Toni Aira, el conseller de Drets Socials, Carles Campuzano, y la directora de la Fundació Catalunya La Pedrera, Marta Lacambra, en el ciclo 'Moments Estel·lars'. ©Marc Llibre

Un (tercer) sector con confianza

Hace más de veinte años que entrevisto a personas, con interés o por interés, y el caso es que no dejaría de hacerlo nunca, porque, de una forma u otra siempre suelo descubrir nuevos mundos gracias a ellos. No ocurre siempre, claro, pero cuando a través de una entrevista, conozco a alguien que si no hubiera sido por ser periodista me lo habría perdido, me reconcilio mentalmente con una profesión en crisis existencial. Y cuando a través de ese alguien con valor añadido, aprendo cosas o tomo conciencia de algo que valga la pena, simplemente me sale dar las gracias. Así que lo hago aquí ahora, por haber podido conocer a Marta Lacambra, con la fantástica excusa de una nueva sesión del ciclo The New Barcelona – Moments Estel·lars  sobre la aportación social de las fundaciones.

La tenía presente, pero como tantos otros nombres que deben tenerse identificados en el “quién es quién” de este pequeño país nuestro. A los periodistas y a los opinadores nos toca. O, como mínimo, yo tengo claro que debo tener, respecto del país, del Estado y de parte del extranjero, un mapeado mental de quién está en la pomada aquí y allá. O, simplemente, en terminología Mariano Rajoy, quiénes son esos catalanes que “hacen cosas”.

La directora general de la Fundació Catalunya La Pedrera es una de ellas. Y este lunes, en conversación con el conseller de Drets Socials, Carles Campuzano, y con un servidor, soltó algunas píldoras sobre el gran trabajo que realiza su entidad al servicio de mundos tan diferentes como el patrimonio natural, el patrimonio cultural o un patrimonio que todos amamos, sin duda, como lo es nuestra gente mayor.

Poco tenía presente yo, hasta qué punto la entrada de un turista en el edificio modernista de La Pedrera, de Antoni Gaudí, puede repercutir en programas sociales que velen por el envejecimiento digno y que ayuden y realicen talleres para personas con Alzheimer y Parkinson. Poco sabía que, a la vez, a través del Món Sant Benet, la propia fundación es la tercera fuente de generación de empleo en el Bages.

Y podría seguir. Generación de empleo en el ámbito de la sostenibilidad, de la educación ambiental y la protección del territorio. La mejora de la alimentación, con la Fundació Alícia. El impulso de programas para fomentar la educación y el talento científico y cultural. La promoción del pensamiento crítico y la reflexión mediante la organización de grandes exposiciones artísticas, como la de ahora mismo, en La Pedrera, con cerámicas de Miquel Barceló.

Un mundo. Muchos mundos. Y esta semana, al menos a mí (pero creo que no he estado solo en esto), Marta Lacambra nos lo ha plantado ante los morros con el mejor de los talantes y con una única reclamación a la autoridad allí presente, un Carles Campuzano con mucho conocimiento y aprecio por el Tercer Sector: confianza. Y, a partir de ahí, a dejar que el talento y el buen trabajo fluyan. Con los mínimos obstáculos posibles por parte de una Administración que ya, si además ayuda, fantástico.

El mejor de los espíritus. El propio de gente que, sin gesticulaciones ni foco, hacen este mundo algo mejor en su día a día. De gente que, con su forma de hacer y con su forma de ser, te hacen tener confianza, a pesar de todo, en todo un poco.

Les dejo aquí los enlaces para poder recuperar la conversación por Spotify Youtube.