La Rambla volverá a ser una de las protagonistas indiscutibles este Sant Jordi, que caerá en laborable por primera vez desde la pandemia. Los organizadores han decidido recuperar completamente su trazado después de unos años en los que se había llegado hasta a eliminar de la ruta, a pesar de ser donde nació esta fiesta cultural hace casi 100 años. Desde Canaletas hasta Santa Mònica, paseantes y paradas de rosas y libros volverán a desbordar la arteria más emblemática de la ciudad, haciendo que la ruta siga por Paseo de Gràcia, donde se mantendrá la supermanzana literaria de los últimos años, y Gran de Gràcia, con anexos como Plaza Universitat y Paseo de Sant Joan.
Después de una edición de récord el año pasado, con ríos constantes de gente a cualquier hora del día, los preparativos apuntan a nuevas cifras de infarto, con un total de 336 puestos frente a los 320 de hace un año. Con todo, se sumarán más de 3.350 metros de paradas, creciendo más de 50 metros respecto a 2023. Aquí hay que añadir también el centenar de puestos que habrá frente a las librerías. Unas cifras que han tomado velocidad de crucero en los últimos años, a pesar del impacto de la pandemia, como se demuestra cuando se recuerda que, en 2017, hace siete años, solo había unas 190 paradas. La Cambra del Llibre de Catalunya, entidad que agrupa a los editores, libreros y distribuidores del sector, prevé repetir los resultados de hace un año, cuando se vendieron 1,87 millones de ejemplares y se facturaron 24 millones de euros.
Con presencia por primera vez en siete distritos de la capital catalana, la Rambla rivalizará en popularidad con la Biblioteca García Márquez, un estreno por todo lo alto para este 23 de abril después de convertirse en la mejor biblioteca pública del mundo. Participará con la supervisión constante de Mortadelo y Filemón, quienes seguramente andarán buscando desde el semáforo de La Verneda que ahora ocupan a los lectores del póstumo cómic de Francisco Ibañez, París 2024, recientemente publicado.
Todas estas cifras que anticipan un nuevo Sant Jordi de éxito se acompañan por la polémica que ha surgido por la introducción este año del modelo de copago de las paradas, teniendo en cuenta que la infraestructura necesaria para ponerlo todo en marcha tiene un coste de 243.000 euros, de los cuales 175.000 euros los asume la Generalitat (más del 70%) y 30.000, el Ayuntamiento de Barcelona. Para los 40.000 euros restantes, la Cambra del Llibre de Catalunya ha apostado por el pago de una cuota de entre 80 y 100 euros, según si se está agremiado o no, cada seis metros de parada, que tendrán un máximo de 24 metros. Tendrán que pagar los puestos ubicadas en la Rambla, Paseo de Gràcia y Gran de Gràcia, mientras que las que estén ubicadas en zonas como la Avenida Diagonal, alrededor del centro comercial L’Illa, la Rambla del Poblenou y Paseo de Sant Joan no lo tendrán que hacer. Después de que algunas pequeñas editoriales y colectivos sociales hayan denunciado este nuevo modelo de gestión de la diada, los organizadores se abren a revisarlo de cara al año que viene.