Diez momentos sublimes de la pintura de todos los tiempos

Más allá del invierno de la cultura, del icono al ’collage’, el arte de pintar da nuevos trayectos a la mirada, en el museo imaginario que aúna conciencia, sensualidad y vida simbólica. Diez cuadros realzan la continuidad de la pintura en una culminación del misterio, la sabiduría del color y la dialéctica entre clásicos y modernos

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La Trinidad

ANDRÉI RUBLIOV: 1410 APROX.

Galería Tretiakov, Moscú

Obra cumbre de la pintura de iconos, La Trinidad tiene una fuerza única. Rubliov trata el tema siguiendo la tradición cristiano-ortodoxa: tres ángeles simbolizan el misterio de la unidad del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. El artista recurre a la antiperspectiva para evitar toda teatralización. Como consecuencia, el espectador se deja arrastrar por el movimiento circular de la pintura y, cuando la contemplación es reposada, también se deja engullir por el remolino espiritual que se le propone.