculado a la manipulación de carga pesada”, y va más allá de la electrificación de las embarcaciones. Además, según Carbonell, la electrificación se ha ligado a menudo a la automatización de procesos y operaciones, y en este caso se incluye la gestión manual de la carga, que se realiza en todos los puertos y de forma continua, hecho que amplifica el impacto de la medida.
Las grúas llegaron a finales del segundo trimestre del año, y ya han pasado por las primeras pruebas, tras pasar por un proceso de reensamblaje. Estas primeras pruebas han incluido testeos para comprobar la eficiencia del frenado y la reacción a una sobrecarga. Ahora, se empezarán a realizar pruebas de estibación, paso que está previsto para dentro de un par de semanas, con el objetivo de que estén plenamente operativas en verano.
Este proyecto piloto está contribuyendo a entender los riesgos, dificultades y oportunidades para la infraestructura con maquinaria eléctrica, así como determinar las necesidades de formación para los estibadores y los técnicos, y de actualización de los protocolos de seguridad. Así, el proyecto contribuirá a marcar el camino para avanzar hacia la descarbonización, desde Barcelona. “Estamos haciendo historia”, ha remarcado Fernández.