Performance festival NUDO
Tita Berasategui en una performance del festival NUDO.
EL BAR DEL POST

Tita Berasategui: La cuestión de florecer

“Mucha gente me decía que no fuera kamikaze, pero mi marido me apoyó a ciegas. Yo quería montar un encuentro pequeñito de calidad, estimulante, muy lúdico, que celebrara la poesía en fusión con otras disciplinas, defendiendo el pequeño formato y la amistad entre las personas afines. Yo quería crear una especie de familia”. Tita Berasategui habla de cómo nació NUDO, “festival de poesía desatada”, mientras paladea una copa de Rioja tinto y permite que la radio suene de fondo, sin que esta entorpezca la conversación.

“Estoy satisfecha —añade— porque NUDO lo he montado con mi entusiasmo y mi cabezonería. Aquí no tengo red familiar ni profesional y, no nos engañemos, los contactos ayudan, facilitan. Yo no he tenido nada de eso”. El certamen, que celebra su quinto año de vida, aglutina “a gente que viene, se emociona, disfruta y repite”.

Tita también está al frente de Trampa Ediciones, “una editorial literaria que monté con mi amigo Jon Botas”, y escribe poesía, además de ser artista visual —con el alias de Mara Carver— y pertenecer a varias asociaciones artísticas. “Podría decir que la literatura y el arte son el motor de lo que hago”, destaca. Aunque esta vitoriana residente en Barcelona no siempre fue la activista cultural y artista que es hoy. “Yo trabajaba en edición médica y no me sentía feliz. La frustración es enorme cuando no recibes estímulos diarios, y yo quería hacer otras cosas”. Y las hizo, claro.

— Volvamos la vista atrás. ¿De dónde te venía todo ese apetito creador?

— He crecido rodeada de libros. Esto hizo que me llamara siempre el mundo de la cultura, y en especial, la literatura. Lo que más me interesa es florecer y rodearme de gente buena.

De momento, junto a ella florecen diversos proyectos: “Trampa va a cumplir tres años y creo que vamos por buen camino. Acabamos de lanzar una colección muy atractiva, Intervenciones, con Cartas a mujeres de Virginia Woolf como primer disparo, y seguiremos publicando poesía, narrativa e infantil. Poco a poco, es una carrera de fondo. Con NUDO vienen sorpresas, mi idea es crear festivales-satélite por España, pero aún no quiero desvelar nada”.

Maternidad, coraje, arte

Cuando se le pregunta sobre puntos de inflexión, momentos en que todo cambia y decisiones que varían el curso de la vida, Tita lo tiene claro: “Fue la maternidad. Puede sonar a tópico, pero es cuando una se replantea qué hace y qué desea. Es un momento extraordinario para el cambio, ya que tu vida hace un giro de 180 grados”. Tener a Teo, su primogénito, le abocó a una larga reflexión que, con el nacimiento de Frida, la segunda, cristalizó en una decisión: dejar el trabajo y dedicarse a lo que su cuerpo y alma le pedían. “De aquella necesidad de compartir mi creación poética y artística brotó NUDO. Y, al poco, Jon me planteó la idea de la editorial”.

Mucho llevaba dentro esta artista que, en estos momentos, asegura estar escribiendo mucho: “He terminado mi segundo poemario y mi primer libro en prosa. Además, estoy desarrollando una colección de cuentos infantiles y también hago collage semanalmente, cosa que me flipa”.

Con el collage, además de exposiciones, Berasategui lleva a cabo otras actividades como el taller Imatges, Lletres i Històries, que acoge, el próximo 12 de julio, la Biblioteca de Trinitat Vella.

Poemario Donde planean los pájaros
Cubierta del poemario Donde planean los pájaros de Tita Berasategui con el alias Mara Carver.

La ciudad de la que nunca se quiso ir

“Estudié en Madrid, he vivido en Francia e Inglaterra y llevo quince años en Barcelona. El amor me trajo aquí, a esta Ciudad Condal que me chifla, que tiene una luz y una vitalidad que atrapan”. Aquí, Tita ha vivido en muchos barrios, sola, en pareja y con familia. “Y todo me gusta: ir en bici a todas partes, sentir la cercanía del mar, pero también de la montaña; la música de Standstill y Mishima a quienes debo el hecho de querer aprender catalán; ravalear, la multiculturalidad, la rumba catalana, pasear sin rumbo, bucear en el Mediterráneo…”.

Su mirada se ilumina al recordar dos conciertos “memorables” en Barcelona, que hicieron “que no quisiera irme nunca de esta ciudad: el de Matthew Herbert en la Plaza del Rei, en el 2000 o así, y el de Sonic Youth y Mogwai, lloviendo a cántaros, en el Primavera Sound de 2003. Épicos”.

Mara Carver
La artista en un recital literario.

Pero un mohín de tristeza hace acto de aparición en su rostro cuando a esos recuerdos se une otro, el de aquella Barcelona a la que llegó en 2002: “La gente era muchísimo más abierta y tolerante, la sociedad más plural, y vamos a peor. El independentismo está causando estragos a todos los niveles, y en la política cultural de la ciudad también, pues se está empobreciendo”.

La copa de Rioja ha llegado a su fin y la parroquiana, con la mente en aquella ciudad abierta que dice añorar, pide otra.

— Marchando. ¿Querrás acompañar el vino con algo? Hay menú, ración o plato combinado. 

— ¡Adelante! ¡Adoro el menú del día! —replica, recuperando de pronto la sonrisa—.

Carmen Berasategui
La mirada de Tita se ilumina al recordar dos conciertos “memorables” en Barcelona, que hicieron “que no quisiera irme nunca de esta ciudad”.