Tras dos décadas de abandono, el Teatro Arnau empieza a vislumbrar su renacimiento. El Ayuntamiento de Barcelona ha aprobado definitivamente el proyecto de rehabilitación de este histórico edificio situado en el Paral·lel. Los trabajos, que cuentan con un presupuesto de más de 10 millones de euros, está previsto que se inicien en el segundo trimestre de este 2025 y que se alarguen durante dos años. El objetivo de la reforma es preservar la esencia de la estructura original, el teatro de barraca, con el uso de materiales como la madera.
La rehabilitación del Arnau convertirá este espacio en un edificio polivalente que acogerá actividades de artes escénicas, artes vivas y otras manifestaciones culturales que históricamente se han desarrollado en este centro, a la vez que se preserva la memoria del espacio. El teatro también quiere convertirse en un centro comunitario, que acoja e implique a entidades, vecinos y profesionales del sector cultural de los barrios adyacentes, como el Poble-sec, Sant Antoni o el Raval.
La última vez que el teatro levantó sue telón fue en 2004. Posteriormente, el consistorio, que es propietario del edificio des de 2011 —después de varios intentos de derribo— inició un proceso participativo con entidades y vecinos para definir su futuro y se tomó la decisión de rehabilitarlo manteniendo la estructura original. La propuesta de reforma ganadora, seleccionada en 2018, fue la desarrollada por el despacho Harquitectes. Ahora, el Ayuntamiento ha aprobado la versión definitiva, que introduce algunas variaciones en el proyecto original, como, por ejemplo, la supresión de la planta del sótano, para reducir la superficie construida y optimizar la distribución de los espacios.
El Arnau, inaugurado en 1984, es el último teatro de barraca que se conserva en Catalunya. El proyecto de rehabilitación de Arnau forma parte de la recuperación de las salas del Paral·lel, punto neurálgico del ocio siglos atrás. Son ejemplos de esta rehabilitación la sala El Molino, que reabrió en noviembre como sala de conciertos de la mano de los organizadores del Festival Cruïlla. Incluso se ha extendido más allá, como en el Teatre Muntanter.
Con la reforma, el Arnau volverá a levantar su telón, con la previsión de que puedan empezar las representaciones durante la temporada de 2027. Sin embargo, mientras el equipamiento no se rehabilitaba, su actividad teatral se ha mantenido y desde 2018 ofrece funciones en una versión nómada, fuera del escenario del edificio, en calles o plazas próximas, bajo el nombre Arnau Itinerant, un proyecto cultural de titularidad pública y gestionado de forma comunitaria.