Fue un 9 de mayo de 1950 cuando nació Seat, una automobilística que ha acabado liderando el mercado español, primero desde las instalaciones de la Zona Franca y más adelante desde la fábrica de Martorell. La celebración de los 75 años de la compañía del Baix Llobregat ha invadido esta edición del salón Automobile, que abre puertas este sábado hasta el domingo 18 de mayo con mucha presencia de marcas chinas y los modelos eléctricos avanzando poco a poco.
Para celebrar los 75 años, una gran exposición de Seat ha llenado de modelos históricos la plaza del Univers del recinto ferial de Montjuïc. Acostumbrados a estar guardados en el Museo de la Seat en la planta de la Zona Franca, cerrada al público salvo en contadas ocasiones, los coches han salido de la nave para pasear un rato y aprovechar para repasar cada año de la historia de Seat.
Poco se tarda en ponerse a buscar cuál ha sido el coche que ha tenido cada uno. Siempre están los clásicos del Ibiza y el Leon, pero también hay sorpresas, como la del alcalde de Barcelona, Jaume Collboni. Desde hace unos años se mueve por la ciudad con la moto de Seat Mó, pero, el primer coche que tuvo fue un Seat 127 de color verde. Una confesión que ha hecho consciente de que llevaba ligada la etiqueta de boomer. Luego, vino una apuesta más clásica con un Seat Ibiza blanco, un modelo que también tuvo el ministro de Industria y exalcalde de la ciudad, Jordi Hereu, quien ha recordado cómo fue quemado en un atentado en el Puerto de Barcelona en 1994.

Unos modelos que van ligados a historias personales, pero también a la historia del país. El recorrido va desde los primeros modelos, con el Seat 1400 que se empezó a producir en 1953, pero también con el mítico 600, del que se vendieron más de 800.000 unidades. Pero no podían faltar el Bocanegra, el Seat Ronda, el Seat Málaga, el Seat Alhambra o el Seat Toledo de los Juegos Olímpicos. También el Seat Panda que, como ha recordado el consejero delegado interino de Seat, Markus Haupt, ha acabado siendo más recordado por aquel piñazo que se dieron los Estopa. A pesar de las fechas, no se ha incluido en la muestra el papamóvil que se hizo para la visita de Juan Pablo II en los 80, basado en el Seat Panda.
“La vinculación con España es total”, ha remarcado Haupt. De los 21 millones de coches producidos por Seat en estos 75 años, la gran mayoría se han fabricado en el país (19 millones), lo que le ha convertido en el segundo productor automovilístico de Europa y el noveno del mundo. Integrada en el grupo Volkswagen desde 1986, Seat aporta el 1% del PIB nacional y emplea a 14.000 trabajadores, quienes recibirán una paga extra de 575 euros para celebrar la efeméride. A lo largo de toda la cadena de valor, la huella de Seat llega a los 100.000 puestos de trabajo indirectos, teniendo en cuenta que es la única compañía que diseña, desarrolla, fabrica y comercializa coches en España.
Sopladas las velas, el futuro es una duda para Seat, aún sin ningún modelo totalmente eléctrico a la vista. No pasa lo mismo con Cupra, la marca que lanzó la compañía en 2018 y ha ido conquistando mercado, con un diseño muy deportivo y unos precios mucho más elevados que los Ibiza que tantos reconocen en la exposición. “Queremos que España se convierta en un referente de la electromovilidad, desde Martorell hasta el resto del mundo. Pusimos sobre ruedas el país y ahora lo pondremos sobre ruedas eléctricas”, ha agregado Haupt. En un momento difícil para el sector de la automoción, habrá que esperar para saber cómo serán los próximos cumpleaños de Seat, también sin un relevo desde la salida abrupta de Wayne Griffiths.