Jordi Franch y Jesús Saiz, fundadores de Workerbee Capital SCR.

Workerbee Capital invertirá 50 millones en comprar pymes de alimentación y salud

Dos ex directivos de Guzmán Gastronomía constituyen en Barcelona una nueva sociedad de capital riesgo con la que quieren impulsar procesos de concentración entre empresas con potencial de crecimiento e internacionalización en dos segmentos altamente resistentes a la pandemia

El sector de la alimentación se ha demostrado como uno de los más resilientes en tiempos de pandemia y aunque sea un segmento de negocio de los considerados tradicionales se encuentra en plena ebullición. A las innovaciones y adaptaciones a las nuevas apetencias de los consumidores que de forma permanente ya realizan las empresas del sector, se suman nuevas tendencias transformadoras como el reto de la sostenibilidad y el desperdicio de alimentos, la digitalización, el comercio electrónico, la apuesta por los productos saludables, de producción ecológica y de proximidad, o el auge de la proteína vegetal y de los sustitutos de la carne.

En este contexto tiene más importancia que nunca controlar toda la cadena de valor, es decir, fomentar el desarrollo de modelos de negocio verticales que controlen todo el proceso de producción, desde la granja a la mesa. Esto requiere que las empresas del sector, fundamentalmente pymes, lideren estos procesos, se alíen o se fusionen entre ellas para ser más competitivas, internacionalizarse y adaptarse a todos los cambios sociales y de mercado que se están produciendo.

Para facilitar estos procesos de concentración entre empresas con fuerte potencial de crecimiento, se ha constituido en Barcelona Workerbee Capital, una nueva sociedad de capital riesgo (SCR) que prevé invertir 50 millones de euros en pymes del sector de la alimentación y la salud. El objetivo es crear cinco verticales en los próximos años en estos dos ámbitos mediante la adquisición de empresas saneadas, con modelos de negocio sólidos y probados en determinados nichos de mercado que sean escalables y con potencial para internacionalizarse.

Detrás de esta iniciativa hay dos ex directivos del grupo Bidfood Iberia, compañía de distribución de alimentos para el sector de la hostelería que es fruto, precisamente, de un exitoso proceso de concentración de empresas que se construyó sobre la base de la antigua Guzmán Gastronomía. Se trata de Jordi Franch —que era el director general de Bidfood— y de Jesús Saiz, que dejaron la empresa el pasado mes de julio para emprender una nueva etapa como inversores.

Franch acumula una dilatada experiencia en el sector de la alimentación, ya que antes de liderar Bidfood había trabajado en las bodegas Torres y en el grupo GBfood (Gallina Blanca). Por su parte, Saiz es un experto en fusiones y adquisiciones y previamente a Bidfood había trabajado en el grupo inversor Miura, que fue el fondo que compró e hizo crecer Guzmán con integraciones, hasta la venta de la empresa al grupo sudafricano Bidcorp con abundantes plusvalías.

“Creemos que nuestra experiencia en alimentación y en capital riesgo puede aportar mucho valor a las pymes que quieren dar el salto y que no sólo buscan capital, sino un socio que les ofrezca una gestión activa, cercana y que los acompañe en el proceso de crecimiento”, explica Jordi Franch, socio fundador y codirector de Workerbee en una entrevista con el The New Barcelona Post.

Nuestra experiencia en alimentación y en capital riesgo puede aportar mucho valor a las pymes que quieren dar el salto

Según Franch, el nombre que han elegido para la sociedad hace referencia a la tenacidad de las abejas obreras, en un símil con esta gestión activa que quieren ofrecer y este acompañamiento a lo largo de todo el ciclo de vida de las empresas.

El objetivo es invertir en los próximos cinco años diez millones de euros en cada uno de los cinco verticales que se quieren desarrollar en el mercado de la alimentación y la salud y bienestar, es decir, se trata de un presupuesto que se repartirá entre diferentes empresas que se fusionarán para crear un operador más grande en un determinado nicho de mercado. La idea es entrar en el capital de compañías líderes “con un valor añadido distintivo” que facturen entre 10 millones y 50 millones de euros y que tengan un ebitda de entre 1 millón y 2,5 millones. Según Franch, este segmento de empresas “está poco atendido”, ya que habitualmente no es objeto de atención por parte de los grandes fondos, centrados en invertir en compañías de mayor dimensión.

Inscripción en la CNMV

Workerbee se encuentra ahora en fase de obtener la autorización que necesitan para operar las sociedades de capital riesgo por parte de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). En paralelo, los dos socios mantienen conversaciones con múltiples inversores —de perfil empresarial y grupos familiares— interesados ​​en formar parte de la sociedad. El reto es levantar un capital de 50 millones de euros, de los que ahora ya tienen una buena parte. “Calculamos que en otoño tendremos cubierto el 60% del fondo y que ejecutaremos la primera adquisición antes de finalizar el año”, avanza Franch.

Workerbee, que ya tiene sobre la mesa múltiples operaciones, estudiará en cada caso el tipo de transacción, aunque la apuesta pasa por tomar participaciones mayoritarias en el capital de las empresas en las que inviertan. La SCR, sin embargo, priorizará que los fundadores de estas compañías les acompañen y se queden en el capital con una participación minoritaria que, con los años, puede acabar teniendo más valor que cuando tenían la propiedad del 100% de la sociedad. “Nos gusta conocer y compartir el proyecto con los propietarios; nuestra filosofía de inversión es muy artesanal”, destaca Franch.

Franch y Saiz crearán un consejo asesor integrado por tres personas; una de ellas será Ernest Quingles, vicepresidente de Epson en Europa y vicepresidente de Foment del Treball.

Antes de crear Workerbee, los dos socios hicieron una prueba de concepto para validar su modelo. En alianza con Josep Font — ex propietario del 50% de Bon Preu —, el pasado mes de diciembre compraron los restaurantes de comida japonesa Monster Sushi y Robata y crearon Umai Group, sociedad que ahora impulsará un plan de crecimiento para estas marcas. The Umai Group no formará parte de la cartera de participadas de Workerbee, ya que es un proyecto previo.