La empresa multinacional alemana de droguería Rossmann abrirá su primer local comercial en Barcelona. Esta será la tienda más grande y representativa de la marca en España, donde cuenta con 23 establecimientos. El local, de 1.000 metros cuadrados, se ubica en el cruce de la calle Berlín con Numància, en la frontera entre Les Corts y Sants.
Desde este local, la firma alemana —con 50 años de trayectoria— ofrecerá productos de belleza y cuidado personal; alimentación ecológica; accesorios, y limpieza del hogar, entre otros. En su nuevo establecimiento, ubicado en los bajos de un edificio de oficinas, la cadena ofrecerá productos de terceras marcas y también de su gama propia.
Rossmann llega a la capital catalana como una de las cadenas de droguerías más grandes de Europa. La primera tienda abrió en Hannover en 1972 y fue pionera como droguería con autoservicio en Alemania. Un plan de expansión la ha llevado a disponer de más de 4.000 tiendas en toda Europa.
La empresa, que en 2022 facturó más de 12.000 millones de euros, cuenta con tiendas en Alemania, Polonia, Hungría, República Checa, Albania, Kosovo y Turquía. El plan de expansión del grupo cuenta con un volumen de inversión de unos 200 millones de euros.
La multinacional prevé sumar una veintena de establecimientos más en España hasta finales de este año. El proyecto en Barcelona ha contado con el asesoramiento de Cushman & Wakefield en el alquiler del local. Su jefe de retail en España, Domènec Casellas, ha defendido que esta nueva apertura evidencia “la confianza que grandes marcas internacionales depositan en la ciudad”.
Las tiendas de Rossmann en España se concentran en el litoral mediterráneo y ya incluyen una en Sitges y otra en Sant Pere de Ribes
Rossmann abrió su primera tienda en España en julio de 2020, y lo hizo en Valencia y pese a la pandemia de Covid-19. Desde entonces, la cadena ha sumado establecimientos concentrados sobre todo en el litoral mediterráneo, en ciudades como Granada, Torrevieja y Dénia, así como en Baleares. En Catalunya, ya dispone de locales en Sitges y Sant Pere de Ribes, que abrieron el pasado verano con menos superficie que el local que ahora estrena Barcelona.