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De profesión químico, Jordi Corbera Bachs siempre tuvo la pulsión de escribir.
EL BAR DEL POST

Jordi Corbera Bachs: Epifanía a los pies de las Tres Xemeneies

Para Jordi Corbera Bachs todo cambió el 2 de mayo de 2020. “Siempre había sentido la pulsión de escribir, pero nunca me había animado a hacerlo, no me creía capaz, seguramente por miedo al ridículo. Pero aquel dos de mayo, en el peor momento vital posible, con una niña de dos años y mi mujer embarazada de mi segundo hijo, me trastoqué. Aquel era el primer día en que nos dejaban salir de casa después del confinamiento para hacer deporte, con lo que fui a correr y pasé por delante de las Tres Xemeneies de Sant Adrià. Una de las escenas de ficción que siempre me bailaba en la cabeza tenía lugar allí, de modo que llegué a casa y me puse a escribir con una pasión desconocida. ¡Lo hice con tal empuje que, en trece meses, escribí tres novelas! Me levantaba a las 5 de la mañana o antes, escribía con la niña trepando por encima mío, pedía días de fiesta en el trabajo… ¡He disfrutado tanto escribiendo! Haciéndolo, siento plenitud, una emoción nada fácil de encontrar”.

El parroquiano disfruta de una “copa de cerveza bien fría” y de unas aceitunas mientras, de fondo, notas de R&B restallan de la mano de Gene Vincent y sus Blue Caps.

— ¿Y cómo pasaste de escribir a publicar?  

— Mi pareja era la única persona conocida a la que dejaba leer mis textos. Por lo demás, encargaba informes a lectores profesionales: quería saber si lo que escribía tenía algún valor o era un birria. Uno de estos lectores profesionales me escribió diciéndome que le había encantado el manuscrito de Butsènit d’Urgell, un thriller rural, y que, si no lo tenía comprometido, estaba interesado él mismo en publicarlo en la editorial Calambur-Xandri.

Así acaba de ver la luz el debut de Jordi Corbera, presentado en la reciente Setmana del Llibre en Català

“Nunca pensé que lograría publicar y estoy muy contento con el resultado. Se trata de una novela negra en un ambiente rural muy nuestro, con toques de terror y de western en la que he tratado que el ritmo narrativo fuera muy elevado”, remata el autor con el evidente orgullo del escritor que apuntala la confianza en su obra al verla, por fin, en las estanterías de las librerías.

Color, trabajo y evasión

Proveniente de una familia trabajadora de Sant Adrià de Besòs y cosecha del 82 —“este año cumplimos la cuarentena”—, el parroquiano se licenció en 2006 en Química y desde entonces trabaja en el mundo de los pigmentos. “Soy responsable de un laboratorio de aplicaciones y me encanta mi trabajo. Me gusta pensar que, con mi labor, aporto un poco de color a la vida”. Padre de “una niña y un niño preciosos” de 4 y 2 años que, asegura, han llenado gran parte del vacío que siempre ha sentido dentro, el autor atesora cincuenta libretas diferentes donde “siempre voy anotando pensamientos, frases y reflexiones”.

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Con la publicación de Butsènit, un thriller rural (Calambur-Xandri), Jordi Corbera Bachs apuntala la confianza en su capacidad de escribir narrativa de ficción.

— ¡Cincuenta son muchas! Seguro que tienes muchos proyectos en marcha.

— Pues sí, ahora mismo ando envuelto con un montón de cosas. Lo primero es la promoción del libro: me encantaría que los lectores le dieran una oportunidad. Por otro lado seguiré moviendo los otros dos manuscritos que tengo, una novela negra juvenil y una de ciencia ficción, que para mí es la mejor de las tres. Finalmente, ya tengo la idea para mi cuarta novela y una primera escaleta que tiene que ir fermentando durante unos meses. Espero escribirla durante la primera mitad del 2023. Por si fuera poco, en unas semanas me mudo de casa: traslado, buscar escuelas… ¡No me aburro!

Una conspicua actividad que refleja un amor profundo por la lectura de ficción literaria: “Animo a todo el mundo a leer. Cuando tenemos un mal día no hay nada mejor para desconectar de nosotros mismos que adentrarnos en los otros mundos que las letras nos regalan. Las series y las pelis están bien, pero leer te aporta algo distinto que hace que la evasión sea más completa”.

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Además de la recién publicada Butsènit, un thriller rural, el autor asegura tener otros dos manuscritos listos, de los que destaca una obra de ciencia ficción que espera vea pronto la luz.

Una ciudad que no ha perdido la batalla

“Barcelona ha sido siempre la gran ciudad, una ventana al mundo cuando quería escapar del barrio”. Durante su infancia, los padres y tíos del escritor tenían una bacallanería en el mercado de Santa Caterina y una tienda de peluches en la calle del Pi. “Yo iba siempre a ayudar y a hacer recados arriba y abajo por toda Ciutat Vella. Aquello me permitió conocer el carácter del barcelonés trabajador, a la vez que me permitió ver a gente con estéticas de todo tipo y de cualquier rincón del planeta. Era una combinación maravillosa”, recuerda.

Aquella tienda de peluches, llamada J. Corbera, permanece en la memoria de muchos barceloneses tantos años después de su cierre: “Todo el mundo se paraba ahí porque había peluches amontonados en todos los rincones. De hecho, cuando conocí a mi mujer y le hablé de la tienda, se acordaba perfectamente del lugar y de haber comprado ahí en un par de ocasiones. Seguramente la atendería mi hermana, ¡que ahora es su cuñada!”.

“Barcelona ha sido siempre la gran ciudad, una ventana al mundo cuando quería escapar del barrio”

El parroquiano echa en falta aquella Barcelona de cuyos barrios céntricos lamenta “la pérdida de identidad, ese espíritu barcelonés al que me refería. Creo que Barcelona es demasiado Barcelona como por haber perdido la batalla, pero este éxodo de tiendas y familias fuera de la ciudad lo acabaremos pagando, si no se hace algo para pararlo. La esencia de la ciudad son los barceloneses, sin éstos —advierte, apurando su cerveza— sólo quedará un parque temático”.

— Del mismo modo, la esencia de este Bar es su suculenta oferta culinaria a base de menú, platos combinados, bocatas, raciones o tapas. Por si quieres acompañar con algo la siguiente cerveza…

Jordi Corbera Bachs repasa con apetito el despliegue de viandas, antes de decidirse por raciones

— De hecho —matiza sonriente—, que sean medias raciones, así podré probar más cosas”.

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Hijo de una familia de Sant Adrià de Besòs, en su infancia y juventud el escritor vivió a fondo el alma de Ciutat vella gracias a sendos negocios que su familia tenía en el Mercado de Santa Caterina y en la calle del Pi.