The New Barcelona Post conversa este mes con Carles Alsina, uno de los jóvenes directivos que participan en el Barcelona 2040, el programa de liderazgo y ciudad que imparte Barcelona Global. El objetivo de esta serie de entrevistas es que esta nueva generación de líderes nos compartan su visión sobre la Barcelona del futuro a la que aspiran, así como sus propuestas de impacto para la mejora de la ciudad
— ¿Qué esperas de la Barcelona del año 2040?
— Haber participado en el programa de liderazgo y ciudad de Barcelona Global, el Barcelona 2040, me permitió dedicar el suficiente espacio para pensar precisamente en esta pregunta. Después de varias sesiones del programa e inspirándome en John F. Kennedy con su famosa frase “no preguntes qué puede hacer tu país por ti, sino qué puedes hacer tú por tú país”, creo haber entendido que la clave es reformular ligeramente la pregunta: ¿Qué espera Barcelona de ti para el año 2040?
Este enfoque permite visionar el futuro de la ciudad desde una perspectiva activa y de compromiso hacia ella. Me gustaría destacar brevemente los cuatro compromisos que considero indispensables que deberíamos asumir los jóvenes para construir nuestra Barcelona del futuro:
-
Querer a la ciudad: Aunque con Barcelona parece tarea fácil, las mejores iniciativas salen de la intersección de la razón y la emoción. Debemos ser capaces de transmitir ese sentimiento para poder generar iniciativas grandes.
-
Adaptación y flexibilidad al cambio: En la mayoría de los casos, los cambios importantes comportan una cierta resistencia. Veo clave fomentar una cultura de adaptación ágil a esos cambios para que las iniciativas no se atasquen.
-
Compromiso social: Existen numerosas iniciativas de ciudad en marcha que tienen un impacto muy positivo en nuestro entorno. Contar con nuestro compromiso para participar de ellas es una manera de colaborar para construir una Barcelona mejor.
-
Pensamiento constructivo: Creo que la crítica si se canaliza correctamente, se vehicula de manera constructiva y se la despoja de cualquier connotación ideológica, puede ser un potente motor de cambio.
— ¿Con qué ciudad compararías Barcelona?
— Sin ánimo de caer en tópicos, me resulta muy difícil comparar Barcelona con otras ciudades del mundo por su singularidad única. De hecho, es muy complicado contestar a esta pregunta sin aludir al clima, cultura, calidad de vida, arquitectura, situación geográfica o muchos otros parámetros que hacen de esta ciudad un lugar increíble. Otra manera de aproximarse a la pregunta sería comparando Barcelona con otras ciudades en base a parámetros algo más numéricos como son el PIB per cápita, el turismo o la inversión, entre otros, pero eso sería reducir la ciudad a una esfera tremendamente anodina.
Por consiguiente, creo que la mejor manera de comparar Barcelona con otras ciudades sería desde una óptica muy personal de cómo me hace sentir. Sin poder dar una explicación lógica y a pesar de su lejanía geográfica, en un viaje a Australia, la ciudad en la que me he sentido como en casa fue Sídney.
— ¿A qué modelo de ciudad crees que debería parecerse Barcelona?
— Barcelona debería ser capaz de proporcionar los recursos necesarios a cada uno de los sectores presentes en la ciudad, para poder desarrollarse sin freno. Para ello, es esencial tener en cuenta que Barcelona, como ciudad cosmopolita, dinámica y creativa, no puede estar enfocada únicamente a sus habitantes, a los que se debe, naturalmente, en una parte muy importante, sino también a todos aquellos que viven la ciudad (personas que residen en sus alrededores, personas que visitan temporalmente la ciudad para trabajar, etc.).
Dicho lo anterior, y contestando a la pregunta, si queremos que Barcelona mantenga su esencia, no podemos basarnos en modelos únicos. Para ello, debemos ser capaces de coger lo mejor de algunos modelos ya probados. En este sentido, una frase que me parece muy inspiradora de Antoni Gaudí sería: “La originalidad consiste en volver al origen; así pues, original es aquello que vuelve a la simplicidad de las primeras soluciones”.
— ¿Cuál es reto principal que debe resolver Barcelona en los próximos años?
— Barcelona, como cualquier ciudad grande, tiene importantes retos con los que lidiar. Sin embargo, personalmente destacaría el que considero que es uno de los principales retos que tienen la mayoría de ciudades del mundo, que afecta especialmente a las nuevas generaciones y que repercute enormemente en la calidad de vida de sus habitantes: la accesibilidad a la vivienda.
Dejando de lado circunstancias que afectan a la disponibilidad de vivienda en Barcelona, como pueden ser los límites geográficos entre los que se encuentra, creo que nos compete a todos reflexionar qué debemos pedir a los poderes públicos para minimizar un problema que nos afecta a todos.
Siendo consciente de que no existe una fórmula mágica para acabar con los problemas de acceso a la vivienda, desde mi humilde punto de vista, creo que debemos replantearnos algunas de las medidas que se están llevando a cabo, ya que parece que tienen un efecto contrario y lo que consiguen es reducir la oferta y por consiguiente tensionar todavía más el mercado.
— ¿Cuál crees que debe ser el papel de las nuevas generaciones y su implicación en el desarrollo de la ciudad?
— Considero que el papel de los jóvenes es fundamental para el desarrollo de la ciudad en cualquier ámbito, pero no nos podemos olvidar de todas aquellas generaciones que representan la voz de la experiencia. Ellos, nos deben proporcionar un aprendizaje de valor indispensable para sentar el punto de partida y poner la mirada en el futuro.
Dicho esto, es imprescindible impulsar propuestas para incrementar el conocimiento y apego de las nuevas generaciones a la sociedad en su conjunto a la vez que integramos a los jóvenes en las decisiones de la ciudad. En este contexto, proyectos como los desarrollados por Barcelona Global, incluyendo programas específicos para jóvenes como Barcelona 2040, van bajo mi punto de vista en la buena dirección.
— ¿Por qué sectores empresariales crees que debe apostar Barcelona?
— Sin duda alguna, la realidad de nuestros tiempos se dirige hacia la especialización y la transformación de las ciudades grandes en hubs de conocimiento empresarial (p.e. IT, IA, deporte, etc.). Aunque trasladando dicha realidad a la ciudad de Barcelona, no sabría definir cuál sería su puntal. Precisamente, el valor y el atractivo de Barcelona reside en que es una ciudad capaz de abrazar distintos sectores empresariales.
Reconozco que me cuesta escoger entre los distintos platos de una carta, por eso, me encanta el plan de ir de tapas con amigos y poder probar una gran variedad de propuestas extraordinarias. Aunque, lo que convierte a un buen restaurante de tapas en excepcional, no es únicamente la singularidad de cada plato, sino el equilibrio del conjunto. Así pues, ¿podríamos hacer de Barcelona la mejor ciudad tapa?
