El Espai Corberó, obra distópica escondida en pleno centro de Esplugues de Llobregat y un gran desconocido para muchos, abre sus puertas al público este fin de semana, con visitas guiadas de media hora que empiezan a las nueve de la mañana y se alargan hasta pasadas las cinco de la tarde. Sin entradas disponibles ya, un total de 1.300 personas, casi un millar de ellas vecinas de la ciudad, podrán entrar en la macroescultura que concebió Xavier Corberó (1935-2017), uno de los mejores artistas catalanes del siglo XX y con obras repartidas por museos de todo el mundo, como el MoMA de Nueva York, el Stedelijk Museum de Amsterdam y el Victoria and Albert Museum de Londres.
El Ayuntamiento de Esplugues ha organizado las jornadas de puertas abiertas después de adquirir la singular finca con el objetivo de hacerla accesible a la ciudadanía y preservar el legado del artista catalán, muy vinculado a la ciudad. Desde la muerte de Corberó, su familia ha mantenido el espacio alquilándolo para eventos y campañas publicitarias. Entre ellos, producciones para marcas de moda como Uterqüe y Miu Miu o desfiles de la 080. Pero la viuda del escultor, Midu Rica, señala que resultaba complicado gestionar un espacio de tal magnitud y mantenerlo en buenas condiciones.
La edificación, con casi 2.000 metros cuadrados, está formada por una serie sucesiva de arcos, amontonados aleatoriamente en diferentes niveles, acompañados por pilares que no tocan el suelo, escaleras sin destino y espejos que engañan a los sentidos —y, de manera práctica, sirven para esconder los muchos ascensores que se instalaron—. El escultor se enfrascó en esta ambiciosa obra en 1968, cuando adquirió la masía Can Cargol. El Espai Corberó se edificó pared con pared con su vivienda y taller, donde aún vive su viuda. Aunque parezca que los arcos seguirán creciendo y llegarán al cielo, Corberó dio por terminado el edificio, según explica Rica, cuando empezó a cerrarlo y a colocar ventanas.
En frente de la masía Can Ramoneda y al lado del convento de Montsió, donde se encuentra un claustro que antes había estado en el Portal de l’Àngel y Rambla Catalunya, el Espai Corberó se mezcla sorpresivamente con el casco antiguo de Esplugues. De fondo se oye el tranvía, las campanas de la iglesia colindante, la de Santa Magdalena, hasta se detectan las gallinas de un corral que no está muy lejos. Por si su interior, poblado con múltiples esculturas de Corberó, no fuera poco, el espacio ofrece también una buena panorámica de Esplugues, con vistas a las torres Symbol, y, más allá, el mar.