Libelista Calonge
Libelista, una de las siete librerías que ha abierto en Calonge. © theNBP

Calonge vive su primer Sant Jordi como ‘booktown’

El municipio del Baix Empordà se ha convertido en la primera villa de libros de Catalunya, con siete librerías que han dado vida a su núcleo antiguo

En la Costa Brava, uno de sus pueblos interiores se ha reinventado para convertirse en la primera booktown o villa de libros de Catalunya. Calonge ha decidido revertir la despoblación que estaba apagando su núcleo antiguo apostando por abrir, de golpe, siete librerías. Todas ellas están preparadas para su primer Sant Jordi, con la suerte de que cae en sábado y que son la principal novedad literaria de la temporada. Solo hay que esperar que el tiempo no agüe la fiesta.

La Viatgeria, Llibooks, Orient, Cocollona, Libelista Calonge, Rals Llibres y Calonge Còmics son los siete proyectos que han llegado a este municipio, ubicados muy cerca los unos de los otros, en una ruta que se extiende entre dos calles y la plaza mayor. Dos son generalistas —Libelista Calonge y Rals Llibres— y el resto están especializadas en temas como los viajes, la literatura infantil, el mundo oriental, el esoterismo o los cómics.

La idea de convertir Calonge en una villa de libros perseguía a su concejal de Cultura, Norbert Botella, desde hacía tiempo. Diez años atrás, descubrió esta iniciativa cultural en un pueblo de Francia, donde hay más tradición, y se le quedó rondando por la cabeza. Aunque es profesor de Literatura, acabó en política, donde pudo materializar este proyecto, en el que el consistorio ha invertido unos 110.000 euros, destinados a hacer reformas en los locales y comprar mobiliario. Ya están planificadas nuevas actuaciones, como decorar el núcleo urbano para ambientar más la booktown y crear un recorrido, una de sus carencias actuales.

Con esa pequeña inversión, se ha dado vida a un centro que se había quedado sin comercio y se han sumado 15 habitantes, los libreros, que se han instalado en este municipio del Baix Empordà. Es el caso de Meritxell Ral, de Rals Llibres. Llegó a Calonge después de años trabajando en la Central de Barcelona y los últimos, pandemia de por medio, en Ona Llibres. “Llevo media vida haciendo de librera, pero necesitaba un cambio, quería tener mi propia librería”, cuenta.

Luego está quien viene de más lejos, como Belén Vieyra, de Libelista Calonge, que llegó desde Madrid, estrenándose así en el mundo librero después de dedicarse a la contabilidad y a leer y escribir en su tiempo libre. “Me mudé hace seis meses y, cuando llegué, no sabía dónde iba a dormir. Toda una aventura, como una película”, explica Vieyra, quien estaba cansada de las grandes urbes y ha encontrado en este pequeño pueblo un lugar en el que vivir acompañada, rechazando, por el momento, la posibilidad de volver a la ciudad en la que creció.

Con ganas de Sant Jordi

Desde el pasado 10 de diciembre, las siete librerías están abiertas y, coincidiendo con la campaña de Navidad, tuvieron una muy buena acogida para su inauguración, sostienen desde los dos establecimientos generalistas. Enero y febrero siempre son duros para el mundo librero, como también se ha visto en Calonge, pero Ral señala que estos primeros meses han servido para irse dando a conocer al público local, empezando a consolidar una clientela fija.

Rals Llibres
En Rals Llibres, Meritxell, la librera, deja que los clientes recomienden a los demás sus libros favoritos y escriban reseñas. © theNBP

Con los días laborables pasando más tranquilos, la booktown también se ha beneficiado del turismo familiar que les ha visitado los fines de semana. Muestra de ello ha sido Semana Santa, animada por la feria medieval que se monta en Calonge, con algún que otro librero, completamente integrado ya, disfrazado con trajes y vestidos para ir acorde con la ocasión.

Ahora, están preparados para su primer Sant Jordi. “Llevamos un mes abriendo cajas y resolviendo pedidos. Hay tanta expectación… Queremos hacerlo el doble de bien”, defiende Vieyra, para quien es su primer 23 de abril detrás del mostrador, pero que ya lo conocía de haber visitado las paradas en la Rambla.

“Llevamos un mes abriendo cajas y resolviendo pedidos. Hay tanta expectación… Queremos hacerlo el doble de bien”, defiende Vieyra, para quien es su primer 23 de abril detrás del mostrador

La villa de libros se ha volcado en esta celebración, que tiene que servir para dar el pistoletazo de salida a su temporada. Desde el consistorio, se han programando múltiples actividades, que se extienden desde el jueves hasta el domingo. El día principal, el de Sant Jordi, cuenta con paradas de libros y rosas, firmas de escritores, charlas y coloquios, música itinerante, circo y danza… También hay un concierto de El Pot Petit, un fenómeno para los más pequeños. Para el día de después, se ha diseñado una ruta de recomendaciones hecha por Màrius Serra, que parará en cada librería para elegir un libro.

Más allá del 23 de abril, Calonge está trabajando para seguir dinamizando culturalmente el municipio, queriendo traer a escritores como Paul Auster. “Lo intentaremos, no nos cortamos”, sostiene Botella. Organizarán una feria del cómic para Sant Joan y una muestra de Tintín —en Calonge Cómics tienen el cofre con todos los números—, puesto que resulta que el presidente de Tintinaires de Catalunya es vecino. También prevén un congreso de libreros en noviembre.

Calonge Comics
Calonge organizará una feria del cómic para Sant Joan. En la imagen, interior de Calonge Còmics, la librería especializada en cómics y novela gráfica. © theNBP

Menús literarios para acompañar

Pero en Calonge no todo son librerías. El ayuntamiento ha querido extender la iniciativa al resto de negocios, proponiendo a los restaurantes idear sus menús literarios. Entre la Rals y la Libelista, está Can Muni, que plantea de primero manzanas asadas con anchovas y de segundo arroz negro, inspirándose en El arte de comer en Catalunya de Manuel Vázquez Montalbán. Un trato cercano y atento redondea una jornada entre libros, acompañado con vino de pagès elaborado en una finca del mismo municipio con los métodos de antaño. Se recomienda reservar e ir sin prisas.