Visitantes instalación realidad aumentada exposición Sol CosmoCaixa
Visitantes en la instalación de realidad aumentada que sirve para conocer los procesos que afectan al Sol.

CosmoCaixa invita a volver a mirar el Sol

La exposición El Sol. Viviendo con nuestra estrella analiza las características y los misterios de la estrella que más influye en la vida humana, aunque la tecnología haya enfriado la relación

Antes se miraba el Sol para saber qué hora era y no solo se miraba para arriba para saber si llovería o había que abrigarse. Ese astro tan lejano decía qué momento exacto era y servía para ordenar el día, marcando el principio y el final de la jornada. Cuando la tecnología se fue abriendo paso y vinieron aparatos como los relojes automáticos se produjo la ruptura con el Sol. Ya no hacía falta observarlo para ajustar la hora porque ya eran capaces de autorregularse solos. Otros inventos como los mapas o las brújulas también fueron desplazando a la imponente estrella en su protagonismo como guía física.

El CosmoCaixa quiere poner fin a esa desconexión con el Sol, el astro más importante del sistema que habita el ser humano y no exento de misterio y sorpresas, con la muestra El Sol. Viviendo con nuestra estrella, que se podrá visitar hasta el 16 de octubre. Con la emergencia climática cada vez haciéndose más acuciante y la necesidad de encontrar nuevas fuentes de energía, la exposición quiere reconciliarnos con el Sol para poder prepararse mejor ante todo lo que está por venir.

“Mirad de nuevo el Sol, pero no lo hagáis directamente”, pide con prudencia el comisario, Harry Cliff, “es el momento para parar y pensar cómo el Sol nos afecta”. La exposición es el resultado de la nueva colaboración entre el CosmoCaixa y el Science Museum of London. Es la primera vez que ambas instituciones culturales van de la mano, aunque la directora general adjunta de la Fundación La Caixa, Elisa Durán, espera que vengan más en un futuro. De momento, este trabajo conjunto ha permitido que la muestra viaje por primera vez fuera de Londres, detalla la subdirectora del museo londinense, Julia Knights.

Es la primera vez que el CosmoCaixa y el Science Museum of London trabajan juntos

El Sol. Viviendo con nuestra estrella abarca desde las primeras civilizaciones hasta la actualidad y está formada por más de 100 piezas históricas y contemporáneas, algunas inmersivas y otras dotadas de realidad aumentada, que ahondan en este astro y sus secretos, constituyendo la exposición más extensa que se ha proyectado jamás para explicarlo. “Conocer el Sol ha sido una preocupación constante”, expone Durán, aún no saciada y con la necesidad de conocerlo aún más y mejor, teniendo en cuenta los peligros no del todo entendidos que provoca como las tormentas solares.

Por ello, la observación solar es esencial para entender qué puede pasar en la Tierra, como ya se reflejaba en una tabilla babilónica incluida en el CosmoCaixa, acompañada por los primeros telescopios y las observaciones de alta precisión que se pueden hacer ahora. La muestra incluye las imágenes con mejor resolución que se han obtenido jamás del Sol. Tomadas a finales de 2019 desde Hawái, enseñan las entrañas de esta estrella y revelan su superficie dinámica y con una apariencia que se asemeja a la lava, apunta Cliff. También se explican los procesos que se producen en el seno de este astro, como la fusión nuclear, el camino que siguen los fotones o su campo magnético.

Para entender el Sol no solo hay que observarlo, sino que también hay que recordar qué relación ha tenido con el ser humano. La exposición abunda en la ruptura que se produjo con el Sol cuando se asentó la tecnología de los relojes mecánicos. El recorrido arranca con diferentes relojes, como los solares o los primeros de manecillas, así como los planetarios que se crearon para demostrar la órbita que tenía el Sol respecto a la Tierra. También hay un astrolabio islámico, que data de 1650, que servía para calcular el horario de oración y localizar la dirección de La Meca. Para Cliff, una de las piezas más destacadas es el reloj planetario que muestra la relación que hay entre la hora y el movimiento de la Tierra alrededor del Sol, incluyendo hasta la relación con los diferentes símbolos del horóscopo.

La relación humana con el Sol también abarca su impacto en la salud. Si hace tiempo la piel bronceada se consideraba una muestra plebeya, esa concepción cambió cuando se vio cómo la luz solar podía servir para curar enfermedades como la tuberculosis. La exposición cuenta con una cama que se utilizaba para que los pacientes tomaran el sol o material gráfico sobre una clínica que se abrió en los Alpes suizos, en la que se fomentaba esquiar en ropa interior para beneficiarse mejor de la luz solar. Pero claro, esa relación entre Sol y salud también se demostró que podía ser peligrosa si era abusiva. Es por eso que también se ha incorporado una cama que se creó para aquellos que sufrían una insolación en su peregrinación a la Meca, refrigerando a los pacientes mediante vapor frío y aire caliente.

Erupcion solar
Entender el Sol es una obsesión muy humana perseguida ya por las primeras civilizaciones. © Solar Orbiter ESA

El Sol como fuente de energía trae a la exposición las primeras células solares, que primero se usaron en el espacio y luego sirvieron para calculadoras y relojes. Se presenta una de las placas solares que el presidente de los Estados Unidos, Jimmy Carter, colocó encima del tejado de la Casa Blanca por la crisis del petróleo, queriendo buscar ya fuentes alternativas de energía. Su sucesor, Ronald Reagan, las retiró y no fue hasta la llegada de Barack Obama que volvieron a poblar esta vivienda.

La exposición se acompañará de múltiples actividades paralelas, que servirán para profundizar algunos de los temas que se plantean a través del centenar de piezas recogidas. Según indica el director del CosmoCaixa, Valentí Farràs, se programará un curso de iniciación a la Astronomía, talleres para aprender a hacer soligrafías o a usar un reloj solar, y ferias solares en las que conocer las diferentes características de la estrella o probar la cocina solar. Queriendo revertir la distancia con el Sol, también se celebrará el solsticio de verano observándolo con telescopios y asistiendo a monólogos y un espectáculo musical. Hasta el día de hoy y tras el impacto de la pandemia, el CosmoCaixa ha registrado unos 160.000 asistentes este 2022, con una media de 10.000 asistentes cada fin de semana.