La empresa Ocean Ecostructures inaugurará la semana próxima los antiguos tinglados del muelle de Sant Bertran, actualmente en fase de reconversión en el BlueTechPort, un centro que acogerá empresas dedicadas a la innovación en la denominada economía azul, aquella relacionada con el mar. De este modo, una veintena de personas se instalarán en parte de la segunda planta de una de las seis naves de las que constan los tinglados, la más próxima al Portal de la Pau, la primera en ser recuperada.
Esta empresa se dedica a la regeneración marítima y está especializada en la consolidación de ecosistemas en un periodo corto de tiempo en infraestructuras portuarias y marítimas a través de un sistema de escollos artificiales que atraen microfauna, que, a su vez, facilita el crecimiento de crustáceos y peces. Así, los puertos se convierten también en parte activa de la regeneración marítima. Ocean Ecostructures, entre otras aportaciones técnicas, ha desarrollado un método robotizado incorporado en los escollos que permite hacer un seguimiento continuo del proceso de recuperación.
Ocean Ecostructures ha sido la primera empresa en anunciar que se instala en los viejos tinglados, pero, también la semana próxima, está previsto que se incorporen dos más a esta nueva apuesta del Port de Barcelona, que, gracias al efecto catalizador de la Copa del América, está invirtiendo para situar la capital catalana como un hub referente en Europa de la economía azul.
El BlueTechPort ocupará la totalidad de las seis naves de estos tinglados con una inversión total de 56 millones de euros, que supondrán la transformación de este antiguo equipamiento portuario en un moderno edificio capaz de albergar en sus 25.000 metros cuadrados startups, hubs de innovación y centros tecnológicos que podrán ocupar a hasta 3.000 personas. Los objetivos de esta iniciativa dirigida por World Trade Center (WTC), el complejo de negocios del muelle de Barcelona, son, según su responsable, Carles Anglada, atraer talento, oportunidades y favorecer la transferencia de conocimiento, especialmente entre las universidades y la empresa. No se trata de una incubadora de empresas, aunque dispondrá de programas de aceleración de startups. En definitiva, contribuir a que Barcelona sea un referente internacional de la economía azul.
En esta estrategia de posicionamiento internacional, el BlueTechPort se suma a otras iniciativas repartidas en equipamientos próximos y vinculados al puerto. Entre ellos, el ya mencionado WTC, que acoge diversas empresas relacionadas con la actividad portuaria. También está ya en funcionamiento el Pier 01, un hub tecnológico ubicado en el Palau de Mar, junto al Museu d’Història de Catalunya. Allí se encuentran startups, incubadoras, inversores y otras firmas dedicadas a la innovación. El Centre Tecnològic Marí es otro equipamiento dedicado a la investigación marítima y que estudia las dinámicas costeras. Por último, Norrsken, un centro impulsado por la fundación noruega del mismo nombre, que se ha convertido en tan solo un año en el mayor hub tecnológico en Europa mediante la incubación de empresas de economía de impacto. Estos son los proyectos con los que el puerto quiere convertirse en un referente internacional de innovación en economía azul, una estrategia que ha abrazado Barcelona. El puerto representa ahora mismo el 4,3% del PIB de Barcelona y es, por tanto, una de las principales empresas del país.
Cuando el BlueTechPort haya finalizado su transformación, sustituirá su aspecto aún de tinglado portuario por uno adaptado técnicamente y arquitectónicamente al uso de empresas dedicadas a la innovación tecnológica, con mucha luz natural y espacios amplios que, además, favorecen la interacción entre las distintas empresas.
Una de las grandes aportaciones será un área de 50 metros lineales junto al Moll de Barcelona apto para realizar pruebas submarinas de las distintas tecnologías desarrolladas en los antiguos tinglados. Santiago Roldán, que fue en el periodo olímpico presidente del COOB 92, se admiraba de que en Barcelona, cuando se inauguraba una obra, se llenaba de inmediato. Ahora, está pasando un fenómeno similar con los equipamientos destinados a las empresas de innovación —no solo de economía azul—, que en los últimos años están abundando en la ciudad y su área metropolitana. Enseguida, al menos de momento, se llenan de actividad.
Y este debe ser el legado de la Copa del América.