Carles Falguera Ordax
El músico Carles Falguera Ordax, alma máter de Los Bisontes.
EL BAR DEL POST

Carles Falguera Ordax: No morir de asco

“Los de mi quinta no nos encontramos una herencia cultural digna de ese nombre y los que hemos hecho cosas, las hemos hecho en un plan muy autodidacta. Aun así, curiosamente, no veo que el legado de nuestra generación lo recojan los creadores jóvenes de ahora”, elucubra Carles Falguera Ordax, mientras sorbe de una humeante taza de té negro.

Ha llegado al Bar a lomos de su Royal Enfield por la mañana, pronto, madrugador como es él, enfundado en una reluciente chupa de cuero con un parche de sus adorados The Who. “Si pones algo de la radio, puedes poner La Competència de RAC1 o algo de lo que queda de Radio 3, aunque cada vez está peor”, ha avisado.

Después, tras los saludos de rigor y pedir su bebida, el veterano músico ha confesado estar de retirada. “La música en directo en Barcelona ya estaba muy tocada, y en parte es culpa de los músicos que han aceptado las condiciones de los espacios, a veces casi pagando por tocar. Lo de la pandemia simplemente ha sido la estocada final. Me apetece seguir escribiendo canciones y grabando, pero en mi casa, a mi ritmo. No quiero salir ahí afuera para morirme del asco”.

— ¿Morirte del asco?

— Sí, justamente. Y créeme, hay mucha gente que se muere precisamente de eso: de puro asco.

36 años de carretera sin manta

Aficionado a muchas cosas y apasionado de unas cuantas, sobre todo, de la música, la pintura y la escritura, Carles Falguera Ordax se enamoró a tierna edad de la música. “Fue cuando, de niño, escuché a los Beatles por primera vez. Un amor que más tarde se acabó de reafirmar cuando descubrí a los Who”.

En aquel momento fue cuando la idea de montar su propia banda empezó a cuajar en su mente. Un propósito que logró materializar con los 16 recién cumplidos, cuando consiguió su primera guitarra Rickenbaker, como su entonces ídolo Pete Townshend. Era 1986 y aquel fue el inicio de la andadura de Los Bisontes, una de las bandas más veteranas del panorama barcelonés.

“Creé Los Bisontes porque echaba en falta una buena banda de sonido sesentero en Barcelona, capaz de hacer buen merseybeat y buen 60s punk, sin aquel deje ochentero de los discos de garaje de entonces. Era algo que aquí no abundaba, y por eso la banda arrancó”.

Carles Falguera Ordax
Creó Los Bisontes con tan solo 16 años, armado con una guitarra Rickenbaker, como la de su entonces ídolo Pete Townshend.

En estos 36 años, el sonido ha ido virando, pasando por el pop sesentero, la psicodelia, el rock sureño o el country, llegando a ser la banda de acompañamiento del mítico Sleepy LaBeef, el icónico artista estadounidense, conocido por improvisar su repertorio y hacer sudar sangre a los músicos que le suelen acompañar. Hoy en día, es una banda de rock clásico con todas las letras.

Con un nuevo álbum, el quinto, en preparación, Carles se muestra especialmente orgulloso de Heroes & Idols, que define como su álbum más ambicioso. “Fue grabado como si se tratara de un programa de radio, con anuncios y cortinas, y agrupa dieciocho canciones de bandas que nos gustan mucho, como las Ronettes, Larry Williams o los Pretty Things. ¡Son más de tres horas de música!”.

Carles Falguera Ordax
Entre sus otras muchas aficiones: la pintura.

Agotado de esperar un cambio de tornas

“Como te decía, estoy más bien de retirada. Y por un lado es un tema de edad. Me lo he pasado muy bien, he vivido muchas cosas y, de alguna manera, ya he hecho todo lo que tenía que hacer. Pero por el otro lado, también está el tratamiento que está recibiendo la cultura en esta ciudad y que hace que a uno le entren ganas de retirarse, a menos que se dé el muy improbable caso de un cambio de tornas”, razona el parroquiano, con su té casi a punto de terminar.

— ¿Un cambio de tornas?

— Sí, que se acabe la tiranía institucional y que, más en general, haya algo de criterio, pluralidad y lucidez social, porque, ahora mismo, estamos en un contexto de pensamiento único que lo que hace es matar la pluralidad —replica el músico—. Te diré más, cada vez más, mis lugares favoritos de Barcelona son las estaciones de tren y el aeropuerto, los sitios que te ayuden a pirarte de aquí —dice riendo—.

Carles Falguera Ordax
“Estoy más bien de retirada”, dice al explicar que está descontento con el trato que recibe la cultura en la ciudad.

— No te querrás ir de aquí cuando pruebes nuestros deliciosos desayunos y almuerzos. ¿No te apetece comer algo?

Carles Falguera Ordax liquida su té negro y lanza una de sus irónicas miradas azul cobalto:

— Mientras esté bueno, escucho ofertas, aunque advierto que desde hace muchos años yo como macrobiótico.

— ¡¡No fastidies!! ¿Macrobiótico?

— Sí, y ya digo, desde hace años.

Y, acodado a la barra, a punto de salir a fumarse un cigarrillo rubio, mantiene la mirada sin perder su sonrisa contagiosa.