En los últimos años, la compañía Endesa ha trabajado juntamente con el Ayuntamiento de Barcelona en un plan de ciudad para impulsar la electrificación de la demanda y dar respuesta a las actuales y futuras necesidades de la capital catalana. Este objetivo, que es clave para acelerar el proceso de descarbonización y luchar para combatir el cambio climático, va acompañado de un paquete de actuaciones que, sólo en los dos últimos años, suma una inversión de más de 90 millones de euros.
Como distribuidora de un servicio esencial, las operaciones de Endesa sirven para garantizar el suministro con la construcción y renovación de infraestructuras y asegurar su calidad con la incorporación de las nuevas tecnologías. Un propósito, este último, que pasa por incrementar la digitalización de la red eléctrica –en alta, media y baja tensión– y preparar las infraestructuras para afrontar la ciudad digital del futuro.
El plan para acompañar a la ciudad en su crecimiento y transformación “es muy ambicioso”, según el responsable del área de distribución de Endesa en Barcelona, Marcos Lalueza, quien concreta que las actuaciones necesarias previstas para 2023 también estarán sobre los 40 millones anuales de inversión.
Explica que la ciudad se ha convertido en una pieza clave para realizar la transición de la red eléctrica actual a la digital de manera progresiva y ganar así en seguridad y fiabilidad del servicio a todos los clientes.
Por volumen, el entramado eléctrico barcelonés es un “buen banco de pruebas de nuevas tecnologías que se diseñan en el centro de desarrollo de la compañía en la Avenida Vilanova y que acaban exportándose a nuestra matriz, la multinacional italiana Enel, que las implementa en otros países”, explica Lalueza.
Lo argumenta así porque Barcelona es una ciudad que está apostando por la digitalización y que está en constante transformación con nuevas áreas de planeamiento urbanístico y, por tanto, la red de distribución eléctrica es amplia. Endesa tiene extendidos 7.000 kilómetros de líneas para alcanzar los 900.000 puntos de suministro, casi la cuarta parte de los 4,2 millones de conexiones existentes en toda Catalunya.
Endesa lidera desde Barcelona el cambio en la operativa de las infraestructuras y la red eléctrica
“Desde Barcelona estamos liderando el cambio en la operativa de las infraestructuras, con una visión global para la multinacional, para disponer de una red inteligente, lo que llamamos smart grids, con automatización, digitalización e inteligencia artificial”, concreta. “Queremos acompañar al crecimiento y la transformación de Barcelona”, manifiesta.
De alta a baja tensión
En este sentido, destacan diversas actuaciones. Por un lado, en las subestaciones de alta tensión se está instalando sensores para el control remoto e incorporando termografía online, una tecnología para el mantenimiento predictivo-preventivo de las líneas y sistemas de distribución eléctrica, puesto que permite visualizar los patrones de temperatura. Una de las últimas actuaciones de renovación de estas infraestructuras se ha realizado en la subestación de Penitents, donde se han invertido 2,8 millones de euros.
Endesa tiene en el barcelonés un total de 24 subestaciones, una parte de las cuales sólo dan servicio a Barcelona, pero otras están situadas en zonas limítrofes con otros municipios y dan servicio compartido a más de una población.
En el caso de la media tensión, el mallado eléctrico cuenta con 7.000 centros de transformación en Barcelona (unos 130.000 en Catalunya) y cada uno da suministro a unos 200 puntos de media. En estos momentos, uno de cada tres centros (35,7%, el doble de la media estatal) está ya digitalizado con instalaciones que funcionan con telemando. Estas acciones se iniciaron en 2016 y se han invertido ya casi 26 millones de euros. Con estos sistemas se ha logrado disminuir en un 20% el tiempo de espera del usuario en la resolución de una incidencia o falta de suministro.
Asimismo, se están poniendo también sensores (ya se ha cubierto el 60% de los centros) para recibir información de la carga que reciben los transformadores y, por tanto, conocer la intensidad que pasa por la red. Esto permite procesar los datos y realizar estadísticas históricas para diseñar nuevas actuaciones preventivas. De hecho, se está trabajando en nuevas funcionalidades para tener un mayor control sobre el fraude eléctrico y las sobrecargas, entre otros.
El sistema LARS, un avance tecnológico
Estos avances han posibilitado el diseño e implementación del sistema LARS (Localización de Averías y Reposición del Suministro) en Barcelona. Es un sistema automático que en caso de avería funciona como un operador virtual y que, desde el propio sistema del Centro de Control (al igual que harían los operadores humanos), hace las maniobras que hagan falta en la red para aislar las averías y reponer el suministro en menos de tres minutos. LARS se encarga de gestionar los telemandos y hará mucho más en el futuro, aseguran en la compañía, puesto que se está trabajando para integrar datos históricos, mapas de obras en las calles y previsiones metereológicas, entre otros.
Utilizando técnicas de Big Data e inteligencia artificial para procesar toda esta información determinará, en un futuro no muy lejano, nuevas formas de distribución de la energía. De ahí que estas tecnologías estén también pensadas para la baja tensión, donde este 2022 se llevan a cabo 140 actuaciones repartidas por toda la ciudad, que se suman a los 164 puntos de intervención de 2021 para reforzar, ampliar y mallar aún más la red.
Utilizar Big Data e inteligencia artificial para procesar información determinará nuevas formas de distribución de la energía
La existencia de los contadores inteligentes también proporciona datos a la compañía. “Estamos trabajando en varios sistemas que procesen la información que nos proporcionan para poder determinar el qué y el cómo de una avería y también poder maniobrar a distancia para resolver incidencias. En baja tensión también necesitaremos implementar pruebas piloto en Barcelona, por supuesto”, asegura Marcos Lalueza.