Este año el 22@ celebra 25 años de vida, un cuarto de siglo de un distrito que ha dejado de ser un proyecto para convertirse en una realidad urbana consolidada. No hay mejor momento que el actual para volver a mirar hacia adelante e imaginar cómo tiene que ser este hub de innovación en los próximos 10 años, siempre desde la ambición que nos pide este mundo de cambio constante.
Imaginar cómo será el 22@ dentro de 10 años requiere ser consciente de todo lo que se ha conseguido, gracias al esfuerzo y a la colaboración de empresas, universidades y centros de investigación, sociedad civil y el Ayuntamiento de Barcelona. Pero también quiere decir entender la gran proyección que tiene este distrito, todavía más teniendo en cuenta el potencial y el compromiso de los actores que forman parte del ecosistema. Uno de estos actores dinamizadores y embajadores, no solo del 22@ sino también de Barcelona, es claramente la asociación 22@Network Barcelona, que hace más de 20 años que trabaja para generar sinergias entre el mundo empresarial, la investigación y el conocimiento, y el resto de la ciudad.
En los próximos 10 años, el papel desarrollado por la asociación continuará siendo igual o más relevante y, por este motivo, es fundamental poder disponer de estructuras sólidas que ayuden a ordenar la complejidad del distrito, así como hacer posible la creación de redes que permitan una innovación con impacto. Así pues, me imagino un futuro con una oficina propia en el corazón del 22@, que sea mucho más que una sede física para la asociación. Que también sea un espacio de referencia para todas aquellas personas que hacen que el 22@ y el barrio continúen vibrando. Un espacio abierto a todo el mundo donde poder poner en valor todo lo que está sucediendo en el distrito, bajo el sello Made in 22@.
Imagino un espacio donde llevar a cabo pilotajes de nuevas tecnologías, de proyectos que transforman, que hacen crecer, mejorar el territorio y todos los que formamos parte de él. Un laboratorio activo, urbano, donde empresas, instituciones y centros de investigación puedan experimentar e innovar. Hablamos de una sede que ayude a identificar, comunicar y hacer visibles iniciativas con sello propio, que muestre la gran capacidad innovadora que tiene nuestra ciudad, el orgullo de innovar para y desde Barcelona. Un entorno para la transferencia tecnológica y la relación con el mundo del emprendimiento, donde se pueda impulsar el proyecto Match&Play: un programa que busca facilitar la conexión entre grandes empresas consolidadas y startups.
Pero si pensamos en el futuro del 22@, no podemos limitarnos a la actividad empresarial o tecnológica, porque el distrito es mucho más que eso. Es un barrio con un gran potencial que tiene que ser capaz de ofrecer la posibilidad de trabajar pero también de vivir, conectando la actividad económica con la vida cotidiana de los ciudadanos y ciudadanas de San Martí. Para hacerlo posible, será indispensable trabajar con la administración para conseguir un distrito realmente vibrante, con suficiente oferta de vivienda, más espacios públicos, servicios de proximidad y una movilidad eficiente y sostenible. En definitiva, un modelo comprometido con el bienestar de las personas.
Después del trabajo hecho durante estos 25 años, ahora nos toca continuar colaborando —más aún de lo que ya se ha hecho— para hacer crecer el 22@ y fortalecerlo, para no quedarse atrás y adaptarse a las nuevas realidades. Porque hacerlo es continuar creyendo en la capacidad de Barcelona para transformar, ser referente y liderar la innovación.