Barcelona, ciudad reclamo

Cómo la ciudad puede ofrecer actividades atractivas vs. Nueva York

Cuando hablamos de retail, siempre comentamos la necesidad de generar tráfico a nuestros puntos de venta, pero lo cierto es que, si no presentamos ideas atractivas y actividades originales, difícilmente conseguiremos atraer a las personas a la ciudad y, por ende, a los negocios.

Con la vuelta a la normalidad tras la crisis de la covid-19, en Barcelona se está debatiendo mucho, de nuevo, sobre las cuotas de turistas que recibe la ciudad cada año. Sobre esta cuestión, mi punto de vista es firme: si no recibimos visitantes, no podemos crear riqueza, ni ser cosmopolitas e internacionales como queremos ser.

Una ciudad es atractiva cuando es creadora de tendencias, friendly, amable y abierta al mundo. Si analizamos las grandes urbes mundiales, como Londres, Shanghái, Nueva York o París, todas ellas tienen un denominador común: abrazan a los visitantes, son creadoras de reclamos y de actividades que consiguen, ciertamente, que la ciudad esté viva y en movimiento.

Si hablamos de Nueva York, el shopping, la cultura de los espectáculos de Broadway, o los pequeños barrios como Little Italy o Chinatown, son el reclamo que ha atraído a gente de todo el mundo.

Lejos de quedarse aquí, con visión de ciudad, a finales de 2020 abrió al público el rascacielos One Vanderbilt, de 427 metros de altura, el cual se ha convertido en la más reciente silueta en unirse al cambiante skyline de la ciudad. Siempre está abarrotado de curiosos contemplando la belleza de Nueva York.

En 2021, la urbe inauguró Little Island, un parque flotante en el río Hudson para el disfrute de la población tras la pandemia. En él se han plantado más de 350 árboles e instalado un anfiteatro que acoge a 700 personas, además de una zona de césped para disfrutar del aire libre con un pícnic o tomando el sol.

Recientemente, Nueva York ha renovado también algunas zonas, como Industry City en Brooklyn, la cual conserva algunos de los antiguos edificios industriales que dan al río. A día de hoy, este enclave es un ecosistema creativo de experiencias que combina diferentes espacios: alimentación, moda, cultura y lectura en ambientes con mucha alma y personalidad local.

Una de las zonas más populares de Industry City es un mini Japón, donde encontramos un supermercado con productos de este país, de unos 300 m², y toda una zona de restauración japonesa. Todo está perfectamente ambientado y siempre eres atendido por japoneses. Todo lo japonés que busques y no encuentres en este lugar, posiblemente no existe en otro rincón de Nueva York.

Si analizamos las grandes urbes mundiales todas ellas tienen un denominador común: abrazan a los visitantes, son creadoras de reclamos y de actividades que consiguen, ciertamente, que la ciudad esté viva y en movimiento

El distrito de Meatpacking, también se ha transformado y Google actualmente ocupa en esta zona varios edificios. Desde hace unos años comenzó una remodelación que ha tomado impulso, gracias, entre otras cosas, a la organización de festivales y ferias que ayudaron a atraer peatones a esta área industrial.

La fusión de moda y gastronomía es una realidad en los escaparates de Nueva York para marcas como Ralph Lauren. Su experiencia Ralph’s Coffee, un espacio con terraza que está dentro de la tienda, invita, una vez terminado el café, a hacer algunas compras.

El co-branding sport fashion es otra tendencia que funciona. La colección cápsula de la firma de moda Michael Kors y Ellesse es una línea retro athleisure que se deja ver en los escaparates de la ciudad durante las últimas semanas.

Nueva York sigue creando tendencias que veremos en el futuro en otras ciudades del mundo, y Barcelona, podría emularla en este sentido creando reclamos culturales, comerciales y de ocio, ya sea impulsando aperturas atractivas o actividades.

Nuestra ciudad lo tiene todo: presenta una amplia oferta de shopping cultura, teatro, mar, montaña, y sobre todo, gastronomía para llevarlo a cabo. Estos son valores estándar que podemos fomentar con inversión, dando vida a la ciudad y a los barrios, trabajando con los centros comerciales y sus 40 mercados. Si no generamos reclamos, los visitantes no vendrán y los barceloneses no tendrán motivos para disfrutar de su ciudad. Así, no hay manera de crecer y evolucionar.