Museo Chelsea 1979
Interior del museo privado Chelsea 1979.

El museo privado del motor Chelsea 1979 emerge en L’Hospitalet

El coleccionista Eduardo Costabal repasa exhaustivamente la historia de la F1, el MotoGP y el Campeonato Mundial de Rally a partir de los vehículos y monos que llevaron pilotos como Senna, Lauda, Schumacher, Alonso y Lorenzo

Poco se imaginarán los vecinos de L’Hospitalet de Llobregat que tienen muy cerca una colección extensísima dedicada a la Fórmula 1, el MotoGP y el Campeonato Mundial de Rally. A unos minutos caminando del recinto ferial de Gran Via, en la calle de la Botànica, se inauguró en 2020 el primer y único concesionario de McLaren en toda España, a pocos días de que se decretase el confinamiento pandémico. Además de exponer los deportivos de lujo de la escudería británica, el edificio guarda un secreto que solo unos privilegiados han podido ver. Se trata del museo privado Chelsea 1979, impulsado por el coleccionista y empresario Eduardo Costabal, quien empezó hace 45 años a recopilar todo tipo de material relacionado con los deportes de motor, lo que incluye no solo coches y motos, sino también los trajes de los conductores, los cascos, los guantes y hasta los carnets de conducir.

“Yo colecciono todo o casi todo lo que existe”, cuenta Costabal desde su guarida, casi un altar al motorsport. Desde Chile, Costabal llegó a Barcelona en 2013 para trabajar con Porsche y, cuando el proyecto terminó, decidió quedarse y abrir el mercado español a los vehículos de McLaren, además de concentrar en un único espacio la colección que había comenzado a armar en 1979.

Cuando empezó a quedarse con todo lo que podía, Costabal lo hizo con el vestuario de los deportistas, más a su alcance por aquel entonces que los vehículos. Su afición le ha llevado a tener más de 200 monos que en su día llevaron pilotos de F1 como Ayrton Senna, Niki Lauda, Michael Schumacher, Fernando Alonso, Kimi Räikkönen y Lewis Hamilton. Solo de Schumacher tienen uno por cada año de su carrera, lo que suma un total de 19, incluyendo hasta con el que se estrenó en 1991 con la escudería Jordan. La colección de vestuario sirve para ver cómo ha evolucionado la competición, pasando de los simples trajes de los años cincuenta, incluso estilosos, hasta los más protegidos de ahora. Como guiño a la vecina Barcelona, está un mono de Hamilton con la Sagrada Família estampada en la espalda cuando competía con McLaren.

Monos Museo Chelsea 1979
La colección privada de Eduardo Costabal está formada por más de 200 monos de F1, MotoGP y Rally.

No todo es F1, también está el MotoGP, con más de un traje y motos de Jorge Lorenzo, a quien se le ha sumado Marc Márquez, y el Campeonato Mundial de Rally. Con el vestuario, pero también con la treintena de modelos de coches y motos expuestos, se resigue la historia de las competiciones, con la mirada ya puesta en ampliar el espacio dedicado al Rally Dakar, según cuenta la gerente de Eventos, Isidora Costabal. “El museo no para de crecer”, remarca la hija de Eduardo Costabal, quien ve con frecuencia cómo su padre aparece con nuevos integrantes para su colección y cada vez tienen menos espacio libre. Si hace cuatro años cuando se inauguró el museo, solo ocupaban un edificio de cuatro plantas, poco tardaron en expandirse al bloque de al lado, donde aún hay algún hueco para seguir creciendo. Hoy por hoy, el museo Chelsea 1979 ocupa unos 3.000 metros cuadrados de la superficie disponible, junto con el concesionario y un taller para coches de lujo.

A todo esto, el museo Chelsea 1979 se complementa con otra colección de Eduardo Costabal, en la planta subterránea, donde tiene coches clásicos, con algunos de ellos a la venta. Guarda vehículos que tienen un valor sentimental para él, como el que tenía un familiar suyo y había vendido, pero acabó recuperando 50 años después tras localizar al coleccionista japonés que lo había comprado. También hay algunos icónicos como los que se vieron en películas como el Lotus Esprit de Pretty Woman (aunque lo tiene en verde y el de Richard Gere era plateado), el Lamborghini Countach de El lobo de Wall Street o un Aston Martin de James Bond. Todos ellos llevan la matrícula Chelsea 1979, así como el mismo museo, en honor al barrio donde nació la marca de ropa Hackett, para la que trabajó Costabal, y el año en el que empezó su síndrome de Diógenes, como él mismo define.

Cerrado al público general, el museo Chelsea 1979 se empezará ahora a abrir un poco, con la previsión de organizar un par de visitas cada semana, pero siempre bajo invitación. Además, el espacio se dedica a organizar eventos privados para empresas y particulares, alquilando el espacio y organizando diferentes actividades. Una de estas colaboraciones con marcas la está haciendo con otra multinacional con presencia en Barcelona, Bowers & Wilkins, una empresa británica que produce equipos de audio, sobre todo altavoces, para uso doméstico, aunque también los usan profesionales, entre ellos, los famosos estudios de Abbey Road y la artista islandesa Björk. Con su sede para España ubicada en la calle Rosselló de Barcelona, Bowers & Wilkins empezó a trabajar con McLaren en 2015, incorporando sus equipos a los vehículos de la escudería.

Coches clásicos Museo Chelsea 1979
Algunos de los coches clásicos que Eduardo Costabal colecciona desde hace 45 años.