Port de Barcelona
La infraestructura quiere retomar cuanto antes la actividad crucerística. ©V. Zambrano

El Port de Barcelona duplicará este año sus inversiones para contribuir a la recuperación

La infraestructura encara el año con la mirada puesta en el inicio de las obras de los accesos ferroviarios, elemento clave para garantizar su crecimiento y sostenibilidad. Después de un 2020 complicado, con la caída de la actividad por la pandemia, sobre todo la de los cruceros, el puerto espera que se mantenga la recuperación iniciada hace unos meses y prevé invertir 50 millones.

El año 2020 no ha sido un buen año para el Port de Barcelona. La infraestructura ha registrado unos beneficios de 17 millones de euros, un 63% menos que hace un año. La factura que la covid ha dejado es de 34 millones de euros, sumando la caída de ingresos y los recursos destinados a facilitar la liquidez de las empresas portuarias. A pesar de todo esto, el Port de Barcelona señala que ya se ha empezado a notar la recuperación en los tráficos, iniciada a finales de 2020 y que se ha mantenido en los primeros meses de 2021.

La superación de este choque dependerá del ritmo de vacunación y la reanudación de la actividad, pero el Port de Barcelona quiere continuar ejerciendo como motor de recuperación económica a través de la inversión. “La inversión no puede aflojar”, ha defendido la presidenta del Port de Barcelona, Mercè Conesa, en la presentación de los resultados del año 2020. La infraestructura barcelonesa ha presupuestado una inversión de 50 millones de euros para este 2021, una cifra similar a la de 2019, antes de la parada por la covid.

Las inversiones de este año incluirán el inicio de las obras de los accesos ferroviarios y viarios, cuestión que acumula años de retrasos y se empezó a desencallar en octubre de 2020, cuando el Port de Barcelona, la Generalitat y el Gobierno firmaron un protocolo para hacerlos posibles. Los nuevos accesos tienen que servir para aumentar la capacidad ferroviaria de la infraestructura, que el 2020 logró el 15% de tráfico ferroviario de contenedores, con casi 265.000 contenedores entrando o saliendo del recinto portuario en tren, las cifras más positivas que deja el 2020 según el director general del Port, José Alberto Carbonell. El tráfico ferroviario supone un ahorro anual de 51.000 toneladas de CO₂ y dejar fuera de la carretera a 131.000 camiones.

El director general del Port de Barcelona, José Alberto Carbonell, y su presidenta, Mercè Conesa, en la presentación de los resultados de 2020.

Con este crecimiento del tráfico ferroviario de contenedores, que sitúa al Port de Barcelona en estándares europeos, Conesa ha advertido de que requieren ya de más capacidad ferroviaria y que, si no se aceleran urgentemente cuestiones como los accesos o la ampliación de los apartaderos de la línea Barcelona-Zaragoza, la infraestructura puede empezar a verse tensionada. En este sentido, la presidenta del Port ha celebrado que esta semana se constituya la comisión de seguimiento de los accesos, un “paso importante” para continuar avanzando en su concreción.

La infraestructura dobla la inversión para este año, pasando de los 27 millones ejecutados en 2020 a los 50 millones en 2021

La inversiones previstas para 2021 también incidirán en la ampliación del Moll Adossat y la remodelación del área pesquera, con una nueva lonja. Otro proyecto que arrancará este año será el de la ampliación de la zona de actividades logísticas (ZAL), después de que el consejo de administración del Port haya encargado un estudio que analice posibles terrenos donde expandirse. Conesa no ha concretado donde se ubicarán y solo ha indicado que preferiblemente tendría que ser cerca del área Metropolitana de Barcelona (AMB), a pesar de que no ha descartado que sea en la segunda corona. Tampoco ha definido como se hará esta ampliación, si con recursos propios o a través de sociedades participadas, como ya se ha hecho en otras ocasiones.

Sobre las inversiones realizadas durante el año pasado, Conesa ha remarcado que no se tuvo que posponer ninguna obra, a pesar de que la inversión ejecutada finalmente fue de 27 millones de euros, mientras que la previsión era de unos 70 millones. Conesa lo ha justificado por las barreras administrativas que tienen los puertos en el proceso de licitación de obras. Entre los trabajos hechos en 2020, destacan las obras de emergencia por el temporal Glòria y el refuerzo del sistema de amarraje de la terminal de cruceros.

El Port está buscando terrenos para ampliar la ZAL, completamente ocupada.

Reanudación de la actividad de cruceros

La caída de los ingresos y las bonificaciones a las empresas han situado la cifra de negocio del Port en 139 millones de euros, al nivel de la que obtuvo en 2006. El tráfico total de la infraestructura ha disminuido un 11,9%, hasta los 59,5 millones de toneladas. Los diferentes tráficos han tenido comportamientos muy desiguales durante el 2020, pero el pasaje ha sido el más afectado, con una bajada total del 81,5%. El de ferris cayó un 55,8% y el de cruceros un 93,7%, dejando de ingresar 11 millones en tasas.

Conesa ha reclamado la urgencia de disponer de “protocolos claros” que permitan retomar la actividad de los cruceros, poniendo en valor el peso de este sector para la ciudad, con unos 9.000 trabajadores y unos ingresos de 560 millones de euros anuales. “Nos gustaría empezar a trabajar con unos calendarios razonables, que serían en los meses de verano”, ha expuesto la presidenta.

El Port de Barcelona no ha querido avanzar previsiones sobre los resultados que pueden conseguir este 2021 y ha subrayado que solo esperan que sean mejores que los de 2020, teniendo en cuenta que la recuperación parece ser que ya se ha iniciado. Conesa ha detallado que calculan que tardarán tres años en recuperar el nivel que tenían en 2019, antes de la crisis, a pesar de que ha remarcado que este plazo se puede acabar acortando según el ritmo de recuperación de tráficos.

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