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El confinamiento ha permitido reencontrarse con la lectura © Mònica Moreno

El sector editorial sobrevive a la pandemia con más lectores

El mundo del libro resiste un 2020 demasiado duro para la cultura. El Gremi d'Editors de Catalunya prevé cerrar el ejercicio con una caída solo del 5% de las ventas, que espera reducir con la campaña de Navidad. La compra en librerías de barrio y su digitalización también han ayudado a mejorar el año del confinamiento y del reencuentro con la lectura.

El año 2020 ha sido un año tan diferente que cualquier comparación se queda corta o está fuera de lugar. El confinamiento y las sucesivas desescaladas han impuesto una realidad completamente nueva, haciendo imposibles muchos hábitos que antes eran cotidianos. Precisamente por eso se han recuperado otros que hacía tiempo que no eran tan prioritarios y nunca se les podía destinar el tiempo suficiente, como leer. Muchas personas han encontrado en la lectura una manera de pasar mejor el tiempo obligado en casa. A pesar de ser un año muy malo para la cultura, el sector editorial ha podido recuperar las ventas en el último trimestre y espera acabar 2020 con una caída de alrededor el 5% en los libros de ficción, no ficción y literatura infantil y juvenil, ámbitos que representan la mitad de la facturación del sector. Incluso, el Gremi d’Editors de Catalunya espera que el impacto del coronavirus sea menor si la campaña de Navidad consigue que se regalen muchos libros. La entidad celebró este lunes la 35 Nit de l’Edició, en la que se premió a las librerías históricas La 2 de Viladric (Tortosa, 1760), Fabre (Barcelona, 1860) y Geli (Girona, 1879), con la voluntad de reconocer a los establecimientos que más tiempo llevan asociados al Gremi.

Después de meses con las librerías cerradas, los libros se han salvado relativamente de la crisis gracias a la mejora del índice de lectura registrada durante el confinamiento y mantenida posteriormente, y al apoyo a los establecimientos locales. Así, el número total de lectores frecuentes —aquellos que leen como mínimo una vez por semana—, ha crecido un 15% durante la pandemia, pasando del 50% de la población lectora al 57%. Para el presidente del Gremi d’Editors de Catalunya, Patrici Tixis, los libros han demostrado durante estos meses que son un bien esencial de primera necesidad. “Si las tiendas de alimentación tienen que estar abiertas para alimentar el cuerpo, las librerías lo tienen que estar para alimentar el espíritu”, defiende. Toda esta necesidad de libros que hubo durante el confinamiento también ha servido para dar un impulso a la digitalización de las librerías, con la aceleración del comercio electrónico de libros en papel, tanto de forma individual como través de plataformas como Todos tus libros.

Presidente del Gremi d'Editors de Catalunya, Patrici Tixis
El presidente del Gremi d’Editors de Catalunya, Patrici Tixis, en una foto de archivo.

También ha contribuido a hacer que la caída fuera menor la colaboración público-privada, con la inyección de más de seis millones de euros a través de las compras públicas de las bibliotecas, las ayudas para afrontar la crisis, los avales del Govern y el Ministerio de Cultura para acceder a liquidez, y las campañas a favor del libro y la lectura. De este modo, las ayudas de las administraciones al mundo del libro han aumentado un 40% respecto al año anterior y el Gremi d’Editors espera que se consolide de cara al año que viene. Todo esto, según Tixis, ha servido para que no hayan tenido que cerrar muchas librerías y, de hecho, hayan ido surgiendo nuevas, como Ona Llibres, Byron o Finestres.

“Si las tiendas de alimentación tienen que estar abiertas para alimentar el cuerpo, las librerías lo tienen que estar para alimentar el espíritu”, defiende Tixis

Ahora bien, el sector librero también ha sufrido. La exportación a América Latina ha caído un 40% y todavía no se ha recuperado, y el libro de texto lo ha hecho más del 10%, teniendo en cuenta la afectación especial que ha tenido la covid-19 en las escuelas, sobre todo, durante el curso anterior. Por otro lado, la piratería ha crecido más del 30%, y se ha extendido en las redes sociales, con el envío ilegal de libros por WhatsApp como uno de los casos más difíciles de controlar. “La piratería de contenidos culturales en general y del libro en particular se tendría que poder perseguir con más efectividad”, remarca Tixis.

De cara a 2021, el Gremi d’Editors cree que el primer trimestre todavía será muy complicado y tiene la esperanza que el segundo ya sea mejor. Eventos claves para el mundo del libro como Sant Jordi o el Comic Barcelona se intentarán celebrar, con las medidas de seguridad necesarias, pero todavía queda mucho para que vuelvan a ser como los de 2019, antes de todo. Para estar más preparados para el año que viene, Tixis reclama que las librerías se declaren como comercios esenciales y evitar así que el hambre de libros que se vivió durante el confinamiento se vuelva a repetir.

jóvenes mirando una librería
Una pareja ante el escaparate de una librería. © Laura Guerrero