Nueva oportunidad para el megalocal que acogió el restaurante Bellavista del Jardín del Norte en la calle Enric Granados número 86. El grupo internacional de restauración Salvaje, propiedad de un grupo originario de Panamá, acaba de aterrizar en Barcelona con un restaurante de mil metros cuadrados —a los que se añaden mil metros cuadrados más de la terraza interior— que trae a la ciudad un nuevo concepto de gastronomía japonesa.
El monumental establecimiento, que ha abierto puertas esta segunda quincena de mayo, destaca por su exuberante decoración y por ofrecer a los comensales una experiencia completa, ya que Salvaje no es sólo comida, sino también espectáculo, con actuaciones a cargo de la compañía La Troop, animación y mucha música.
Salvaje llega a Barcelona después de haber abierto en la calle Velázquez de Madrid justo cuando comenzaba la pandemia. El grupo tiene también restaurantes en Miami, Bogotá y Panamá y, próximamente, asegura que inaugurará nuevos locales en Ibiza, Marbella, Cartagena de Indias y un segundo establecimiento en Madrid situado dentro del complejo inmobiliario que ocupa el nuevo Hotel Four Seasons en Canalejas.
La cara visible de Salvaje y también cofundador del grupo es el chef venezolano Fermín Azkue, que ha creado un concepto gastronómico basado en la fusión de la cocina japonesa con la mediterránea. Según Azkue, Salvaje “es un restaurante de visita obligada tanto para turistas como locales” donde se prioriza “la calidad de la comida y ofrecer una experiencia única a los clientes”.
Sushi, niguiris, sashimi, temakis, woks, ramen, ensaladas, tempura y pescado y carne cocinada con la técnica robata — una especie de parrilla barbacoa japonesa— son algunos de los platos que se pueden encontrar en la extensa carta de Salvaje. El local también hace una fuerte apuesta por los cócteles singulares, creados por Borja Goikoetxea.
El antiguo restaurante Bellavista, que abrió la familia de Leo Messi en alianza con el grupo Iglesias, cerró puertas a finales de 2018 tras dos años de funcionamiento por las fuertes pérdidas acumuladas. Se transformó en un local para celebrar eventos, pero la pandemia lo condenó de forma definitiva. Ahora se ha renovado totalmente con una decoración que no deja a nadie indiferente. A Salvaje las cosas le han ido bien en Madrid y ahora quiere que su fórmula también triunfe en Barcelona.